Dacio Ferrera, cantor del folclor canario
Al borde de cumplir los 70 a?os, se nos ha ido Dacio Ferrera, uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos cantores del folclor y de la m¨²sica tradicional canaria. Sus restos fueron incinerados el pasado domingo en Santa Cruz de Tenerife.
Poseedor de una voz de amplios registros y con un timbre que pod¨ªa hacernos llegar al escalofr¨ªo, Dacio era capaz de tocar todos los palos del repertorio isle?o, desde las dif¨ªciles fol¨ªas hasta la isa bullanguera, aportando melismas creativos que hoy persiguen los cantores j¨®venes con fidelidad y sorprendente veneraci¨®n.
Su actividad cantora no se limit¨® al repertorio canario, sino que abarcaba g¨¦neros hispanoamericanos como la milonga, la zamba, el guapango o la ranchera. Inolvidables nos parecen sus versiones de la Milonga del pe¨®n del campo, de Yupanqui; o de Balderrama, de Castilla y Leguizam¨®n, el nombre de un boliche salte?o que no cierra nunca y donde "el lucero del alba tiembla en cada vaso de vino".
Jaranero como el Mat¨ªas peruano, siempre con una frase ingeniosa en sus labios, Dacio era capaz de inventar raras palabras como farfirsa para reclamarle la cuenta o factura al camarero.
Tambi¨¦n fue un amante de las bellas coplas, tarea en la que destac¨® a la hora de elegir las ajenas (de Diego Crosa, de Nijota o de Amaro Lefranc) y cantar las propias, como aquella fol¨ªa dedicada al p¨¢jaro canario: "El p¨¢jaro que cant¨® / rodeado de barrotes, desga?it¨® su cogote, / rompi¨® la jaula y vol¨®". Forma parte de las Fol¨ªas de la libertad, de Los Sabande?os, con los que grab¨® una larga veintena de discos y tambi¨¦n su ¨²ltima canci¨®n para el CD titulado Diamante, conmemorativo de los 40 a?os de ininterrumpida actividad.
Adem¨¢s de haber sido el solista m¨¢s famoso y solicitado de este grupo, Dacio tambi¨¦n perteneci¨® al orfe¨®n La Paz y a la rondalla Hesp¨¦rides de La Laguna, as¨ª como a la Masa Coral Tinerfe?a y al cuarteto Acaymo, que grab¨® en Madrid para el sello Belter unos preciados discos en uni¨®n de Jose¨ªto P¨¦rez, ?ngel Hern¨¢ndez y Olga Ramos.
C¨®mo no recordarlo en Segovia cantando en la sala Ladreda las Coplas a la marinera, de Agapito Marazuela, ante el asombro de propios y extra?os. O corriendo para eludir la persecuci¨®n de la guardia civil tras haber sido prohibido el Festival de los Pueblos de Castilla en pleno franquismo. Cuando llegamos a la plaza de campo de Criptaza, a¨²n tuvo tiempo de cantar unas seguidiyas manchegas a palo seco heredadas de su t¨ªo Pepe Cartaya, otro de los grandes cantores de la familia. Un viejo del lugar dijo que aquel estilo de seguidiyas ya no se usaba en La Mancha. Misterios del folclor.
Una larga enfermedad fue erosionando paulatinamente sus cuerdas vocales. En estos ¨²ltimos a?os no tuvo m¨¢s remedio que cantar con el cerebro bas¨¢ndose en su indiscutible sapiencia, porque su maltrecha garganta hab¨ªa perdido elasticidad y frescura.
En honor de mi ahijada Cristina; de Maruja, su inseparable esposa; hijos, hermanos, nietos y dem¨¢s parentela, nos despedimos de Dacio a la usanza de los campesinos canarios que huyen del tuteo confianzudo cada vez que la ocasi¨®n lo requiere: "Vaya usted con Dios, compadre". Canarias jam¨¢s lo podr¨¢ olvidar.
Elfidio Alonso es periodista, folclorista y director de Los Sabande?os.
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