Montoya se divierte
El colombiano, que dej¨® la F-1 por aburrimiento, se adapta con ¨¦xito a los circuitos ovalados de EE UU
En los a?os 30, en plena Ley Seca, los traficantes de alcohol en Estados Unidos modificaron los coches de la ¨¦poca para poder transportar el mayor n¨²mero de cajas de botellas en los maleteros. Eran autos de serie, pero impulsados por potentes motores para huir de la polic¨ªa de ser detectados. Elliott Ness y los Intocables, que les persiguieron, tambi¨¦n debieron vivir despu¨¦s las carreras y las apuestas que empezaron a disputarse entre unos coches tan especiales. Una variante pseudolegal del uso empresarial y la mayor¨ªa de las veces en tierra, en calles polvorientas al estilo de las del lejano Oeste. Pero los caballos de verdad fueron sustituidos por los modernos mec¨¢nicos. De ah¨ª a implantarse como deporte-espect¨¢culo de masas s¨®lo hac¨ªa falta tiempo. Tras la Segunda Guerra Mundial, el circuito de Daytona, legendaria ciudad del motor estadounidense, fue el escenario de la primera carrera oficial el 15 de febrero de 1948. Cerca de 60 a?os despu¨¦s, a este mundo tan movido de los stock-cars, que re¨²ne cada fin de semana una media de 100.000 espectadores en directo y millones ante los televisores, y no huyendo de la polic¨ªa, sino precisamente de la F¨®rmula 1, ha llegado, a sus 31 a?os, el colombiano Juan Pablo Montoya.
"Me fui por aburrimiento. Ya no ten¨ªa nada que hacer. S¨®lo me faltaba ganar el Mundial y la posibilidad era m¨ªnima. No disfrutaba luchando por ser quinto o sexto". Es la versi¨®n que cuenta Montoya de su abrupta salida de McLaren, donde cumpl¨ªa su segunda temporada, sin haber terminado su contrato, tras haber estado cuatro en Williams. Pero Ron Dennis, el patr¨®n de la escuder¨ªa, que le despach¨® en medio minuto de conversaci¨®n, estaba harto de ¨¦l desde que se lesion¨® un hombro jugando al tenis como un ni?o irresponsable y termin¨® de condenarle cuando acab¨® sacando de la pista a su compa?ero Kimi Raikkonen en el ¨²ltimo gran premio que disput¨® en Indian¨¢polis. Su n¨²mero 95 en seis campa?as, con siete victorias.
Montoya hab¨ªa llegado en 2001 a la F-1 tras ganar precisamente la CART en 1999 y las 500 Millas de Indian¨¢polis en 2000 con el equipo de Chip Ganassi, el mismo que vuelve a acogerlo ahora con el legendario Mario Andretti de portavoz, trabajo que alterna con sus vi?edos californianos de Napa. En la F-1, el colombiano demostr¨® su calidad como piloto, pero tambi¨¦n cometi¨® muchos errores por su manera de conducir agresiva. Amenazaba con ser el sucesor de Michael Schumacher, pero nunca se adapt¨®.
Montoya pilota ahora enjaulado en un Dodge mucho m¨¢s pesado (1.500 kilos) que su ¨²ltimo McLaren (600) y ha ido aprendiendo a controlar su agresividad en un campeonato con el doble de participantes que la F-1, circuitos ovalados, una forma de conducci¨®n muy distinta, y donde los toques son continuos. Las velocidades tambi¨¦n rondan los 300 kil¨®metros por hora. Parece un cara o cruz para ¨¦l. "S¨¦ que es muy dif¨ªcil, pero ahora me divierto", ha comentado; "y no me importa si alguien piensa que es un paso atr¨¢s en mi carrera o que me juego mi prestigio. Me han ofrecido volver a la F-1 si me aburro en la NASCAR (Asociaci¨®n Nacional de Carreras de Coches de Serie), pero aqu¨ª corro m¨¢s y he vuelto a ser yo". Montoya siempre ha sido muy altivo, muy impulsivo. Con fama de antip¨¢tico, con pocos amigos, incluso se queja de no ser tan querido en su pa¨ªs por su car¨¢cter. Pero ¨¦l mismo se lo busca con gestos as¨ª: "A m¨ª no me importa que me pidan aut¨®grafos en un restaurante, pero primero que me dejen terminar de comer".
El pasado 28 de enero, Montoya gan¨® las actuales 24 Horas de Daytona, otra de las orlas que faltaba en su historial, y hace una semana sobrevivi¨® en el mismo circuito en sus 500 Millas, con las que comenzaba la temporada 2007 de la F¨®rmula NASCAR. En ¨¦sta tan s¨®lo pudo ser el 19? tras salir en el puesto 36? de 43 participantes, pero en Daytona qued¨® por delante de grandes nombres en este circo.
Ser¨ªa un hito que lograra triunfar en la NASCAR, donde muchos otros pilotos de "f¨®rmulas m¨¢s impactantes" no han podido. De momento, Mike Helton, el presidente, est¨¢ encantado con su llegada: "Es hist¨®rico, pues un hombre de su categor¨ªa re¨²ne todas las cosas importantes que necesitamos para crecer.Atraer¨¢ no s¨®lo a la afici¨®n hispana, sino a la internacional".
No gan¨® ni estuvo entre los primeros en su deb¨² de la temporada, pero super¨® a grandes nombres y miles de miradas ya est¨¢n pendientes de lo que hace el coche negro con el n¨²mero 42 rojo.
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