Primero, la consulta popular
Las Naciones Unidas consideran que la soluci¨®n al conflicto del S¨¢hara Occidental radica en darle al pueblo saharaui la oportunidad de decidir su futuro a trav¨¦s de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
No estamos ante un debate de corte intelectual donde cabr¨ªan elucubraciones de todo g¨¦nero a cargo de lobbystas o expertos en todo y en nada, iluminados que a veces se creen en posici¨®n de poder influir en la Historia y en los acontecimientos, yendo contra ambas cosas a la vez.
Estamos ante una ocupaci¨®n militar de un territorio ajeno donde se juegan cosas m¨¢s serias como es el derecho a la existencia y a la libertad de un pueblo objeto de esa ocupaci¨®n, que tiene lugar a pocos kil¨®metros de la llamada Europa democr¨¢tica, ante la cual se muestra senil y d¨¦bil en la defensa de lo que proclama como esencia propia.
La soluci¨®n justa y duradera es hija, y no madre, de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n
Espa?a, dentro de esta Europa democr¨¢tica, asume en la cuesti¨®n saharaui una responsabilidad particular. Contribuir de manera honesta a que el pueblo saharaui decida su futuro, a trav¨¦s de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n organizado por la ONU, no debe crear problemas para nadie. La opini¨®n publica, en su generosidad, lo clama.
El acuerdo de pesca con Marruecos, que incluy¨® aguas saharauis, la reciente venta masiva de armamento a este pa¨ªs, ciertas huellas dejadas en Latinoam¨¦rica y en ?frica y el voto de la pasada resoluci¨®n de la Asamblea General no hacen sino herir a esa opini¨®n y profundizar la percepci¨®n que tiene el liderazgo saharaui sobre la ambigua actitud espa?ola.
A los pueblos saharaui y marroqu¨ª nos interesa, antes que nadie, una paz justa y duradera. En 1990, la actual potencia ocupante, tras diecis¨¦is a?os de combates, acept¨® -y ello no es un deshonor- el principio de autodeterminaci¨®n al firmar el Plan de Arreglo. El rey Hassan II, consciente de las implicaciones que se derivaban de ello, proclam¨® p¨²blicamente: "Si los saharauis optasen por la independencia, ser¨ªa el primer pa¨ªs en abrir una embajada en la capital que eligiesen". Su primer ministro, Lamrani, repet¨ªa ante los jefes de Estado reunidos en la ONU, que "Marruecos se compromete a respetar los resultados del refer¨¦ndum, fueren cuales fuesen".
Las dos partes hab¨ªan aceptado as¨ª la v¨ªa apropiada -refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n- y un abanico de posibles soluciones (en plural): independencia, integraci¨®n en la potencia ocupante o autonom¨ªa, a?adida por Baker en su plan de 2003 a instancias de Marruecos. La ONU ten¨ªa una hoja de ruta detallada para culminar la obra. En este contexto, la soluci¨®n duradera y justa es hija de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, no la madre.
Sin embargo, el sorprendente giro radical efectuado en el a?o 2004 por los nuevos dirigentes marroqu¨ªes paraliz¨® todo. El joven rey pod¨ªa haber optado por decir que el refer¨¦ndum era un compromiso heredado de su padre al que no podr¨ªa renunciar y que oponerse a ¨¦l mermar¨ªa la credibilidad de toda intenci¨®n democratizadora.
Mal aconsejado o simple y llanamente como decisi¨®n deliberada en el contexto de "cuanto peor, mejor", Rabat parece optar desde entonces por una v¨ªa cerrada que complica la situaci¨®n por igual a la ONU, a las dos partes, a la regi¨®n e incluso a sus padrinos en Par¨ªs y amigos en Washington y Madrid, los cuales se ver¨¢n solicitados una vez m¨¢s a elegir entre preservar las ganancias que genera la "amistad" con la monarqu¨ªa marroqu¨ª y dar la espalda al resto de la regi¨®n y a la propia legalidad internacional. Ser amigo de un pa¨ªs es aconsejable, pero ello no debe implicar ser amigo de sus errores. Madrid y Par¨ªs renunciaron a la amistad con lo que calificaron de "error americano en Irak".
Al Frente Polisario le hubiera gustado entablar negociaciones directas con la potencia ocupante sobre la base de la independencia saharaui. Hay precedentes hist¨®ricos en la regi¨®n magrebina; pero ello hubiese complicado las cosas para Marruecos y opt¨® por mantener el respeto al acuerdo sobre el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
Esta racionalidad est¨¢, sin embargo, ausente en la actuaci¨®n del Gobierno marroqu¨ª que, despu¨¦s de haber mostrado poco respeto a sus propios compromisos, ofrece como alternativa al refer¨¦ndum una "negociaci¨®n" sobre la base del reconocimiento de la "marroquinidad" del S¨¢hara Occidental y de su pueblo. Y esto es simplemente inaceptable, que no debe ser siquiera planteado.
El Consejo de Seguridad considera que toda soluci¨®n ha de ser mutuamente aceptable y permita la genuina autodeterminaci¨®n del pueblo saharaui. La propuesta marroqu¨ª no cumple ninguna de las dos condiciones. Aun as¨ª, Rabat trata de imponerla, acudiendo a los amigos y padrinos permeables al r¨¦dito de la amistad. La d¨¦marche finge ignorar que el Consejo se abstuvo de imponer la aplicaci¨®n del Plan de Arreglo y de los Acuerdos de Houston, que cumpl¨ªan sin embargo con las dos condiciones.
La propuesta no tiene, pues, ninguna posibilidad de avanzar. Creyendo que el alto el fuego podr¨¢ sostenerse por s¨ª solo y que el silencio culpable de amigos y padrinos le permitir¨¢ intensificar impunemente la represi¨®n de una Intifada hasta ahora pac¨ªfica, Marruecos da la espalda a la paz y se refugia en el pasado del que se mantiene prisionero.
El tiempo y las dificultades no debilitar¨¢n la determinaci¨®n del pueblo saharaui de llegar un d¨ªa a El Aai¨²n libre y soberano. Llegar a Granada le cost¨® a Espa?a siete siglos. Los ni?os saharauis, segunda generaci¨®n nacida bajo la ocupaci¨®n, cantan, a pesar de la prohibici¨®n, el himno de la RASD en las escuelas de El Aai¨²n. Una din¨¢mica de liberaci¨®n est¨¢ en marcha en el Sahara occidental y nadie la podr¨¢ detener. Felipe Gonz¨¢lez dec¨ªa en un reciente art¨ªculo que "La experiencia permite constatar que, desde la II Guerra Mundial, ninguna potencia ha consolidado una ocupaci¨®n territorial".
Bujari Ahmed es representante del Frente Polisario ante la ONU.
Hoy en ELPAIS.com: los lectores pueden expresar su opini¨®n en la edici¨®n digital sobre el tema a debate.
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