La tecnolog¨ªa y el orgullo nacional
El anuncio del lanzamiento de un cohete espacial dice tanto del desarrollo tecnol¨®gico de Ir¨¢n como de la psique colectiva de los antiguos persas. Pueblo orgulloso donde los haya, Ir¨¢n tiene un anhelo casi enfermizo por el progreso cient¨ªfico. De ah¨ª que la noticia de cualquier avance constituya un est¨ªmulo para la moral del pa¨ªs, muy da?ada por a?os de marginaci¨®n y dobles raseros de la comunidad internacional.
A principios de este mes, el ministro de Sanidad, Kamran Lankaran¨ª, anunci¨® que cient¨ªficos iran¨ªes hab¨ªan desarrollado un medicamento a base de plantas capaz de reforzar el sistema inmunol¨®gico del cuerpo humano frente al virus del sida. Pocos d¨ªas despu¨¦s, la prensa local informaba del descubrimiento de un tratamiento para la m¨¦dula espinal.
"Estamos determinados a ser la primera potencia regional en el campo de las tecnolog¨ªas modernas; es el objetivo de nuestra visi¨®n a 20 a?os", reconoci¨® sin ambages el ministro de Defensa, Mostafa Nayar, el pasado s¨¢bado durante la inauguraci¨®n de una conferencia de la Organizaci¨®n Aeroespacial.
En ese contexto, mucho m¨¢s que en el militar, es en el que los iran¨ªes interpretan el programa nuclear de su pa¨ªs. De ah¨ª el apoyo casi un¨¢nime que suscita. M¨¢s all¨¢ de la actual coyuntura pol¨ªtica, este pueblo, que remonta su historia a 5.000 a?os atr¨¢s, se siente y se ve como una potencia regional a la que intereses espurios no dejan avanzar. Por esto tambi¨¦n, la amenaza de sanciones o de un ataque militar tiene el efecto de unirles.
"Los occidentales no est¨¢n preocupados por la existencia y actividad de las centrifugadoras en Ir¨¢n; lo que les preocupa es el colapso de su hegemon¨ªa y su poder hueco", manifest¨® ayer en esa misma l¨ªnea el presidente, Mahmud Ahmadineyad.
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