El acuerdo norcoreano
Las negociaciones a seis para desnuclearizar Corea del Norte, iniciadas hace tres a?os, han sido hasta ahora tan raqu¨ªticas en resultados que el acuerdo de principio logrado ayer ha resonado como un ca?onazo. El compromiso para que Pyongyang cierre su principal instalaci¨®n at¨®mica a cambio de ayuda energ¨¦tica, que puede llegar a los 300 millones de d¨®lares, es alentador, y as¨ª lo ha reconocido Washington. Pero en el pasado el r¨¦gimen comunista ha hecho mangas y capirotes de otros acuerdos y el conseguido en Pek¨ªn requiere por tanto la prueba de fuego de su puesta en pr¨¢ctica.
Nunca hasta ahora, sin embargo, los augurios hab¨ªan sido tan esperanzadores. La escalada de tensi¨®n en el sureste asi¨¢tico, despu¨¦s de que EE UU denunciara en 2003 el programa b¨¦lico secreto de Pyongyang, alcanz¨® su punto ¨¢lgido en octubre pasado, con la detonaci¨®n del primer artefacto nuclear norcoreano. Ha sido la evidencia de que el r¨¦gimen m¨¢s aislado e impredecible del mundo estaba en puertas de tener un arsenal at¨®mico lo que ha impulsado definitivamente la reanudaci¨®n de las negociaciones. Eso, m¨¢s la actitud progresivamente cr¨ªtica de China hacia su dependiente aliado y, sobre todo, el cambio de actitud de Washington, que se ha avenido a reunirse bilateralmente con los representantes de Pyongyang para tratar la suavizaci¨®n de sus sanciones financieras. Quiz¨¢ esa flexibilidad mostrada in extremis por Bush podr¨ªa servir para allanar el camino en el caso de Ir¨¢n.
El r¨¦gimen de Kim Jong-il se ha comprometido con EE UU, China, Rusia, Jap¨®n y Corea del Sur a cerrar su reactor de Yongbyon en dos meses y a permitir el acceso de inspectores del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) a cambio de recibir hasta un mill¨®n de toneladas de combustible y de la suspensi¨®n de las sanciones internacionales que hacen de Corea del Norte un Estado paria. Pero congelar sus actividades at¨®micas es s¨®lo una primera etapa y no significa el abandono definitivo y desmantelamiento de su programa nuclear militar, algo mucho m¨¢s dif¨ªcil y que requerir¨¢ mucho m¨¢s tiempo, adem¨¢s de una consistente buena fe por parte de Pyongyang, nunca probada hasta ahora.
La crisis nuclear con Corea del Norte dista de haber sido zanjada. Pero el caldo de cultivo imprescindible para que el compromiso suscrito ayer pueda llegar a buen puerto es que Estados Unidos y sus aliados asi¨¢ticos -Jap¨®n y Corea del Sur, directamente implicados- establezcan un camino para facilitar la comunicaci¨®n del b¨²nker comunista norcoreano con el resto del mundo, y que ellos mismos incrementen paulatinamente su cooperaci¨®n con Pyongyang. El r¨¦gimen feudal de Kim Jong-il s¨®lo puede llegar a ser fiable si es capaz de salir de su larga paranoia hist¨®rica.
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