Seis excursionistas mueren en una gruta
Un grupo de 29 personas confundi¨® el t¨²nel que deb¨ªan tomar con una galer¨ªa de agua que se adentra 3.000 metros en la roca - No pudieron reaccionar cuando empez¨® a faltar el ox¨ªgeno
Los seis excursionistas que fallecieron el s¨¢bado atrapados en una bolsa de mon¨®xido de carbono en la galer¨ªa de agua de Piedra Cochinos (municipio de Los Silos, Tenerife) fueron anoche identificados como Gin¨¦s Ram¨ªrez Alem¨¢n, de 27 a?os, y Estefan¨ªa Pe?a Febles, de 23, que eran novios; Juan Luis Medina Trujillo (36), Eduardo Delgado (30) y Javier de Souza (33). Todos estaban vinculados a la Asociaci¨®n Tinerfe?a de Amigos de la Naturaleza (ATAN) y eran deportistas, ten¨ªan una salud envidiable y mucha pr¨¢ctica en recorrer las islas. El otro fallecido, el italiano Mauriccio Paniello (29), trabajaba en el Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (IAC) y anoche se tramitaba su repatriaci¨®n a Italia.
De los 23 supervivientes, seis permanec¨ªan ayer ingresados en los dos hospitales universitarios de Tenerife, afectados de inhalaci¨®n de mon¨®xido de carbono y agotamiento. Otros 17 descansaban en sus domicilios, alejados del impacto medi¨¢tico.
Seg¨²n el relato de los senderistas y familiares a los servicios de rescate, dos grupos distintos sin vinculaci¨®n entre s¨ª acordaron hacer con el mismo gu¨ªa la ruta desde Erjos a Los Silos, apreciada por los naturalistas, como los caminos de Cuevas Negras y Talavera, por sus paisajes de laurisilva (especie vegetal del Terciario que sobrevive en las islas), cascadas y un gran barbusano. Esta fase es clave para entender que ni siquiera ellos sab¨ªan cu¨¢ntas personas compon¨ªan la expedici¨®n, lo que indujo a numerosos errores posteriores.
Todos se reunieron en La Laguna a las 9 de la ma?ana. El gu¨ªa principal conocedor de esta zona se ausent¨® en el ¨²ltimo momento. Como varios integrantes de la expedici¨®n eran experimentados, decidieron seguir adelante siguiendo las indicaciones por tel¨¦fono del gu¨ªa. Desde La Laguna a Erjos se invierte m¨¢s de hora y media en coche por carretera. Despu¨¦s, en la zona conocida como Las Juncias, quedan dos tramos de tierra, uno de dos kil¨®metros (al que se puede acceder por todo terreno y que llega hasta un gran ejemplar de barbusano) y otro, ya s¨®lo para senderistas, de m¨¢s de 20 minutos a pie.
A mediod¨ªa, los j¨®venes hab¨ªan llegado a la falda de la monta?a. Seg¨²n las indicaciones telef¨®nicas de su gu¨ªa, ten¨ªan que haber entrado en el t¨²nel, de 500 metros, que atraviesa la monta?a y conecta Piedra de Los Cochinos con Cuevas Negras y en cuyo interior se encuentran numerosas cascadas. Sin embargo, se pararon 200 metros antes, delante de una boca de 1,90 metros de alto y 1,80 de ancho. No hab¨ªa ninguna se?al en la entrada de esta galer¨ªa, que es competencia del Cabildo Insular de Tenerife.
Sin verja ni candado
La isla cuenta con m¨¢s de 1.000 perforaciones como ¨¦sta, que tienen la mayor¨ªa de sus entradas cerradas con verja y candado. ?sta tambi¨¦n tuvo hasta que alguien los quit¨® y nadie se preocup¨® de precintarla de nuevo. Era la conocida entre los vecinos de Las Protelas como la galer¨ªa de la muerte, centenaria, fuera de servicio desde 1964 por la mala calidad del agua que suministraba y por la alta concentraci¨®n de mon¨®xido de carbono.
Mientras unos excursionistas iban equipados con linternas frontales y de mano, otros vest¨ªan de verano y chanclas. A medida que caminaban hacia el interior, aumentaba la temperatura y la humedad, sudaban y se llenaban de barro. Cuando comenzaron a marearse, unos decidieron parar y mirar a su alrededor. Y fueron testigos de un espect¨¢culo dantesco: sus amigos y familiares ca¨ªan uno tras otro agotados por la falta de ox¨ªgeno. Eran las tres de la tarde.
Algunos decidieron seguir caminando en busca de la salida del t¨²nel. No sabe c¨®mo, pero dos de ellos, un hombre y una mujer, pudieron reincorporarse y alcanzar la entrada. A las 16.41 llamaron al tel¨¦fono de emergencias 112. El primero en llegar fue Gerardo Rodr¨ªguez, pintor, de 32 a?os vecino de Los Silos y gran conocedor de la zona. "Estaban tumbados, sucios de barro, cansados, pero vivos; confirm¨¦ el hallazgo, impulsivamente entr¨¦ en la galer¨ªa unos 400 metros y grit¨¦, pero nadie me respondi¨®, volv¨ª atr¨¢s porque no ten¨ªa ni equipo ni nada; dirig¨ª el camino para que llegaran los servicios de rescate". A las siete de la tarde llegaron los primeros efectivos, que ya no descansar¨ªan en las siguientes 20 horas de angustia.
