Lo que ocultaba el 'checkpoint Charlie'
A finales de los cuarenta y en los primeros cincuenta, el cine de Berl¨ªn en ruinas era todo un subg¨¦nero. Pel¨ªculas en blanco y negro, en las que los grandes protagonistas eran la ciudad dividida en sectores por los aliados que hab¨ªan derrotado a la Alemania nazi y el archifamoso checkpoint Charlie, que separaba el llamado mundo libre del error sovi¨¦tico. Se trataba de filmes cargados de ideolog¨ªa en primer grado, comestibles como una hamburguesa, cuya estirpe se extingui¨® como los propios trasuntos b¨¦licos de la II Guerra con el paso del tiempo. Cuando en los a?os sesenta se volvi¨® al lugar del crimen con Un, dos tres, de Billy Wilder, tuvo necesariamente que ser en clave de comedia, porque nadie se estremec¨ªa con la menci¨®n del tel¨®n de acero.
EL BUEN ALEM?N
Direcci¨®n: Steven Soderbergh. Int¨¦rpretes: Cate Blanchett, George Clooney, Tobey Maguire. G¨¦nero: Intriga. EE. UU., 2006. Duraci¨®n: 105 minutos.
Y, hoy, as¨ª que han pasado 50 a?os, el director Steven Soderbergh, pero, sobre todo, el actor con vitola de progre George Clooney, revisita aquel tiempo y aquella ciudad con un prop¨®sito claramente revisionista. As¨ª se nos dice que nada era como cre¨ªamos, con todo eso de la Europa dividida y ocupada por los sovi¨¦ticos; que el ajuste de cuentas occidental con el nazismo -lo que no ignor¨¢bamos- fue un cuento entre chino y de hadas; con la intenci¨®n, en definitiva, de presentar una cara diferente de esos primeros momentos de la guerra fr¨ªa, en la Mitteleuropa.
Y esa revisi¨®n de ¨¦poca se hace, curiosamente, homenajeando tanto como ironizando sobre aquellas cintas. Berl¨ªn color negro-miseria, monumentos de ruinas tanto o m¨¢s que ruinas de monumentos, miradas perdidas en el horizonte, logreros de varia condici¨®n, militares con cara de polic¨ªas y polic¨ªas con cara de alcahuetes. Y una m¨²sica que avisa con pasable estruendo del drama que circula en la pantalla.
El formato es de pel¨ªcula policiaca. Un crimen y todos los misteriosos flecos que se le adivinan, solicitan la atenci¨®n de un reportero norteamericano, que vuelve a Berl¨ªn despu¨¦s de haber trabajado en la ciudad en el periodo de entreguerras. Una antigua amante del periodista metido a investigador, jud¨ªa superviviente por a?adidura, despliega un benem¨¦rito sentido protector sobre su marido, que es el buen alem¨¢n, en torno al que gira la c¨¦dula de habitabilidad de la pel¨ªcula.
Pero, en realidad, intriga hay m¨¢s bien poca; la acci¨®n progresa con alguna dificultad por falta de materia prima, hasta el punto de que, pasadas unas cuantas secuencias, alguno de los personajes nos ha de poner al d¨ªa sobre lo que se supone que se sobrentiende, pero que no es seguro que hayan captado los espectadores.
Soderbergh est¨¢ desde hace bastantes a?os en una accidentada b¨²squeda de la originalidad y el ¨¦xito, sin que parezca capaz de cobrar plenamente la pieza.
Y en un curso un tanto paralelo, despu¨¦s de una o dos comedias de encargo, Clooney hace su pel¨ªcula comprometida para reconciliarse con la inevitable continuidad de George W. Bush en la presidencia de EE UU, y lo cierto es que le quedan mejor los anuncios de un conocido verm¨² que el personaje de Jake Geismar. Todo lo que sea interpretar queda, por tanto, a cargo de Cate Blanchett en una muy digna personificaci¨®n de Marlene Dietrich, donde acent¨²a la angustia y contiene la nostalgia. Y para el arc¨®n de las curiosidades, an¨®tese la presencia de Tobey Maguire, que hace unos a?os a¨²n era el hermano menor de una serie de televisi¨®n llamada Los problemas crecen, en un personaje con muchas m¨¢s posibilidades que el del propio reportero con cara de famoso actor de Hollywood.
Babelia
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