De abnegado enfermero a parricida
El triple homicida de El Real de San Vicente cuidaba desde hace a?os a toda su familia
"El panorama que ten¨ªa Gregorio era desolador: su madre, enferma; su esposa, enferma; su hijo, enfermo, y su hermana Mari Nieves, enferma hasta que muri¨® hace unos meses. ?Por qu¨¦ ha hecho ahora esta barbaridad? ?Qui¨¦n lo sabe?". Una vecina de El Real de San Vicente (Toledo) asegura que Gregorio Ramos Rubio, el hombre que se suicid¨® tras matar a hachazos a su madre, a su esposa y a su hijo, jam¨¢s se quej¨® de la dura vida que llevaba. Nadie le oy¨® nunca lamentarse y todas las fuentes consultadas coinciden en que nunca le oyeron una mala palabra.
Los cad¨¢veres de Gregorio Ramos y su madre, Salvadora Rubio Acedo, de 92 a?os, yac¨ªan ayer en la sala n¨²mero 12 del tanatorio de Talavera de la Reina; al lado, en la sala 13, descansaban los cuerpos sin vida de Julia de Castro Ill¨¢n, de 58 a?os, esposa del homicida, y del hijo de ambos, David, de 27. Hoy, lunes, los cuatro ser¨¢n inhumados en el cementerio de El Real de San Vicente, a unos metros de donde ocurri¨® la tragedia, tras un funeral en la iglesia parroquial, al que previsiblemente acudir¨¢ la pr¨¢ctica totalidad del pueblo.
"Tal vez no aguant¨® tanta presi¨®n y responsabilidad", opina un amigo
Nadie oy¨® jam¨¢s a Gregorio Ramos quejarse de la dura vida que llevaba
Gregorio Ramos mat¨® a hachazos a su madre, a su esposa y a su hijo en la casa familiar, sobre las cinco de la madrugada del pasado s¨¢bado. A continuaci¨®n se traslad¨® a Talavera y atac¨® a hachazos a sus hijas Eva, de 25 a?os, y Mar¨ªa, de 22, tras lo que se arroj¨® al vac¨ªo desde la novena planta de la vivienda, en la calle del Conde de Pero Moro, en el centro urbano de la ciudad.
A Gregorio, prejubilado desde hace varios a?os, se le hab¨ªa diagnosticado supuestamente un tumor cerebral, pese a lo cual trasladaba cada mi¨¦rcoles a su hermana Mar¨ªa Nieves hasta Talavera para que fuera sometida a hemodi¨¢lisis, ya que padec¨ªa una dolencia renal desde hac¨ªa 22 a?os. Mar¨ªa Nieves falleci¨® el pasado verano, tras lo cual Gregorio decidi¨® llevarse a vivir a su casa a la madre de ambos, la nonagenaria Salvadora, que estaba aquejada de Alzheimer, y a la que sacaba a pasear por el pueblo todos los d¨ªas.
La esposa del parricida sufr¨ªa artrosis y "cada vez pod¨ªa mover menos las piernas", seg¨²n el vecindario, por lo que Gregorio era quien se ocupaba de hacer la compra y otras muchas tareas dom¨¦sticas. "Lo hac¨ªa sin quejarse y siempre con buena cara", afirma una amiga de la familia.
David, el hijo del matrimonio, sufr¨ªa fuertes depresiones desde hace a?os. Hab¨ªa trabajado en una carnicer¨ªa, pero su mayor afici¨®n era arreglar coches y motos, por lo que su padre hab¨ªa decidido habilitarle un peque?o local en una de las viviendas familiares para que pudiera montar all¨ª una especie de taller mec¨¢nico. "Cuando me encuentro peor, me recluyo en casa para no parecer m¨¢s raro de lo que soy", coment¨® alguna vez David a Diego Guerrero, director de un coro musical de El Real de San Vicente. ?ste define al parricida como "un hombre de pocas palabras, por lo que resultaba dif¨ªcil conocer sus pensamientos".
La joven Eva, de 25 a?os, que est¨¢ ingresada en la unidad de vigilancia intensiva del hospital de Toledo a causa de un hachazo en la cabeza, y su hermana, Mar¨ªa, de 22 a?os, tocaban la guitarra en el coro que dirig¨ªa Guerrero. Mar¨ªa, que padece un ligero retraso intelectual y una dolencia renal, convive con su hermana en un piso del centro de Talavera, ciudad donde la mayor de las chicas trabaja en el hipermercado Carrefour. Mar¨ªa segu¨ªa ayer ingresada en el hospital de Nuestra Se?ora del Prado, en Talavera de la Reina.
Gregorio Ramos hab¨ªa sido conductor de autobuses de la empresa Cevesa y tambi¨¦n hab¨ªa trabajado en la reparaci¨®n de las carreteras de la regi¨®n. Hace dos o tres a?os empez¨® a sufrir mareos y v¨¦rtigos y la gente del pueblo cree que eso era debido a un tumor cerebral. Fue prejubilado y desde entonces se hab¨ªa entregado en cuerpo y alma a cuidar de su familia. "El pasado mi¨¦rcoles, le vi en la consulta del m¨¦dico, me salud¨® y ten¨ªa buen aspecto", recuerda una vecina, la cual no es capaz de encontrar explicaci¨®n a lo ocurrido.
"Yo creo que mat¨® a su familia sin saber lo que hac¨ªa. Es improbable que ¨¦l asesinara conscientemente a las personas a las que m¨¢s quer¨ªa", comenta una vecina. Los numerosos j¨®venes que ayer tarde velaban los cad¨¢veres en el tanatorio rehusaron hacer cualquier comentario.
"Antes del crimen, Gregorio habl¨® con mi marido porque quer¨ªa vender unas tierras. Pero a media tarde del s¨¢bado le dijo que ya no quer¨ªa. Mi marido no le not¨® nada raro", declara una inmigrante que vive de alquiler en un piso del parricida, que disfrutaba de una desahogada posici¨®n econ¨®mica. "Tal vez no aguant¨® tanta presi¨®n y responsabilidad durante tantos a?os", concluye un amigo de la familia, tratando de contener las l¨¢grimas.
![Traslado de los cuerpos de las v¨ªctimas de El Real de San Vicente al tanatorio de Talavera de la Reina.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MUDM56LEUWRAIT5MGT5EARBJ2M.jpg?auth=e272aefa454b551162f7ddcf098f1c926e23339dd9fa10e07ae2166e89e990aa&width=414)
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