Hijos de Luis Candelas
(Banda sonora: Martirio, con Chano Dom¨ªnguez al piano. Coplas de Luis Candelas.)
Hace 170 a?os (el 25 de febrero de 1837), el Diario de Avisos publicaba la orden de caza y captura del m¨¢s famoso bandido madrile?o de todos los tiempos, Luis Candelas (1806-1837), figura se?era en la historia universal de la delincuencia con estilo, a la altura de facinerosos tan rom¨¢nticos y exquisitos como Robin Hood o Jos¨¦ Mar¨ªa El Tempranillo. Fue ajusticiado a garrote vil pocos meses despu¨¦s. Subi¨® al pat¨ªbulo con elegancia, serenamente, mir¨® al populacho y dijo: "Patria m¨ªa, s¨¦ feliz". En Madrid se le tem¨ªa m¨¢s que a un nublado. Sus atracos provocaban carcajadas en toda la capital. ?ste era su ¨²nico dogma: "No herir ni matar a nadie". Candelas merece un pelicul¨®n o, al menos, una columna.
Ser¨ªa conveniente que aprendieran de ¨¦l los innumerables y variopintos chorizos de guante blanco que pululan ahora mismo por Madrid busc¨¢ndose la vida de forma vergonzante. La biograf¨ªa de Luis Candelas Cagigal es vertiginosa. S¨®lo vivi¨® 31 a?os, pero intensos. Se juntaba por instinto con lo m¨¢s golfo del barrio, aunque su padre era un carpintero respetable. Estudi¨® con los jesuitas, pero les sali¨® rana y lo expulsaron del colegio. El chico, que no ten¨ªa un pelo de tonto, se qued¨® con la copla de la Ilustraci¨®n. Durante toda su vida, entre atraco y atraco, fue lector entusiasta. Seguro que ley¨® a Quevedo, porque algunas de sus m¨¢s desternillantes haza?as est¨¢n casi calcadas del busc¨®n don Pablos. El mozo era tambi¨¦n redomado mujeriego. Tuvo la osad¨ªa de mantener relaciones con Lola La Naranjera, amante del rey Fernando VII. M¨¢s datos para los guionistas: despu¨¦s de un atraco importante, desaparec¨ªa una temporada. La polic¨ªa pensaba que hab¨ªa huido al extranjero. Pero no. Candelas se transformaba con diversos maquillajes, resid¨ªa en la calle de Tudescos, se vest¨ªa como un potentado, acud¨ªa a los saraos elegantes y repart¨ªa tarjetas de visita con esta leyenda: "Luis ?lvarez de Cobos. Hacendista del Per¨²".
Rom¨¢ntico, bon vivant y, adem¨¢s, mas¨®n e ilustrado. Esto coment¨® sobre un poema infame: "No es una letrilla; es una letrina".
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