Los v¨ªdeos de Bill Viola, al encuentro del arte del siglo XVI en Granada
"Ya no distingo entre pasado, presente y futuro", dijo con convicci¨®n Bill Viola, en videoconferencia desde Los ?ngeles, dirigi¨¦ndose al p¨²blico que lo escuchaba en Granada. Un medio de comunicaci¨®n id¨®neo para uno de los grandes artistas de la videoinstalaci¨®n o, casi podr¨ªa decirse, de la videopintura. "Durante a?os pens¨¦ que el prop¨®sito del v¨ªdeo era fijar los momentos, pero despu¨¦s he llegado a la conclusi¨®n que es s¨®lo la documentaci¨®n del perpetuo desvanecimiento del tiempo". La afirmaci¨®n viene a cuento de la muestra que se exhibe actualmente en la sala noble del palacio de Carlos V, en La Alhambra granadina, titulada Las horas invisibles. En ella, el comisario Jos¨¦ Lebrero ha elegido cinco obras del artista estadounidense relacionadas de alguna forma al entorno hist¨®rico, paisaj¨ªstico y arquitect¨®nico. "Esta exposici¨®n es un elogio de la lentitud", explica Lebrero, porque todos los v¨ªdeos cobran sentido en un movimiento ralentizado que invita a la reflexi¨®n.
Las oscuras salas de la muestra de Bill Viola, que estar¨¢ abierta hasta el 18 de mayo, dan paso al choque de luz y el contraste hist¨®rico que representan las dram¨¢ticas escenas de la Pasi¨®n cristiana que forman parte de la nueva instalaci¨®n del Museo de Bellas Artes de Granada. Una muestra de arte religioso de los siglos XVI y XVII en la que destacan las pinturas de S¨¢nchez Cot¨¢n y cuatro importantes esculturas de Alonso Cano realizadas junto a Pedro de Mena. Un retroceso en el arte y en el tiempo que no hacen sino corroborar la primera impresi¨®n de Viola, donde parecen borrarse los l¨ªmites entre pasado, presente y futuro.
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