Vivir con Eto'o
Hace unos meses escrib¨ªa en estas p¨¢ginas un art¨ªculo sobre las dificultades que tendr¨ªa el Barcelona para vivir sin Samuel Eto'o, un jugador al que consideraba determinante en el gran juego del equipo y que mejoraba las prestaciones de sus compa?eros. Pues bien, por paradojas de este mundo loco y fascinante que es el f¨²tbol, nos encontramos con que, si la lesi¨®n de Eto'o creaba muchos problemas al club, ?su vuelta tambi¨¦n viene inmersa en malentendidos, pol¨¦micas y dificultades!
Desde mi posici¨®n de entrenador he disfrutado much¨ªsimo con el juego del Bar?a estos dos ¨²ltimos a?os porque llegar a ese nivel no se logra simplemente con acumular en el campo a magn¨ªficos jugadores. Se trata de crear un ecosistema, un engranaje en el que cada pieza pueda ofrecer su m¨¢ximo rendimiento en funci¨®n del espect¨¢culo y el resultado buscado. Lograr que las peque?as sociedades funcionen resulta una p¨®cima m¨¢gica que muchas veces llega casi por azar. Pel¨¦ nunca jug¨® tan bien como con el gordo Coutinho. Muchas veces tuvo grandes figuras a su lado (Did¨ª, Garrincha, Zagalo, Jairzinho, Gerson...), pero el nivel de compenetraci¨®n que tuvo con el gordo no lo repiti¨® con otros. Hac¨ªan paredes de espalda, jugaban de tac¨®n, no necesitaban mirarse en el campo para saber la ubicaci¨®n del otro y c¨®mo pasarle el bal¨®n.
El Bar?a debe encontrar la manera de volver a las peque?as sociedades, los relevos oportunos, la combinaci¨®n adecuada de esfuerzo y talento; en definitiva, recuperar r¨¢pidamente las esencias que le llevaron a ser admirados en todo el mundo hace s¨®lo unos meses. Este delicado ecosistema est¨¢ siempre sostenido con alfileres. Cualquier divergencia entre jugadores y t¨¦cnicos o entre jugadores, lesiones, filtraciones interesadas y muchas veces malintencionadas consiguen destrozar en poco tiempo lo que ha costado tanto esfuerzo y sabidur¨ªa. La realidad de la vida y del f¨²tbol nos demuestra lo ef¨ªmero que es todo, lo r¨¢pido que se olvidan los logros conseguidos, la dificultad en recuperar el buen juego que hasta hace muy poco hab¨ªa caracterizado al equipo.
Es muy complicado desde fuera establecer las causas concretas por las cuales el Bar?a tiene esta temporada un juego anodino, lento generalmente, menos seguro en la defensa y con m¨¢s problemas para generar peligro al adversario. A veces. estando dentro de un equipo tambi¨¦n hay dificultades para sacar conclusiones porque habitualmente no obedece el problema a una ¨²nica causa. Tal vez le suceda lo que suele pasar a los equipos ganadores: despu¨¦s de un tiempo de triunfos parece que falta hambre. No es f¨¢cil definir el hambre futbol¨ªstica porque no es propiamente desidia, ni desinter¨¦s, ni aburguesamiento, aunque tiene algo de estas cosas.
En un terreno tan competitivo como el f¨²tbol, con tanta presi¨®n, cualquier peque?o detalle es importante y, si se suman muchos peque?os detalles, llegamos a ver que, siendo casi todo lo mismo, casi nada es igual. Aunque el club tiene casi a todos los mismos grandes jugadores, directiva y cuerpo t¨¦cnico, el juego no se asemeja a lo que hace muy poco todos disfrut¨¢bamos.
Por el bien del f¨²tbol y para regocijo de todos los amantes de este misterioso y amado juego, esperemos que la vuelta de Eto'o, que se ha visto envuelta en algunos nubarrones, nos devuelta al delicado ecosistema que hab¨ªa encontrado el equipo.
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