El Gnaoui sit¨²a en Chinch¨®n la furgoneta Kangoo y a seis de los suicidas de Legan¨¦s
Uno de los interrogados ayer en el juicio situ¨® en la finca de Chinch¨®n, la supuesta guarida de los terroristas, a seis de los suicidas de Legan¨¦s y a la furgoneta Renault Kangoo hallada en Alcal¨¢ de Henares, clave para las investigaciones. Othman el Gnaoui, que trabaj¨® como alba?il en la casucha hasta una semana antes de los atentados, admiti¨® que el 29 de febrero de 2004 fue a recoger a Jamal Ahmidan, El Chino, cuando ¨¦ste regresaba de Asturias con un coche lleno de explosivos. El Gnaoui fue adem¨¢s el constructor del zulo en el que supuestamente se escondi¨® la dinamita Goma 2 ECO de la mina Conchita (Tineo, Asturias).
El Gnaoui asegur¨® que estuvo trabajando en la casucha desde mediados de febrero hasta principios de marzo. El Chino, que hab¨ªa alquilado la finca, le encarg¨® construir una habitaci¨®n en la planta superior, y un habit¨¢culo recubierto de material aislante "para que no se 'afrescaran' las gallinas". Mientras trabajaba all¨ª, vio c¨®mo en las fechas antes del 11-M, se acerc¨® por la finca Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino. "En la casa ya estaban Mohamed y Rachid Oulad Akcha, Abdenabi Kounjaa y Asri Rifaat Anouar". Es decir, que ya paraban e incluso dorm¨ªan en la finca seis de los suicidas de Legan¨¦s. Aclar¨® que tampoco hab¨ªa visto nunca all¨ª a Abdelmajid Bouchar, juzgado como autor material, ni a Mohamed Afallah, supuestamente muerto en un atentado suicida en Irak.
Recogida de explosivos
Un d¨ªa fue con El Chino en una furgoneta a comprar material de construcci¨®n. En su primigenia declaraci¨®n judicial, se?al¨® que esa furgoneta era la famosa Kangoo. Ayer no estaba seguro: "La usamos para traer cemento y arena. Fui con Jamal. Era blanca, pero no me acuerdo si Citro?n o Renault o Express o Kangoo". Presionado por la fiscal, admiti¨® que en el juzgado y en su presencia firm¨® que era la Kangoo.
El acusado asegur¨® que el 29 de febrero de 2004 le llam¨® el Chino desde la carretera de Burgos, cuando regresaba de coger los explosivos, para que le fuera a recoger. "Me dijo que cogiera el clavo en la carretera de Burgos. Entend¨ª que era un clavo normal, nada raro". Recogi¨® a Rachid Oulad en Chinch¨®n y se fue hacia Burgos. "Le dije a Rachid que cogiera el clavo, pero ¨¦l tampoco sab¨ªa qu¨¦ era. Le dije 'pues llama a Jamal y que te lo diga'. No llegaron a entrar en Burgos. "Hicimos un cambio de sentido y nos encontramos con Jamal, que ven¨ªa en un Golf. Vinimos para Madrid". Su gu¨ªa fue siempre Rachid Oulad. Sin embargo, asegur¨® que ¨¦l nunca supo nada de explosivos, y que se enter¨® de que su amigo pod¨ªa haberlos tra¨ªdo "cuando ya estaba en prisi¨®n".
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