Un exiliado musical
Compositor reaccionario para la vanguardia musical, Hans Werner Henze ha buscado en la tradici¨®n su personal lenguaje musical al que ha dotado de color pol¨ªtico con su ideolog¨ªa radical de izquierda que le vali¨® ser declarado persona no grata en Espa?a.
Pese a ser un compositor de ¨¦xito desde pr¨¢cticamente el inicio de su carrera, hace ya seis d¨¦cadas, y de haber acaparado la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n, no s¨®lo por sus partituras sino tambi¨¦n por sus ideas pol¨ªticas, la m¨²sica de Hans Werner Henze no ha sido descubierta en Espa?a hasta hace apenas una d¨¦cada. "Me est¨¢n descubriendo ustedes con un cierto retraso. En protesta no voy a responder a sus preguntas durante un minuto", espeta burlonamente el compositor mientras insta a la interlocutora a preguntar a los gestores culturales espa?oles por el retraso.
Compositor reaccionario para la vanguardia musical surgida en Europa tras la II Guerra Musical, Henze ha sido, sin embargo, un revolucionario en sus ideas pol¨ªticas. Hijo de un maestro afiliado al partido nazi, su padre le inscribi¨® en las juventudes hitlerianas y en 1944 fue enrolado, a su pesar, en el ej¨¦rcito. Joven sensible, los horrores del nazismo y la guerra exacerbaron su odio hacia el fascismo y cuando las tropas aliadas desembarcaron en junio de 1944 en Normand¨ªa abri¨® una botella de vino para celebrarlo. Todav¨ªa recuerda con pesar el impacto emocional que le caus¨® que todo lo que ¨¦l consideraba bello fuera perseguido y aniquilado por el fascismo.
Tras la guerra acudi¨® como muchos otros j¨®venes compositores a los cursos musicales de Darmstadt, donde se forj¨® la generaci¨®n de compositores de la segunda mitad del siglo XX -el franc¨¦s Pierre Boulez y el alem¨¢n Karlheinz Stockhausen, entre ellos-, en busca de un camino a seguir. Pero el serialismo, dogma en Darmstadt, no result¨® ser la llave que abr¨ªa la puerta de la libertad que ansiaba, sino una nueva tiran¨ªa de la que huy¨®. Ello y su homosexualidad extremaron su aislamiento social hasta llevarle a un exilio personal y musical en Italia.
Lejos de las diatribas de la nueva m¨²sica, Henze se empap¨® en Italia de la tradici¨®n musical y empez¨® a elaborar su personal lenguaje de signo ecl¨¦ctico fundamentado en las formas cl¨¢sicas e influido por la tradici¨®n vocal italiana. Cree el compositor que el camino para avanzar pasa por aproximarse y superar el pasado. Henze continu¨® viajando a Alemania para estrenar sus obras mientras sus ideas pol¨ªticas viraron hacia la izquierda radical, cambio que llen¨® de ideolog¨ªa sus obras.
Convertido en un activista radical siempre en primera fila de las protestas junto a su amigo y l¨ªder estudiantil Rudi Dutschkey, en 1968 abandon¨® la Academia de las Artes de Berl¨ªn Oeste -a?os antes ya se hab¨ªa opuesto a la creaci¨®n de la Rep¨²blica Federal Alemana por considerar que destacados nazis segu¨ªan ocupando puestos de responsabilidad- para incorporarse a la de Berl¨ªn Este, donde no tardaron en boicotearlo por su af¨¢n renovador. Ese mismo a?o protagoniz¨® uno de los mayores esc¨¢ndalos musicales de la historia cuando el asalto de la polic¨ªa a la sala de conciertos impidi¨® el estreno en Hamburgo de su oratorio a la memoria del Che Guevara, La balsa de la medusa, despu¨¦s de que un grupo de estudiantes colocara una bandera roja en el escenario.
Su radical posici¨®n de izquierdas y su defensa a ultranza de Fidel Castro y la revoluci¨®n cubana -"la revoluci¨®n no se ha perdido, est¨¢ cambiando en el marco de la presi¨®n internacional, pero el mensaje de Castro y sus ideas no morir¨¢n", proclama- le vali¨® ser declarado por el r¨¦gimen franquista como persona no grata. Es por ello que la obra de Hans Werner Henze ha tardado tanto es ser conocida y reconocida en Espa?a.
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