Justicia pol¨ªtica
El concurso para la construcci¨®n de la Ciudad de la Justicia de la Comunidad de Madrid fue ganado por los arquitectos Javier Frechilla y Jos¨¦ Manuel L¨®pez-Pel¨¢ez por un conjunto de edificios circulares comunicados por un amplio campus. Ante la proximidad de las elecciones auton¨®micas, se ha acelerado el inicio de las obras de un proyecto al que, con posterioridad, se han sumado Norman Foster, Richard Rogers y Alejandro Zaera.
Un a?o largo ha pasado desde el concurso de ideas para realizar al norte de Madrid, en el ¨¢rea de Valdebebas, el conjunto de edificios que centralizar¨¢ en un solo lugar toda la Administraci¨®n de Justicia de la Comunidad, pero es en las ¨²ltimas semanas cuando ante los comicios de mayo se est¨¢n mostrando los primeros avances de este Plan Especial por los responsables del ente auton¨®mico, y cuando se empiezan a advertir los peligros de que el admirable mecanismo urbano dise?ado por el equipo ganador, de los arquitectos Javier Frechilla y Jos¨¦ Manuel L¨®pez-Pel¨¢ez, tenga que conformarse con un rodaje por caminos desviados y demasiado transitados.
El s¨ªmil mecanicista no es casual, pues est¨¢ presente tanto en la imagen de piezas circulares que ofrecen los edificios como en la intenci¨®n de que el campus funcione bas¨¢ndose en elementos aut¨®nomos que se engranan por proximidad. Los dibujos y maqueta del proyecto plasman de forma atractiva un paisaje de cilindros edificados apenas emergiendo de un bosque, a modo de potentes "tocones" ya mineralizados. Parad¨®jicamente, el c¨ªrculo es la figura m¨¢s abierta porque se dirige a todas las direcciones, pero tambi¨¦n la m¨¢s cerrada al no admitir adiciones en su curvada perfecci¨®n. Es por tanto dialogante pero a la vez intransigente con la violaci¨®n de su naturaleza, y no obstante acoge en su coraz¨®n una gran libertad de posibilidades que en su piel niega.
En esa consciencia del potencial creativo de la propuesta deber¨ªa apoyarse el sentido fragmentario con que est¨¢ concebido el campus, pues seg¨²n expresaron sus autores y reconoci¨® el jurado del concurso, la idea era tambi¨¦n la de dar cabida a una concurrencia de autores con el objetivo de que el proyecto fuese no s¨®lo divisible por necesidades log¨ªsticas, sino adem¨¢s participativo y representativo de un estimable conjunto de arquitecturas cuya armonizaci¨®n estar¨ªa garantizada por la equilibrada geometr¨ªa de las figuras cil¨ªndricas y la urbanizaci¨®n realizada de forma unitaria.
Hasta el momento se conoce
el inicio de las obras de urbanizaci¨®n, que de forma simb¨®lica realiz¨® hace d¨ªas la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y la adjudicaci¨®n de cuatro edificios, de los cuales dos, la Audiencia Provincial y el Tribunal Superior de Justicia, han sido graciosamente otorgados al arquitecto ingl¨¦s Norman Foster, figura de prestigio internacional que ha dise?ado una propuesta bas¨¢ndose en geometr¨ªas triangulares y otra de contenido org¨¢nico y radial que te¨®ricamente aluden a la transparencia propia de la Administraci¨®n de Justicia, aunque m¨¢s parecen responder a los est¨¢ndares previsibles en estos estudios internacionales que manejan altos presupuestos. Otros dos han sido supuestamente escogidos por el cuestionado procedimiento de concurso de proyecto y obra, porque poco se ha sabido hasta este momento del proceso de selecci¨®n: el del edificio de aparcamientos, tiendas y restaurantes, asimismo procedente de otro gran estudio ingl¨¦s, el de Richard Rogers, competidor habitual de Foster en el despliegue de lujos tecnol¨®gicos, y el del Instituto de Medicina Legal, adjudicado al espa?ol afincado en Londres Alejandro Zaera, que con una propuesta de c¨²pula toroidal introduce un patr¨®n diferente del cil¨ªndrico, y establece una arriesgada ruptura del juego. Pero aunque los nombres sean de acreditados profesionales en los cuatro casos, no parece que este arranque muestre la libertad de oportunidades que habr¨ªa merecido una ciudad dedicada a la justicia en una sociedad democr¨¢tica.
Por otro lado existe un proyecto no publicitado ni siquiera en la p¨¢gina web Campus de la Justicia (www.campusjusticiamadrid.com), que es el del Decanato, m¨¢s modesto que los anteriores en tama?o, y el ¨²nico ofertado por concurso libre de ideas en colaboraci¨®n con la Oficina de Concursos de Madrid del Colegio de Arquitectos. Se trata del ganado por los arquitectos Rub¨¦n Picado y Mar¨ªa Jos¨¦ de Blas, que se puede ver en la web del COAM (www.coam.org), y que en principio parece ser el m¨¢s interesante de los cinco y el que mejor ha entendido las intenciones de la propuesta del campus en su conjunto. Esta joven pareja madrile?a parece expiar la culpa de no pertenecer al star-system a pesar de estar acreditada por una brillante trayectoria (restaurante La Broche en Madrid; juzgados de Cervera de Plasencia), pero ingresar¨¢ alg¨²n d¨ªa en el estrellato si quedan promotores de mirada no condicionada por los destellos de la rentabilidad publicitaria, como aquellos japoneses que le dieron la oportunidad a Alejandro Zaera, al premiarle y construirle su propuesta de terminal mar¨ªtima de Yokohama hace 11 a?os, cuando era un absoluto desconocido. La transparencia real y no la aludida metaf¨®ricamente por Foster deber¨ªa regir el proceso gestor de esta gran obra, dando oportunidad mediante concursos abiertos de ideas a quienes realmente demuestren ser los mejores, que, si son reconocidos veteranos, sabr¨¢n aportar su conocimiento y experiencia, y si son m¨¢s nuevos en el asunto, la dedicaci¨®n y entusiasmo de los audaces. Por ¨²ltimo, la ¨²nica parte que ha sido encomendada a los ganadores de la idea del campus, los ya citados Frechilla y L¨®pez Pel¨¢ez, es la urbanizaci¨®n del conjunto, pieza fundamental que dar¨¢ valor al lugar y ligar¨¢ los edificios.
Ser¨ªa deseable que en esta importante ciudadela judicial no suceda lo de tantas otras veces en que la confianza otorgada a un profesional para desarrollar un proyecto despu¨¦s le ha sido retirada al ejecutar la obra. Ese injustificable recelo indica adem¨¢s una torpeza, porque s¨®lo el que ha gestado la idea sabr¨¢ defenderla y guiarla a trav¨¦s de un complejo proceso constructivo lleno de riesgos, al final del cual se obtendr¨¢ irremediablemente y por muchos a?os un ¨¦xito o un fracaso; y lo que es a¨²n peor, por el mismo precio.
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