"Para crecer como artista tienes que matar al padre"
Lleg¨® al arte desde el rock radical vasco y las vanguardias hist¨®ricas y creci¨® en contacto con el mundo underground de Nueva York. Ibon Aranberri (Itziar-Deba, Guip¨²zcoa, 1969), creador conceptual presente en el Artium y el Reina Sof¨ªa, es el ¨²nico espa?ol seleccionado para participar en la Documenta de Kassel a partir del 16 de junio.
Cuando los ni?os de su generaci¨®n jugaban al f¨²tbol, ¨¦l segu¨ªa con los prism¨¢ticos el vuelo de los p¨¢jaros; cuando esos mismos ni?os -ya adolescentes en los a?os ochenta- hac¨ªan planes con la cuadrilla, ¨¦l se empapaba de rock local y se dejaba contaminar por las vanguardias hist¨®ricas. Ibon Aranberri estudi¨® Arquitectura, Bellas Artes y Dise?o y se hizo artista casi sin quererlo. Por car¨¢cter y sensibilidad. Pero tambi¨¦n porque le toc¨® crecer en un entorno rural e industrial que ofrec¨ªa pocas alternativas a quienes no llevaban una vida de carril. Hoy este creador, que ya particip¨® en la Manifesta de Francfort, prepara su cita de Kassel.
Pregunta. No se le ve excesivamente ilusionado. ?Lo est¨¢?
Respuesta. Supone un reconocimiento, desde luego. Pero no acabo de entender que se tome mi participaci¨®n como unas Olimpiadas. Es fruto del recorrido internacional de mi trabajo y de la fructificaci¨®n de un di¨¢logo que manten¨ªa desde 2002 con Roger M. Buergel, director de Documenta.
P. ?Tiene ya decidido con qu¨¦ obras se presentar¨¢ en esta cita?
R. Llevar¨¦ una serie de fotograf¨ªas a¨¦reas de pantanos espa?oles ya existente que voy a adaptar y un proyecto m¨¢s ensay¨ªstico que se ir¨¢ desvelando. Es un montaje en 16 mil¨ªmetros en torno al cine de monta?a como un g¨¦nero en s¨ª mismo. Me interesa la herencia rom¨¢ntica degenerada hist¨®ricamente en exaltaci¨®n nacionalsocialista y toda esa naturalizaci¨®n de una faceta militante en sectores del monta?ismo. Pero los dos est¨¢n a¨²n gest¨¢ndose y pueden cambiar.
P. ?C¨®mo se llega hasta Kassel? ?La vocaci¨®n le viene de familia?
R. Artistas de familia s¨®lo hay en familias ricas. Era t¨ªpico hace unos a?os que hubiera un cura, un etarra, un yonqui, una loca y un artista en las familias numerosas de la aristocracia donostiarra. Otra cosa es que se considere artista a quien integra la creatividad en su vida. Y ah¨ª mi padre, en su ausencia (muri¨® cuando yo era ni?o), s¨ª fue un modelo, porque incorpor¨® lo visionario a las pr¨¢cticas sociales, fue como un h¨¦roe local.
P. ?Tuvo conciencia de artista desde ni?o?
R. No hubo un momento de iluminaci¨®n en el que dije "quiero ser artista". Ha tenido que ver con el contexto donde he crecido, la relaci¨®n que se ha dado en el Pa¨ªs Vasco entre distintas generaciones de creadores y mis viajes al extranjero. Dibujaba desde ni?o, con ocho a?os me compr¨¦ ya una c¨¢mara de fotos y, como nunca he tenido cuadrilla, fui proyectando mi imaginario.
P. ?Alguna vez se sinti¨® un bicho raro?
R. Siempre. Aquello me marc¨® bastante, y cuando me fui a San Sebasti¨¢n, a los 14 a?os, entr¨¦ en serio en las artes visuales desde asignaturas electivas.
P. Su trabajo siempre ha sido m¨¢s conceptual que manual. ?Nunca le ha interesado la est¨¦tica por la pura est¨¦tica?
R. Mi imaginario se funda en una relaci¨®n mental con lo est¨¦tico. Los ochenta son muy ricos en la est¨¦tica del rock radical vasco (Esorbuto, Kortatu...), no s¨®lo en m¨²sica. El propio contexto fue catalizador de diferentes aplicaciones pl¨¢sticas en relaci¨®n a lo musical: p¨®sters, murales... Y cuando era adolescente empec¨¦ a participar de eso. Conoc¨ª adem¨¢s a Jorge Oteiza, a Vicente Ameztoy, a Iv¨¢n Zulueta, y m¨¢s tarde a ?ngel Bados, Txomin Badiola...
