Un paso m¨¢s en la larga despedida del primer ministro
La guerra de Irak ha marcado la carrera pol¨ªtica de Tony Blair y ha desempe?ado un papel fundamental en el hecho de que antes de las elecciones de 2005 se comprometiera a no presentarse a un cuarto mandato si las ganaba. Nunca sabremos qu¨¦ hubiera sido de Blair sin Irak y cu¨¢l ser¨ªa en estos momentos su imagen entre los brit¨¢nicos. Lo que s¨ª sabemos es que hoy es un pol¨ªtico devaluado, lo que los brit¨¢nicos llaman un pato cojo, que se esfuerza por mantenerse unos pocos meses m¨¢s en el poder y obsesionado por su legado.
El anuncio hay que leerlo en gran parte en esos t¨¦rminos: un paso m¨¢s en la larga ceremonia de despedida de Blair, que no quer¨ªa irse dejando el problema de Irak sin perspectivas de soluci¨®n. Pero es tambi¨¦n la genuina consecuencia de la mejora de la situaci¨®n en Basora y de alguna manera de las presiones de los militares brit¨¢nicos, que hace ya meses que han llegado a la conclusi¨®n de que no pueden hacer mucho m¨¢s por ayudar a los iraqu¨ªes y lo mejor que podr¨ªan hacer es desviar al frente de Afganist¨¢n los recursos humanos y materiales que se est¨¢n invirtiendo. Aunque ya s¨®lo quedan 7.100 de los 40.000 soldados brit¨¢nicos que lleg¨® a haber, batallar en dos frentes a la vez ha puesto al descubierto las carencias del Ej¨¦rcito de su majestad.
A pesar de ser un pa¨ªs que se envuelve f¨¢cilmente en la bandera y ama la batalla y la confrontaci¨®n, la guerra de Irak nunca ha sido popular en Reino Unido, aunque no ha cosechado los niveles de oposici¨®n popular ni las crispaciones partidarias vistas en Espa?a. Los brit¨¢nicos estaban mayoritariamente en contra de la invasi¨®n, pero se alinearon de inmediato con su Ej¨¦rcito en cuanto empezaron los combates. La posici¨®n del Ej¨¦rcito ha sido m¨¢s bien al rev¨¦s: del apoyo inicial se pas¨® al escepticismo.
El nivel y la persistencia de la violencia tras el conflicto ha sido otro factor que ha contribuido a sembrar dudas entre los militares, a menudo en desacuerdo con las t¨¢cticas de tabla rasa de sus colegas estadounidenses. Tambi¨¦n el elevado n¨²mero de bajas ha contribuido a la impopularidad de la guerra. Parad¨®jicamente, durante la invasi¨®n de Irak el Ej¨¦rcito s¨®lo tuvo 20 bajas, pero desde entonces la lista de muertos se ha elevado ya a 132. El ¨²ltimo muerto ha sido el recluta Like Simpson, de 21 a?os, el pasado 10 de febrero.
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