"Querida Anorexia..."
El fantasma de la anorexia sobrevuela otra vez la 45? edici¨®n de Cibeles. Un prestigioso hospital de Londres analiza la enfermedad por dentro
"Querida Anorexia, gracias por ser tan buena amiga. Siempre est¨¢s ah¨ª cuando te necesito, puedo fiarme totalmente de ti y s¨¦ que est¨¢s a mi lado en cada situaci¨®n... Teni¨¦ndote en mi vida tengo control sobre todo. No me tengo que preocupar de nada -nada me puede tocar mientras est¨¦s conmigo-, me proporcionas un sentimiento de logro. No todo el mundo puede tener la fuerza de voluntad para permitirse una amiga como t¨². Tienes la habilidad de hacerme sentir poderosa, ¨²nica y especial... Siendo amigas me siento segura y a salvo y no tengo que hacerme responsable de mi vida... pensar en la vida sin ti me asusta. Si no te tuviera como amiga dejar¨ªas un gran agujero negro. Amor. S".
?Qu¨¦ pasa en esa cabecita? Esa es la cuesti¨®n, que dir¨ªa el Hamlet de Shakespeare. Se trata de una de las miles de cartas que escriben (como parte de su terapia) las chicas tratadas en el Maudsley Hospital de Londres, un hospital puntero en el mundo en el tratamiento y la investigaci¨®n de los trastornos de la conducta alimentaria.
Ven la anorexia como a su 'aliada' porque su cuerpo es lo ¨²nico de su vida que creen controlar
"... No me dejas vivir mi vida. Eres la amiga m¨¢s peligrosa que jam¨¢s he tenido"
Se ha descubierto que las enfermas tienen un rasgo cognitivo com¨²n con las personas autistas
Se encuentra dentro de la red de la Seguridad Social y abarca a toda la poblaci¨®n del Sur de la capital inglesa. Logra atender a 500 adolescentes y adultas al a?o. Aunque otras tantas, como m¨ªnimo, est¨¢n en lista de espera. Sin embargo, desde all¨ª se gestiona y coordina todo un sistema de atenci¨®n a personas con trastornos alimentarios que abarca tres centros: uno de ingreso donde las chicas permanecen internadas en r¨¦gimen de semilibertad, otro de d¨ªa y un centro ambulatorio.
"?Qu¨¦ pasa en esa cabecita?", repite Janet Treasure, Catedr¨¢tica de Psiquiatr¨ªa y a la cabeza de toda esa organizaci¨®n hospitalaria. "Normalmente, muchas cosas, ya que la anorexia es una enfermedad multifactorial con componentes gen¨¦ticos, biol¨®gicos, psicol¨®gicos y sociales. Lo que tratamos de buscar es el detonante para afrontar mejor el tratamiento. Adem¨¢s de las predisposiciones biogen¨¦ticas y de los factores de riesgo, la anorexia es la consecuencia de algo, de un momento de desbordamiento emocional, de una sensaci¨®n de p¨¦rdida de control sobre algo en un momento de la vida de la paciente. Y, parad¨®jicamente, la enfermedad acaba siendo su manera o su herramienta para sentir que mantiene el control sobre su vida", explica.
"De pronto, a los 15 a?os me cambiaron de colegio. Era un centro con un sistema educativo distinto y pas¨¦ de ser la primera de la clase a ser de las ¨²ltimas, de hacerlo todo perfecto a suspender". Violeta tiene ahora 30 a?os y sit¨²a en ese momento de su vida el origen de su anorexia. "Dej¨¦ de controlar mi vida y lo ¨²nico que pod¨ªa controlar era mi cuerpo y, encima, al principio ten¨ªa ¨¦xito: "qu¨¦ guapa", "qu¨¦ delgada" y esas cosas que dice la gente... Pero al final, pese al apoyo de mis padres, estaba totalmente aislada y sola. Hasta tercero de Biol¨®gicas y gracias a dos amigas no descubr¨ª que el mundo pod¨ªa ser otra cosa y empec¨¦ a ponerme bien", cuenta. Sin dejar de a?adir: "Nunca voy a estar curada del todo. Todav¨ªa si estoy de baj¨®n me da por verme gorda: conecto el chip. Es como si tuviera automatizada esa manera de solucionar mis problemas".
