A la busca de "elementos radicales isl¨¢micos asentados en Espa?a"
El Ministerio del Interior que dirig¨ªa ?ngel Acebes elabor¨® un informe a trav¨¦s de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, cuyo responsable era Agust¨ªn D¨ªaz de Mera, con los detalles de la misi¨®n policial en Guant¨¢namo. Lo que sigue es un resumen de ese informe redactado por los agentes de la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior de la Polic¨ªa (UCIE) que protagonizaron los interrogatorios.
"El 22 de julio de 2002 se iniciaron las entrevistas realizadas por funcionarios de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n desplazados a la base militar de Guant¨¢namo a determinados individuos capturados por las fuerzas norteamericanas en Afganist¨¢n, despu¨¦s de haber llevado a cabo ¨¦stas una serie de operaciones en aquel pa¨ªs a ra¨ªz de los atentados terroristas perpetrados en Estados Unidos por Al Qaeda, dirigida por Osama Ben Laden, y que pudieran aportar informaci¨®n sobre nuevos elementos radicales isl¨¢micos asentados en nuestro pa¨ªs, o datos adicionales que pudieran corroborar las pruebas existentes hasta el momento en torno a los miembros de la c¨¦lula desarticulada en Espa?a dirigida por Abu Dahdah".
Lahcen Ikasrrien (marroqu¨ª, n¨²mero 72 en el campo USA de Guant¨¢namo). Ya hab¨ªa sido entrevistado unos meses antes por una delegaci¨®n espa?ola que le tom¨® declaraci¨®n. "Lahcen asegur¨® que hab¨ªa visto en alguna ocasi¨®n en el bar La Alhambra de Lavapi¨¦s y en la Mezquita de la M-30 a Abu Dahdah, pero que aparte de eso no hab¨ªa tenido ninguna relaci¨®n m¨¢s con ¨¦l ni con ninguno de los dem¨¢s miembros de la c¨¦lula".
Los polic¨ªas espa?oles le mostraron fotos de islamistas, entre los que reconoci¨® a Abu Mughen, Jamal Zougan (procesado como supuesto autor material del 11-M) y Said Serroukh. "Sobre Jamal Zougan, Lahcen manifest¨® que era una persona religiosa que se dedicaba a su tienda, que se reun¨ªa en algunas ocasiones con Abu Mughen en el bar La Alhambra, pero que nunca hablaba de yihad en el mencionado bar".
Lahcen confes¨® a los polic¨ªas espa?oles que funcionarios de los servicios de inteligencia marroqu¨ªes le hab¨ªan visitado en el campamento norteamericano "ofreci¨¦ndole llev¨¢rselo a Marruecos, y le mostraron fotograf¨ªas de varios individuos, pregunt¨¢ndole si trabajaban para la polic¨ªa espa?ola". "Lahcen reconoci¨® a dos individuos, los cuales, seg¨²n su versi¨®n, trabajaban o hab¨ªan trabajado para la polic¨ªa espa?ola".
En su informe, la polic¨ªa espa?ola relata que opt¨® por dejar de formularle preguntas sobre su estancia en Afganist¨¢n "a fin de que no se sintiese molesto o agobiado".
El marroqu¨ª le cont¨® a la polic¨ªa todas sus penurias en Guant¨¢namo: "Se quejaba de la comida que le daban, diciendo que en ocasiones le daban para beber agua de mar y que la comida era siempre la misma, una especie de pastel de arroz sin sal. La celda en la que se encontraba recluido era de dos por dos metros cuadrados aproximadamente, pudiendo hablar con la persona de al lado y con la que se encontraba enfrente de ¨¦l, y sal¨ªa a pasear durante un cuarto de hora cada tres d¨ªas, tras lo cual tambi¨¦n se pod¨ªa duchar".
Los agentes le pusieron una grabaci¨®n donde supuestamente sal¨ªa su voz "hablando con Abu Dahdah del env¨ªo de j¨®venes a frentes b¨¦licos". Lahcen neg¨® que fuera su voz.
Los polic¨ªas le contaron entonces a Lahcen que estaban autorizados por el juez encargado del caso para proponerle acogerse a la figura de "testigo protegido" si declaraba sobre Abu Dahdah. Lahcen manifest¨® que la ¨²nica manera en que estar¨ªa dispuesto a colaborar con las autoridades espa?olas era que se le llevase a Espa?a y, una vez all¨ª, estar¨ªa dispuesto a hablar sobre lo que supiera del asunto, pero no dir¨ªa nada all¨ª.
Hamed Abderram¨¢n Ahmed (ceut¨ª, n¨²mero 267 en el campo USA de Guant¨¢namo). Cont¨® a los polic¨ªas c¨®mo Abu Naiz, un tipo al que conoci¨® en la mezquita de Sidi en Barek de Ceuta, le habl¨® de la yihad y le dej¨® v¨ªdeos del conflicto en Chechenia.
Abu Naiz le dio 1.000 d¨®lares y un contacto, Abu Mundir, en Kabul para cuando decidiera viajar a Afganist¨¢n. Hamed pas¨® un mes en un campamento afgano, donde recibi¨® adiestramiento con Kal¨¢shnikov y pistolas. En el campamento habl¨® de Osama Ben Laden y del conflicto en Palestina y en otras partes del mundo. Desde all¨ª telefone¨® en una ocasi¨®n a su hermano Mohamed a Ceuta y le inform¨® de donde se encontraba.
A las tres semanas de estar all¨ª escucharon por la radio la noticia de los atentados del 11-S. Hamed opt¨® por regresar a Espa?a a trav¨¦s de Pakist¨¢n, pero fue capturado en ese pa¨ªs y entregado a los norteamericanos.
Los polic¨ªas espa?oles preguntaron a Hamed por Abu Dahdah y ¨¦ste neg¨® que le conociera o tuviera relaci¨®n con sus colaboradores. Le hicieron o¨ªr una cinta grabada donde supuestamente hablaba con un colaborador de Abu Dahdah, pero Hamed asegur¨® que no era su voz.
Abdulrahim Abdelrazak Yanko, Abu Dujana (sirio, preso n¨²mero 489 en el campo Delta de Guant¨¢namo). La polic¨ªa espa?ola solicit¨® a Estados Unidos la entrevista con esta persona por tratarse de un sirio que podr¨ªa aportar alg¨²n tipo de informaci¨®n en relaci¨®n con los detenidos de Al Qaeda en Espa?a de origen sirio. Cuando se le mostraron diferentes fotograf¨ªas de personas pertenecientes o relacionados con la c¨¦lula de Abu Dahdah en Espa?a, reconoci¨® a Saddik Merizak, Abdulrahman, como uno de los individuos que se encontraban realizando el tercer curso en el campo de Faruk.
Adem¨¢s de estas entrevistas, el informe de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n acredita otros 10 interrogatorios: a un marroqu¨ª, dos sirios, dos argelinos, un dan¨¦s, dos tunecinos, un saud¨ª y un palestino, "que no aportaron datos de importancia".
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