"Lo que quiere la gente en Turqu¨ªa es democracia, no islamismo"
Pinar Selek (Estambul, 1971), soci¨®loga y feminista turca, fue acusada en 1998 de participar en un atentado del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en un mercado de Estambul, con siete v¨ªctimas mortales. Sufri¨® torturas y pas¨® m¨¢s de dos a?os en prisi¨®n. Hace unos meses, un tribunal sentenci¨® lo que, seg¨²n los peritos, era obvio desde el principio: no hubo atentado, sino una explosi¨®n de gas. Pero el fiscal ha apelado y Selek sigue t¨¦cnicamente procesada. Ahora, la feminista ha podido salir de Turqu¨ªa por primera vez en nueve a?os para participar en el seminario Mundos de mujeres-Orillas Mediterr¨¢neas, organizado por el Instituto Cervantes de Roma. Pese a su dram¨¢tica peripecia personal, Selek es optimista. Asegura que el movimiento feminista turco "es fuerte" y que la sociedad va muy por delante del r¨¦gimen.
"Le aseguro que florecen por todas partes, incluso en las regiones m¨¢s rurales y atrasadas, cooperativas y asociaciones de mujeres"
"Las agresiones son una forma de amenazarnos, pero tambi¨¦n son coletazos de desesperaci¨®n de una casta dominante que se hunde"
Pregunta. Turquia parece condenada a elegir entre el nacionalismo del Ej¨¦rcito y el islamismo.
Respuesta. Hay una tercera v¨ªa. Y el islamismo no representa un aut¨¦ntico problema. En realidad, el actual Gobierno, con un fuerte componente isl¨¢mico, ha sido votado por personas de izquierda que no se sent¨ªan con ¨¢nimos de votar a la izquierda pol¨ªtica, demasiado dogm¨¢tica y prohibicionista. Lo que quiere la gente es democracia, no islamismo. No hay que confundir a los musulmanes con los islamistas. Y la religi¨®n musulmana se practica en Turqu¨ªa de forma mucho m¨¢s relajada que en otros pa¨ªses. Desde el golpe de estado de 1980, el Estado ha fomentado el islamismo, con clases de religi¨®n en la escuela, por ejemplo, y lo ha agitado como espantajo para no hacer reformas.
P. El asesinato del periodista Hrant Dink y la fuga por amenazas de Orhan Pamuk, premio Nobel de Literatura, parecen indicar una involuci¨®n.
R. El proceso es duro, no hay duda. Pero la din¨¢mica hacia la democracia existe. Las manifestaciones son muy abundantes, y no hay que mirar s¨®lo lo que ocurre en Estambul o Ankara. Tambi¨¦n hay movilizaciones en las peque?as ciudades de las zonas rurales. Como activista del feminismo le aseguro que florecen por todas partes, incluso en las regiones m¨¢s rurales y atrasadas, peque?as cooperativas y asociaciones de mujeres. Lo que ocurre no es muy distinto de lo que ocurr¨ªa en Espa?a en los ¨²ltimos a?os de la dictadura: la sociedad va por delante del r¨¦gimen pol¨ªtico.
P. En las calles turcas hay m¨¢s y m¨¢s mujeres con la cabeza cubierta con el pa?uelo tradicional.
R. Eso no significa gran cosa: a nuestras reuniones acuden tambi¨¦n mujeres con el pa?uelo. El movimiento feminista es fuerte. Por la v¨ªa del di¨¢logo, entrevist¨¢ndonos uno a uno con muchos diputados, hemos conseguido cambiar el c¨®digo civil en lo referente a los matrimonios. Ahora, el marido tiene que compartir sus bienes con la mujer. Tambi¨¦n se ha modificado el c¨®digo penal, para combatir los cr¨ªmenes de honor dentro de la familia. Sigue habiendo malos tratos y asesinatos de mujeres en el ¨¢mbito dom¨¦stico, pero est¨¢n perseguidos.
P. ?Cu¨¢l es el principal obst¨¢culo a la igualdad de derechos?
R. No son los tradicionalistas isl¨¢micos, sino m¨¢s bien una burocracia estatal y paraestatal, que incluye al ej¨¦rcito. Esa burocracia teme perder sus privilegios y frena cualquier reforma. La burgues¨ªa industrial y comercial, los obreros, los agricultores, est¨¢n mayoritariamente por el cambio. La burocracia se siente cada vez m¨¢s d¨¦bil. Los aparentes s¨ªntomas de involuci¨®n, como el asesinato de Hrant Dink, son s¨ªntomas de esa debilidad. Ya no pueden hacer callar a ciertas personas, ni siquiera encarcelarlas. Tienen que matarlas. Las agresiones son una forma de amenazarnos a todos, pero tambi¨¦n son coletazos de desesperaci¨®n de una casta dominante que se hunde.
P. El movimiento feminista turco conf¨ªa en el proceso de integraci¨®n en la UE.
R. S¨ª, desde luego. Pero la UE no debe caer en las provocaciones, e incluyo en esa categor¨ªa los asesinatos de gente ilustre, porque hay quien quiere sabotear el proceso de acercamiento. Tambi¨¦n necesita paciencia. Y tiene que ampliar las v¨ªas de di¨¢logo. Turqu¨ªa no es s¨®lo el Estado. La UE ha de conectar tambi¨¦n con la sociedad civil.
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