"Cada vez sabemos m¨¢s cosas acerca de c¨®mo funcionan las mentes de nuestras pacientes, como por ejemplo que tienden a fijarse en los detalles deslig¨¢ndolos del contexto, del lugar en el que est¨¢n integrados. Este tipo de an¨¢lisis nos ayuda a mejorar los tratamientos", comenta en los escasos minutos que tiene libres Janet Treasure, investigadora veterana de estos temas que no se cansa de ensayar nuevas posibilidades y an¨¢lisis.
Parte de su gran ¨¦xito, acreditado en los m¨¢s de 20 folios de importantes publicaciones que incluye su curr¨ªculum, radica en que sus propias pacientes son invitadas a colaborar en sus investigaciones con el fin de mejorar la asistencia del servicio. Y, en la mayor¨ªa de los casos, acceden.
En estos momentos realiza una interesante investigaci¨®n gen¨¦tica de escala internacional con dos pacientes gemelas con anorexia. A¨²n no hay resultados.
En Espa?a, donde se calcula que el 4% de las adolescentes padece un trastorno de la conducta alimentaria, la mayor¨ªa de las pacientes son derivadas a las unidades de psiquiatr¨ªa de los hospitales, junto con los pacientes con depresi¨®n severa y psicosis. "A diferencia de Londres, el ¨²nico lugar en el que hay una atenci¨®n m¨¢s especializada es en el Hospital de Ciudad Real. Y salirte del sistema p¨²blico puede suponer entre 6.000 y 8.000 euros al mes", dice Mari Carmen Gonz¨¢lez, presidenta de ADANER, una asociaci¨®n para el tratamiento de la Anorexia y la Bulimia.
S¨®lo el Maudsley Hospital cuenta con nueve psic¨®logos con diferentes estrategias de tratamiento.
Estas cartas muestran algunos de los rasgos caracter¨ªsticos de la enfermedad. La anorexia les ayuda a no sentir ("...nada me puede tocar mientras est¨¦s conmigo..."), a evitar el sufrimiento que ocasiona la sensaci¨®n de descontrol en personas que adem¨¢s se suelen caracterizar por ser exigentes y perfeccionistas. Por eso se convierte en su aliada ("...Gracias por ser tan buena amiga. Siempre est¨¢s ah¨ª cuando te necesito..."). Es una manera de bloquear las emociones que no saben gestionar. Por eso es una tonter¨ªa decirles "come y te arreglas". No, porque la anorexia es la consecuencia, la excusa para evitar algo, la perversa herramienta para sentir que no han perdido el control de la situaci¨®n. Su instrumento. De ah¨ª que digan que les da seguridad ("...Siendo amigas me siento segura y a salvo..."), comenta la doctora Ana Rosa Sep¨²lveda, una psic¨®loga investigadora espa?ola que forma parte de equipo de Treasure con una beca de investigaci¨®n MEC/Fullbright.
"Hay que averiguar qu¨¦ funci¨®n tiene el trastorno alimentario en su vida. Normalmente, lo entienden como una superaci¨®n, porque conseguir dominar el alimento hasta el punto de no necesitarlo implica estar muy por encima de las necesidades de la mayor¨ªa. De ah¨ª que hablen de esa sensaci¨®n de logro ('...me proporcionas un sentimiento de logro...')", explica Michael Rooney, psic¨®logo coordinador de la Unidad de TCA en el Maudsley Hospital.
Carolina L¨®pez, otra joven psic¨®loga cl¨ªnica de origen chileno, investiga el aspecto cognitivo de las enfermas. Concretamente lo que se llama "coherencia central", que tiene que ver con la capacidad de integrar la informaci¨®n en el contexto frente al conocimiento local o de detalle. Para ello est¨¢ profundizando en una l¨ªnea que se apunt¨® hace pocos a?os en Noruega, donde se hizo un estudio longitudinal de 10 a?os con 51 personas con anorexia nerviosa y se concluy¨® que su perfil cognitivo se parec¨ªa mucho al de las personas con autismo (buen procesamiento de detalle y dificultades para el pensamiento global). Por esa raz¨®n aplica a sus pacientes una serie de pruebas que antes s¨®lo se utilizaban en autistas.