Catorce de los 29 senderistas salieron por su propio pie. Rescatar a los otros 15 supuso desplegar el mayor operativo jam¨¢s ideado en las islas entre bomberos, m¨¦dicos, polic¨ªas y expertos en rescates. Al contrario que el t¨²nel que ten¨ªan que haber recorrido, que perfora en l¨ªnea recta la monta?a, la galer¨ªa es una recta de 3.000 metros con un grado de inclinaci¨®n ascendente. Los primeros 900 metros se pueden caminar sin mascarilla. Luego el ox¨ªgeno escasea. Por eso, cinco agentes de la Guardia Civil montaron ah¨ª un cuartel general con decenas de botellas de ox¨ªgeno.
Los bomberos tuvieron que caminar en fila india y en grupos de tres hasta dar con el resto de la expedici¨®n. Era una carrera contra la muerte. La concentraci¨®n de gases hac¨ªa sospechar que cada segundo era importante. Encontraron los primeros cuerpos, tendidos, llenos de barro y en estado semiinconsciente a unos 1.200 metros de la entrada. Pudieron evacuar a nueve, aunque invirtieron casi una hora en cada uno. Los rescatadores tuvieron que sortear falta de ox¨ªgeno, humedad, altas temperaturas y un lago de agua que en ocasiones llegaba hasta el pecho. En el exterior, 70 efectivos montaban un hospital de campa?a y encend¨ªan una gran hoguera, que termin¨® por resultar vital para recuperar la temperatura de los cuerpos y esperar hasta el amanecer.
Algunos de los rescatadores sal¨ªan m¨¢s agotados y lesionados que los excursionistas. En este estado era imposible caminar en pendiente los 15 minutos que exig¨ªa una pista forestal para llegar a los veh¨ªculos. Algunos llegaron al hospital de campa?a a partir de las doce de la noche. La casita de Gregorio D¨ªaz y Fernanda Rodr¨ªguez y sus cuatro hijos se convirti¨® en el cuartel general y hospital de campa?a, adonde llegaban a cuentagotas supervivientes y rescatadores. De madrugada, se decidi¨® esperar al amanecer para evacuarlos en helic¨®ptero.
A las 4.54 de la ma?ana del domingo hubo una reuni¨®n de urgencia. Los alcaldes de Buenavista del Norte y Los Silos, Aurelio Abreu y Santiago Mart¨ªn, el subdelegado del Gobierno en Canarias, Carlos Gonz¨¢lez Segura, el director general de Emergencias del Gobierno de Canarias, Jos¨¦ Andr¨¦s de las Casas, y el teniente coronel de la Guardia Civil, Ricardo Arranz, acordaron transmitir a los familiares sus pocas esperanzas por encontrar los seis ¨²ltimos cuerpos con vida.
El grito de Isabel Febles, que durante toda la noche hab¨ªa atendido con entereza a la prensa fue estremecedor y avanz¨® la tragedia. "La esperanza de encontrarlos con vida es muy reducida", resumi¨® Segura. Los seis cuerpos yac¨ªan sin vida a 2.000 metros de distancia de la entrada de la galer¨ªa, entre ellos, la hija de Isabel, Estefan¨ªa, de 23 a?os, y su novio Gin¨¦s, de 27. El ¨²ltimo cad¨¢ver se rescat¨® avanzada la una de la tarde de ayer domingo, casi 24 horas despu¨¦s de que hubiera entrado por su propio pie en la galer¨ªa de la muerte.
Un gas mortal que no avisa
La galer¨ªa de Los Cochinos era conocida entre los vecinos de Las Portelas por sus gases. Jorge Manuel Zamorano trabaj¨® en ella desde 1960 hasta su clausura, cuatro a?os despu¨¦s. "Los gases son tan intensos que te cansas poco a poco, caes desmayado y de ah¨ª ya no te saca nadie". Para trabajar, Zamorano recuerda que se encend¨ªa un motor una hora antes de entrar para impulsar aire al interior. "Cada 50 metros abr¨ªamos una v¨¢lvula para respirar y seguir un tramo m¨¢s", recuerda.
El gas que inhalaron los j¨®venes es di¨®xido de carbono (CO2) que emana a esta galer¨ªa desde el magma del volc¨¢n activo del Teide, informa Nemesio P¨¦rez, cient¨ªfico de la divisi¨®n de Medio Ambiente del Instituto de Energ¨ªas Renovables de Tenerife. El CO2 est¨¢ en el aire en un 0,03%. La tolerancia humana a este gas se establece en concentraciones de 0,5%. Una dosis t¨®xica es la que supera el 3%. "Y en el interior de esa galer¨ªa se han podido encontrar concentraciones entre el 10% y el 15%", letales. Al ser un gas m¨¢s pesado que el ox¨ªgeno, cuando los chicos se sentaron para reponerse firmaron su sentencia, porque es la zona donde se concentraba m¨¢s el CO2.
"A medida que caminaron se encontraron con menos ox¨ªgeno", a?ade Juan Luis Alonso, director m¨¦dico del Servicio de Urgencias Canario, que permaneci¨® toda la noche y madrugada en la boca de la cueva y cuyo dispositivo salv¨® la vida de los 9 excursionistas rescatados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.