Monstruo pol¨ªtico
A veces una afirmaci¨®n con m¨¢s pinta de eslogan publicitario que de comentario especializado se a?ade al t¨ªtulo de una determinada pel¨ªcula y hace que ¨¦sta se pasee por medio mundo con la frase pegada a la chepa, a la espera de que ejerza de ayuda o de r¨¦mora. The Host, dirigida por el coreano Bong Joon-ho, fue calificada por el cr¨ªtico de la prestigiosa revista Variety como "la mejor pel¨ªcula de monstruos de la historia", y desde entonces parece inevitable que por los pa¨ªses donde se estrena se comente si semejante etiqueta es justa, exagerada o un simple dislate. A la espera de que sea el tiempo quien ponga en su lugar a la pel¨ªcula, lo cierto es que The Host pasa por ser una de las propuestas m¨¢s sugestivas del cine reciente en materia terror¨ªfica.
THE HOST
Direcci¨®n: Bong Joon-ho. Int¨¦rpretes: Song Kan-ho, Byeon Hie-bong. G¨¦nero: terror. Corea del Sur, 2006. Duraci¨®n: 119 minutos.
Bong Joon-ho, reconocido tras el ¨¦xito de la notable Memories of murder en el Festival de San Sebasti¨¢n de 2003 (galardonada con la Concha de Plata y con el Premio de la Cr¨ªtica), recupera con The Host el esp¨ªritu del terror de serie B de los a?os cincuenta y lo aplica a una especie de f¨¢bula sobre el hero¨ªsmo de los pobres, con elementos de s¨¢tira pol¨ªtica. Joon-ho huye de las formas habituales del cine de terror y ni siquiera ejecuta los mecanismos propios que convierten una escena de tensi¨®n en algo meramente aterrador. Al director no le interesa tanto que la platea pase miedo como romper con los c¨®digos instalados en el panorama del cine de monstruos. Porque The Host, como Tibur¨®n, Alien o La cosa, no es m¨¢s que la caza y captura de una criatura que amenaza la estabilidad de un estatus vital organizado. Sin embargo, el autor coreano escapa del t¨®pico casi en cada secuencia. Frente a la rapidez del montaje, a la preponderancia de los planos cortos y a la exposici¨®n puntual de la criatura, Joon-ho apuesta por los planos generales continuados y que el monstruo se vea con claridad.
Por otra parte, y como ya ocurr¨ªa en los a?os de la guerra fr¨ªa, cuando el cine de terror se emparentaba con la cat¨¢strofe y el Apocalipsis como forma de narrar una amenaza, The Host utiliza el doble sentido pol¨ªtico con una descomunal sorna. Si se sustituye el virus que crea el monstruo por las armas de destrucci¨®n masiva, tanto los di¨¢logos como la explicaci¨®n final adquieren una nueva dimensi¨®n.
De modo que no parece casual que un m¨¦dico de una base militar estadounidense en Corea sea el que provoque la contaminaci¨®n y la mutaci¨®n; que un cient¨ªfico americano (?afectado de estrabismo!) no sepa resolver la situaci¨®n; que la ayuda militar no funcione, y que acaben pidiendo disculpas y ech¨¢ndole la culpa a "la falta de informaci¨®n".
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