Las personas con anorexia nerviosa, al igual que las que sufren autismo, suelen tener la tendencia espont¨¢nea de procesar la informaci¨®n en detalles y menos de forma integrada.
"Eso podr¨ªa explicar la tendencia al perfeccionismo, la fijaci¨®n con determinadas partes del cuerpo, la obsesi¨®n con algunos alimentos o con ciertos aspectos nutricionales como las calor¨ªas", explica L¨®pez.
Uno de las pruebas que realiza en su estudio para analizar el proceso cognitivo consiste en mostrarle un dibujo geom¨¦trico relativamente complejo a la paciente durante unos minutos y, a continuaci¨®n, pedirle que reproduzca lo que sea capaz de recordar. Casi todas las pacientes comienzan por un detalle y sobre ¨¦l intentan construir el dibujo completo, en lugar de dibujar primero la figura general y luego entrar en las l¨ªneas de detalle. Otra prueba consiste en mostrarles una imagen con doble sentido, que seg¨²n se mire puede ser dos cosas. Por regla general, s¨®lo ven una.
"El salto del conocimiento de detalle al conocimiento integrado, propio de los adultos, se produce en la adolescencia, precisamente la etapa en la que la mayor parte de las pacientes desarrollan la enfermedad. El individuo entra en estado de estr¨¦s y cualquier cosa puede producir una alteraci¨®n que interfiera en el desarrollo cognitivo normal", agrega esta psic¨®loga.
La parte del tratamiento consiste en mostrarles c¨®mo afecta esta manera de entender o de percibir el mundo a su manera de vivir, es una forma de hacerlas conscientes de sus vicios mentales, de que descubran su proceso cognitivo para que se entiendan mejor, lo dominen e intenten esforzarse en hacerse otro tipo de planteamientos que las ayuden a vivir mejor. Se llama terapia de "remediaci¨®n cognitiva" e inicialmente fue utilizada con pacientes que sufr¨ªan esquizofrenia y, ahora, ha sido adaptada para personas con trastornos de la conducta alimentaria.
La ventaja de esta f¨®rmula de test de cara a las pacientes es que no tiene nada que ver con emociones, algo que les cuesta much¨ªsimo expresar porque ellas mismas las reprimen. "Intentan inhibirlas hasta el punto de ser casi impermeables. Por eso esta f¨®rmula les resulta distinta y hasta divertida. No tienen que volver a contar el rollo de la relaci¨®n que tienen con la comida, o con sus padres o con su vida (la mayor¨ªa de ellas ha pasado ya por m¨¢s de un psic¨®logo), ni a mentir (otra de sus mejores cualidades). Basta con que hagan los ejercicios que, dado su car¨¢cter mercadamente met¨®dico, es algo con lo que se sienten c¨®modas", se?ala L¨®pez.
- ?Lo he hecho bien? ?qu¨¦ significan esos resultados?, pregunta una joven de 20 a?os despu¨¦s de hacer la retah¨ªla de pruebas en la consulta.
-Aqu¨ª no hay ni bueno ni malo. Estamos analizando c¨®mo piensas. Luego, contigo, analizaremos c¨®mo se relaciona con tu vida. Y, si concluimos que esa manera de enfocar no favorece a tu vida, ensayaremos otras estrategias, le explica L¨®pez, que a continuaci¨®n desarrolla el significado de cada prueba.
La chica se r¨ªe, sale contenta y a?ade que se lo ha pasado bien. Desde ese momento, es consciente de qu¨¦ es lo que se tiene que trabajar y por qu¨¦. Los primeros cambios a veces empiezan por cosas tan sencillas como cambiar de ropa (suelen repetir su indumentaria), cambiar los programas de televisi¨®n que ven...y, poco a poco, descubrirles y que descubran que hay otras maneras de vivir.
