Galicia en Triunfo
En las d¨¦cadas cruciales de 1960 y 70, la revista Triunfo encarn¨® las ideas y la cultura de la izquierda de nuestro pa¨ªs y fue s¨ªmbolo de la resistencia intelectual al franquismo. Se dirig¨ªa a las mayor¨ªas y transitaba por senderos culturales para acoger las grandes corrientes del pensamiento europeo. Emprendi¨® as¨ª un camino sin retorno con el prop¨®sito de atravesar aquella turbia ¨¦poca realizando un periodismo insobornable que restableciera la memoria hist¨®rica, arrancada a los espa?oles por la violenta agresi¨®n del fascismo.
En sus p¨¢ginas escrib¨ªan de forma fija y entre otros, Eduardo Haro Tecglen, Manuel V¨¢zquez Moltalb¨¢n, Enrique Miret Magdalena, Luis Carandell, Ignacio Ramonet, Juan Cruz, Francisco Umbral ... , y ocasionalmente Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Alejo Carpentier, Eduardo Galeano, Pieri Rosi... Dibujaban Ch¨²my Ch¨²mez, Ops... Yo ejerc¨ª de corresponsal en Par¨ªs. Todos est¨¢bamos bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Angel Ezcurra.
Triunfo fue v¨ªctima de la cacareada Ley de Prensa e Imprenta del entonces ministro Manuel Fraga, que iba a suponer "el fin de la censura previa". As¨ª fue, y con una prosa jur¨ªdica formalmente moderada se reformaba el C¨®digo Penal para radicalizar la represi¨®n hasta extremos fatales.
Galicia estuvo muy presente en Triunfo. De inmediato me viene a la memoria un art¨ªculo de Xos¨¦ Lu¨ªs M¨¦ndez Ferr¨ªn sobre nuestro ser. Busco en www.triunfodigital.com y pongo mendez ferrin. Lo encuentro en el d¨ªa 9 de diciembre de 1972, p¨¢ginas 59-65. Xos¨¦ Lu¨ªs ten¨ªa 34 a?os. Sus apreciaciones siguen v¨¢lidas : "Veo a mi hijo de cuatro a?os en la playa de Coruxo. Juega a ayudar a los pescadores en la operaci¨®n de varar una gamela, embarcaci¨®n ancestral. Cada gesto de aquellos hombres es imitado por el ni?o que, sin saberlo, atraviesa miles de a?os hacia atr¨¢s, hacia un plano neol¨ªtico, como neol¨ªticos son, quiz¨¢, el ancla de piedra, el carro, el h¨®rreo, las brujas, los pesos en la cabeza, los fundamentales mitos colectivos. Descubrimos, con mirada alucinada, que la base cultural del campesino-pescador gallego est¨¢ hecha de elementos neol¨ªticos. Y el v¨¦rtigo sobreviene al imaginar la trasmisi¨®n, la perduraci¨®n de esos elementos a trav¨¦s de los siglos, de las culturas, de las etnias que se suceden sobre la piel del macizo gallego".
?Contin¨²a vigente, 35 a?os despu¨¦s, ¨¦ste an¨¢lisis de Xes¨²s S¨¢nchez Montero?: "Nunca hubo en Galicia tantos escritores dispuestos a escribir para el pueblo o con el pueblo o desde ¨¦l; pues bien, el pueblo est¨¢, como lector ausente. Lo estuvo siempre, salvo exiguas excepciones. El pueblo que habla gallego, que sabe un buen gallego, no ha sido escolarizado en su lengua. El ciudadano gallego, analfabeto en su idioma, tartamudo en el otro y educado en la solapada subestimaci¨®n hacia la lengua del pa¨ªs, s¨®lo excepcionalmente se acerca a la letra impresa en gallego (en otras ¨¢reas idiom¨¢ticas el pueblo no consume literatura de arte, pero s¨ª literatura de quiosco, g¨¦nero que no existe en gallego.
Otros¨ª: ?Despu¨¦s de la aparici¨®n de Manuel Rivas, de Suso de Toro y otros, mantiene Perfecto Conde lo que dijera sobre la novela gallega?: "El precario desarrollo de la narrativa gallega sigue un camino dif¨ªcil que no se sabe ciertamente a d¨®nde va a parar. En realidad, el tan citado resurgir fue un renacimiento si se entiende aplicado a la poes¨ªa de Rosal¨ªa, Curros, Condal, Celso Emilio y algunos otros que alcanzaron cumbres que permanecer¨¢n en el tiempo".
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