Los versos de los poetas no son poes¨ªa
Defensor de la claridad y el humor frente a la trascendencia engolada de gran parte de la l¨ªrica, Nicanor Parra acaba de publicar, a los 94 a?os, el primer tomo de sus obras completas. All¨ª se puede rastrear la prehistoria del gran maestro de la antipoes¨ªa, un autor irreductible que, m¨¢s que en los libros, ha encontrado lo po¨¦tico en las canciones, los telegramas, los chistes y los peri¨®dicos.
OBRAS COMPLETAS
Nicanor Parra
C¨ªrculo de Lectores/Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2007
CXLI y 1.068 p¨¢ginas. 55 euros
Gran animal de espect¨¢culo, Nicanor Parra ama hacer creer que sus acrobacias no requieren entrenamiento
Nicanor Parra, despu¨¦s de resistirse toda una vida, ha decidido a los 94 a?os dejar que publiquen sus obras completas. El primer tomo de ella circula ya en librer¨ªas, convertido en Chile en un best seller en que ej¨¦rcitos de adolescentes y no tantos gastan sus ¨²ltimos ahorros. El antipoeta le ha agregado al t¨ªtulo de sus obras completas un "algo m¨¢s" que lo refleja por entero. Lo incompleto es la base misma del credo po¨¦tico de Nicanor Parra. Para ¨¦ste siempre hay algo m¨¢s, que ¨¦l llama "las variables ocultas", es decir, la X y la Y, que una y otra vez est¨¢n dispuestas a sabotear por entero las ecuaciones con que queremos comprender el mundo.
Parra se resiste como pocos al fetichismo del pasado, los tomos gruesos, la obra completa de tono magistral. Gran animal de espect¨¢culo, Parra ama hacer creer que sus acrobacias no requieren entrenamiento. Cita de memoria, y anota poemas en cuadernos de estudiantes mientras conversa. Para Nicanor Parra, el m¨¢s grande poeta chileno vivo, lo actual vale en s¨ª mismo, y dedica gran parte de su tiempo a recolectar frases escuchadas en televisi¨®n o en bocas de mochileros, o de su nieta Lina Paya. La poes¨ªa, para Nicanor Parra, est¨¢ en cualquier parte menos en los versos de los poetas. De hecho, cuando quiere descalificar a alguien, Nicanor Parra dice con una sonrisa condescendiente que es un buen poeta, "aunque la poes¨ªa se acab¨®, como el tel¨¦fono fijo". Y para cumplir con su propia profec¨ªa, decide de pronto el ganador del Premio Juan Rulfo y Reina Sof¨ªa responder s¨®lo a su tel¨¦fono m¨®vil. Declara al mismo tiempo que el periodismo -seg¨²n ¨¦l, equivalente literario al tel¨¦fono m¨®vil- es la poes¨ªa de hoy. Hasta que vuelve al tel¨¦fono fijo y decide que la literatura entera es discurso pijo, que la verdadera literatura s¨®lo puede provenir de los que escriben por necesidad imperiosa, o de los que simple y llanamente no escriben: enfermos mentales, estacionadores de autos, y mendigos varios.
La poes¨ªa de Parra es el reflejo de ese movimiento permanente y conc¨¦ntrico que se resiste a la melancol¨ªa, al silencio de los comulgantes, a la seriedad y al misterio. Gabriela Mistral y Pablo Neruda (con quien Parra vivi¨® una contradictoria relaci¨®n de amistad, rivalidad y mutua admiraci¨®n) hicieron de ese silencio, misterio y melancol¨ªa el centro de una nueva religi¨®n: la poes¨ªa chilena.
A Nicanor Parra, que naci¨® en 1914 en la misma pobreza que la Mistral y Neruda, y como ellos fue el primer universitario de una familia dedicada al canto y al circo (Violeta Parra es su hermana menor), le pareci¨® muy luego que esta religi¨®n, supuestamente de izquierda, era una forma de tiran¨ªa. Cual Prometeo, Nicanor Parra le rob¨® el fuego sagrado a los gruesos dioses de la poes¨ªa chilena y la reparti¨® por la calle. Construy¨® una poes¨ªa que escucha, que pregunta, que duda, que piensa. Las canciones folcl¨®ricas, los chistes callejeros, pero tambi¨¦n el peri¨®dico, o un telegrama, caben con toda naturalidad en lo que ¨¦l llam¨® la antipoes¨ªa, que en el fondo es la poes¨ªa a la que se le quita la ret¨®rica po¨¦tica.
El primer tomo de estas Obras completas y algo m¨¢s tiene la virtud de mostrar al mismo tiempo el lento proceso que llev¨® al joven poeta m¨¢s bien lorquiano que fue el Nicanor Parra de los a?os treinta a dar con su propio credo, un credo que ha ido desarrollando libro a libro desde que en 1954 publicara el trascendental Poemas y antipoemas hasta salirse en los Artefactos del marco restrictivo del libro y los versos. En una de las tarjetas postales que compone esta obra, en plena Unidad Popular, Parra llega a profetizar que "la izquierda y la derecha unidas jam¨¢s ser¨¢n vencidas".
"La verdadera seriedad es c¨®mi
ca", ha dicho tambi¨¦n el antipoeta. El humor explosivo de su poes¨ªa apenas esconde la manera en que Nicanor Parra ha vivido plenamente la segunda parte del mito de Prometeo. Atado a una piedra ha recibido la peri¨®dica visita de algunos cuervos negros. Parra, el descendiente m¨¢s puro de Kafka entre los que escribimos en castellano, se pregunta una y otra vez, con la elegancia de un gato que desliza los ¨¢ngulos de un muro, c¨®mo expresar el dolor sin nombrarlo. Se rebela contra el misterio, contra la penumbra, aboga por la claridad y la lucidez, pero al mismo tiempo se pregunta: ?qu¨¦ queda, cuando esta claridad nos desnuda sin piedad? ?C¨®mo seguir haciendo poes¨ªa, sin la m¨¢scara de lo po¨¦tico cubriendo nuestros delgados rostros?
Una y otra vez emprende de ida y vuelta el viaje entre el campo de su infancia, las guitarras y las carpas de circo en que sus hermanos se convirtieron en s¨ªmbolo mismo del folclore chileno, y las universidades de Oxford y Princeton donde estudi¨® y dej¨® para siempre la posibilidad de jugar a ser ingenuo y popular. Esos dos mundos contradictorios, de un verso para otro, se reconcilian, y se vuelven a separar. Parra vuelve, poema a poema, a no decidirse por ninguno de sus mundos posibles. Vuelve a trazar con su letra clara y did¨¢ctica el plan de una obra que, jugando a borrarse a s¨ª misma, a negarse, y a reconstruirse sobre sus propias cenizas y la de los dem¨¢s poetas de la poes¨ªa chilena, ha terminado por ser voluminosa e innegable. Todo eso, y algo m¨¢s.
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