"Es importante sacarlas antes de los tres a?os de enfermedad, porque despu¨¦s hay que luchar tambi¨¦n contra un sistema biol¨®gico trastornado. Por ejemplo, la interrupci¨®n de la menstruaci¨®n es algo que genera multitud de desarreglos de todo tipo, altera profundamente su sistema hormonal", comenta Sep¨²lveda. "Otro aspecto importante es hacerlas responsables. Tienen que asumir su responsabilidad para que curarse sea tambi¨¦n su ¨¦xito. De hecho, una de las cosas que se ense?a a los familiares en los talleres es a no ser sobreprotectores. No se trata de aleccionarlas ni de culpabilizarlas sino de hacerlas conscientes de su realidad, la que no ven. Por eso aqu¨ª, las enfermeras, que son las que m¨¢s tiempo pasan con ellas en el proceso hospitalario, est¨¢n instruidas en psicolog¨ªa".
"Se sienten fatal. No desean nada. Su manera de ver el mundo es muy maniquea: todo est¨¢ muy bien o muy mal. No saben c¨®mo pedir ayuda", comenta Gill Todd, enfermera jefe en trastornos alimentarios. "A veces reclaman toda tu atenci¨®n y otras se encierran en su prisi¨®n. Mi trabajo consiste en ganarme su confianza para ayudarlas a expresar sus emociones y esquivar su tendencia a hablar de comida".
El ¨²ltimo proyecto piloto ya en marcha en el Maudsley Hospital se centra en las familias de las pacientes. Ha surgido a ra¨ªz de una evidencia: las pacientes sal¨ªan bien del hospital y reca¨ªan, en muchos casos, al volver a sus casas. Con lo que el problema persist¨ªa y pod¨ªa llegar a cronificarse. As¨ª que se ha planificado una intervenci¨®n que intenta "entrenar" a los padres y familiares que desean aprender c¨®mo tratar a sus enfermas. El resultado es talleres nocturnos semanales. Padres, madres, hermanos, novios... plantean sus dudas sobre como actuar ante las reacciones de sus hijas, hermanas o novias enfermas. Los resultados est¨¢n siendo muy prometedores y la finalidad de todos estos tratamientos es que las pacientes se vayan escribiendo otra carta:
"Esta carta es muy dif¨ªcil de escribir. Has sido una amiga tan ¨ªntima que es dif¨ªcil dirigirme a ti como enemiga. Hemos estado juntas m¨¢s tiempo de lo que pensaba y ahora me he dado cuenta de que me est¨¢s destruyendo. Me hiciste sentir poderosa y en control, pero s¨®lo cuando era demasiado tarde me di cuenta de que eras t¨² la que ten¨ªas siempre el control y a¨²n no quieres dejarme ir. Estas ¨²ltimas semanas he sido capaz de reducir tu poder aunque no mucho, y cuando tengo un d¨ªa malo apareces de repente... Algunos d¨ªas no pod¨ªa encontrar las fuerzas para salir de la cama o vestirme. Me hiciste quedar dormida y perder clase hasta que estaba muy por detr¨¢s... y cuando iba no pod¨ªa concentrarme porque t¨² ocupabas cada pensamiento... y cuando logr¨¦ por fin escuchar me hiciste olvidar enseguida... tu presencia en mi vida me da dedos y labios fr¨ªos y azules, palpitaciones y ha parado mis periodos. Me has llevado tambi¨¦n a aislarme, impidi¨¦ndome salir, oblig¨¢ndome a dejar la universidad, da?ar a los que quiero y destruido mi confianza y autoestima, al igual que me recuerdas continuamente lo grande y descontrolada que estoy. Me haces sentir asquerosa y odiar mi apariencia... En otras palabras, no me dejas vivir mi vida, me haces temer el futuro y me hablas de la seguridad que proporcionas. S¨¦ que ya no puedo tenerte como amiga. Eres la amiga m¨¢s peligrosa que jam¨¢s he tenido".
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