P. Y le marcaron.
R. Todos hemos necesitado de nuestros h¨¦roes... Pero luego muchas de esas figuras cayeron y ese imaginario qued¨® en mito. Y, entonces, ya no te sientes parte de una coyuntura que te proteja y si quieres crecer como artista tienes que actuar de francotirador. Se trata, digamos, de matar al padre. As¨ª que me march¨¦ a Nueva York en pleno idealismo de la cultura electr¨®nica, la vuelta de los abuelos conceptuales... Digamos que los iconos que me sirvieron para crecer tienen que ver con el Nueva York underground. Fue un momento decisivo; dej¨¦ de trabajar en el sentido formalista y empec¨¦ a participar en un contexto. Todos mis trabajos recientes tienen una parte de investigaci¨®n, que es lo que m¨¢s me interesa. Cuando la investigaci¨®n deja de serlo para plasmarse f¨ªsicamente es cuando incorporo los lenguajes del arte, que pueden ser la fotograf¨ªa y la escultura, disciplinas que para m¨ª son paradigm¨¢ticas del arte moderno.
P. Dice que Nueva York fue decisivo en su trayectoria. Sin embargo, volvi¨® pronto a Espa?a.
R. Entend¨ª que la propia ciudad me realizaba, con lo cual me convert¨ªa en ciudadano pasivo.
P. A su vuelta, su obra se carga de referencias locales. Proyect¨®, por ejemplo, sin ¨¦xito el lanzamiento de fuegos artificiales en la contestada central nuclear de Lemoiz.
R. De no haber salido al extranjero, no hubiera tenido la capacidad de hacerlo. ?sa fue una ¨¦poca fundamental para saldar mis cuentas, que tienen que ver con cuestiones educativas y motivaciones pol¨ªticas y sentimentales.
P. ?Le interesa mucho la pol¨ªtica?
R. S¨ª, pero como componente inherente del lugar del artista en el mundo. No me interesa la pol¨ªtica como secci¨®n de peri¨®dico, sino incorporada a la pr¨¢ctica.
P. Su trabajo Horizontes est¨¢ realizado a partir de reproducciones de obras de Eduardo Chillida. ?Le ha influido mucho?
R. Creo que Chillida nos ha influenciado negativamente. Hemos vivido mucho de esa idea del t¨®tem, del artista macho h¨¦roe...
P. Tambi¨¦n a Oteiza se le ha idolatrado.
R. S¨ª, pero es importante integrar esta generaci¨®n en un contexto global hist¨®rico de la modernidad. Si no, se crea una perniciosa relaci¨®n ed¨ªpica en el c¨ªrculo local. Son casi figuras de sometimiento. De todas formas, veo una diferencia entre ellos. Chillida es un grand¨ªsimo artista pero s¨®lo es un artista. Y Oteiza no s¨®lo es artista, la idea de proyecto estuvo integrada en todas las facetas de su vida.
P. Hoy, que parece que todo vale, ?qu¨¦ es para usted el arte?
R. El arte ya no existe, existe la experiencia est¨¦tica. El arte no existe en tanto que objeto, porque los objetos han de ser transicionales. Aunque ya se encarga el mercado de fetichizar y convertir el objeto en algo ensimismado y aut¨®nomo.
P. En sus trabajos huye precisamente de eso. ?Le preocupa que no le entiendan?
R. Me da igual. Es decir, el espectador seguramente participa de una mirada educada, pero tampoco pretendo llegar a las masas. En todo caso, es un lastre que cuando uno trabaja m¨¢s all¨¢ de la convenci¨®n tenga que estar siempre explicando su trabajo. Parece que si no te declaras por los medios, ni por la fotograf¨ªa, ni v¨ªdeo, ni pintura o escultura, lo que haces tiene que justificarse en t¨¦rminos de significado. Y ¨¦sa es una trampa.
P. ?Se siente parte de una generaci¨®n de artistas?
R. S¨®lo a nivel afectivo, no desde el trabajo, aunque es dif¨ªcil diferenciar hasta d¨®nde llega esa identificaci¨®n, hasta d¨®nde llega el intercambio de conocimientos y de trabajo. Creo que eso forma parte del pasado. Frente a grupos de una ¨¦poca como el Movimiento Situacionista, ahora mismo el arte transita m¨¢s por el camino de la individualidad. A veces trabajo colectivamente, pero son colaboraciones que se dan a partir de los propios objetivos del trabajo, no s¨®lo desde lo amistoso."Chillida nos ha influido negativamente. Hemos vivido mucho de esa idea del t¨®tem" "Es un lastre tener que estar explicando siempre tu trabajo si trabajas m¨¢s all¨¢ de la convenci¨®n"
Babelia
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