Soledad y sexualidad furtiva
Judi Dench y Cate Blanchett estremecen al p¨²blico, Sharon Stone no convence y T¨¦chin¨¦ acierta en su retrato masculino
Tres pel¨ªculas sobre la soledad y el sexo como destrucci¨®n coincidieron ayer en la Berlinale. Nada que ver una con otra, pero en todas lat¨ªa la misma desesperaci¨®n. Si en la brit¨¢nica Notas de un esc¨¢ndalo la soledad est¨¢ tratada con maestr¨ªa, en la estadounidense When a man falls in the forest s¨®lo resulta una pobre caricatura. En la primera (secci¨®n oficial fuera de concurso), Judi Dench y Cate Blanchett bordan un trabajo altamente delicado y complejo. En la segunda, Sharon Stone, Timothy Hutton y Dylan Baker (a concurso) parecen amorfas marionetas de una historia de sello indie que responde uno a uno a todos los t¨®picos del g¨¦nero social-freak redimido a golpe de guitarra ac¨²stica final. Que las canciones sean de Billy Corgan no salvan del rid¨ªculo a su director, Ryan Eslinger, ni a una Sharon Stone a la que nadie se cree como una invisible y triste ama de casa.
A a?os luz, Judi Dench es en Notas de un esc¨¢ndalo una profesora en el tramo final de su carrera que s¨®lo sabe lo que son las caricias de su enfermo gato. Una virgen sentimental, un monstruo enfermo de soledad, cuyo avinagrado gesto cambia cuando llega al instituto Cate Blanchett, una joven maestra que aparenta tenerlo todo. S¨®lo un hijo con s¨ªndrome de Down al que todos adoran y por el que ella se desvive y el recuerdo de un padre ilustre planean como sombras sobre su rubia melena. La vieja maestra se enamora de la joven sin saber que el objeto de su deseo es una mujer de instinto autodestructivo que busca el consuelo en el cuerpo de un imberbe alumno. Dos formas de soledad femenina perfectamente indagadas por dos actrices que llenan de matices y preguntas a las mujeres que interpretan y que ayer lograron estremecer a una sala que las ovacion¨® sin descanso.
Entre las dos, la pel¨ªcula francesa Les t¨¦moins agarra por la solapa a los espectadores en su primera hora, pero se le escapan de las manos en el tramo final. Dirigida por Andr¨¦ T¨¦chin¨¦, la pel¨ªcula (situada en los a?os ochenta, en plena expansi¨®n del sida como fatal arma contra la libertad sexual) acierta en el retrato de los hombres: un polic¨ªa de origen marroqu¨ª casado, un m¨¦dico homosexual y el joven reci¨¦n llegado a Par¨ªs que enamora a ambos. Ellos resultan fascinantes, pero no convence la mujer -una novelista interpretada por Emmanuelle B¨¦art- que los une. Entre tanta sexualidad furtiva, la de ayer en la Berlinale fue una jornada de alta intensidad que dej¨® a su p¨²blico emocionalmente exhausto.La jornada de ayer fue de alta intensidad y dej¨® al p¨²blico emocionalmente exhausto
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