Dopaje de costa a costa
Tras el esc¨¢ndalo de los laboratorios Balco aparece en EE UU otro centro de distribuci¨®n
El esc¨¢ndalo de los laboratorios californianos Balco, en San Francisco, abri¨® definitivamente, hace cinco a?os, la espita del dopaje generalizado en Estados Unidos. Cuando su investigaci¨®n a¨²n sigue en marcha, ha surgido un nuevo foco de distribuci¨®n, una compa?¨ªa farmac¨¦utica en Orlando denominada Signature Pharmacy. De California a Florida, de costa a costa, de Oeste a Este. Los agentes antidroga federales y estatales entraron a saco la semana pasada en dos farmacias donde se vend¨ªan productos por Internet y detuvieron a cuatro personas, aunque a¨²n podr¨ªan ser arrestadas otras 20, entre ellas seis m¨¦dicos y tres farmac¨¦uticos. Los Victor Conte (fundador de Balco) del sureste del pa¨ªs son el matrimonio Stan y Naomi Loomis, junto a Mike, hermano de Stan. Esta vez, de momento, est¨¢n implicados atletas universitarios, y tambi¨¦n entrenadores y dos culturistas, uno de ellos antiguo Mister Olympia (equivalente a campe¨®n mundial). No han aparecido ning¨²n Tim Montgomery ni Marion Jones, cierto, pero s¨ª importantes jugadores de b¨¦isbol y de f¨²tbol americano. De nuevo grandes figuras de deportes profesionales estadounidenses.
Precisamente un fiscal de Albany (Nueva York), David Soares, declar¨® que la intervenci¨®n policial a la que asisti¨® fue ordenada al detectarse que varios deportistas eran clientes de una red de distribuci¨®n de anabolizantes. Pero aclar¨®: "Entiendo que la historia se convierta en m¨¢s interesante al estar involucrados atletas conocidos, pero nuestro fin es s¨®lo acabar con los cabecillas y sus canales de distribuci¨®n".
El The Times Union, peri¨®dico de la localidad neoyorquina que dio la noticia, tambi¨¦n adelant¨® los primeros nombres de dos jugadores de b¨¦isbol implicados: Gary Matthews j¨²nior y el ex lanzador Jason Grimsley, que tras 15 temporadas en las Grandes Ligas fue sancionado con 50 partidos el pasado mes de junio al aparecer en una investigaci¨®n federal sobre drogas. Matthews, que tiene uno de los muchos contratos multimillonarios en el b¨¦isbol, de 55 millones de d¨®lares (41,6 millones de euros) por cinco temporadas, se hizo el loco y dijo desde el campo de entrenamiento de su equipo en Tempe (Arizona): "Estamos averiguando por qu¨¦ apareci¨® ah¨ª mi nombre. Entonces hablar¨¦".
El ex senador dem¨®crata George Mitchell advirti¨® en enero a los due?os de los clubes de b¨¦isbol que, si no cooperan en su investigaci¨®n sobre el consumo de anabolizantes, las posibilidades de que el Gobierno intervenga directamente ser¨ªan muy altas.
La otra cara de la ¨²ltima moneda de este esc¨¢ndalo de dopaje la ponen los Steelers de Pittsburgh, uno de los grandes equipos de la NFL, cinco veces ganadores de la Superbowl, la ¨²ltima en 2006. En enero, un detective viaj¨® a la helada y nevad¨ªsima entonces ciudad del acero para tomar declaraci¨®n al m¨¦dico, Richard A. Rydze, que seg¨²n el club es uno de los siete que tiene, y que s¨®lo trabaja los d¨ªas de los partidos. Las sospechas ven¨ªan porque con la tarjeta personal del doctor se hab¨ªan pagado 150.000 d¨®lares (114.000 euros)en 2006 en medicamentos que conten¨ªan testosterona y hormona del crecimiento. Rydze ha argumentado que eran para sus pacientes privados. Si fueron para el equipo, al menos para la temporada que termin¨® en febrero pasado, no le sirvieron deportivamente para renovar su t¨ªtulo.
Rydze es uno m¨¢s de los atrapados en el ovillo. Un colega suyo de Albany fue el primer arrestado al empezar a tirarse del hilo en la ¨²ltima investigaci¨®n de tr¨¢fico de productos dopantes por Internet. Seg¨²n el fiscal Soares, Signature vendi¨® prescripciones, incluso de m¨¦dicos sin t¨ªtulo, que en el condado de Albany ascendieron a 250.000 d¨®lares (190.000 euros), pero en todo el estado de Nueva York superaron los 10 millones (7,5 en euros). Los agentes que intervinieron los productos en Orlando llenaron de cajas un cami¨®n.
Victor Conte no se mostr¨® sorprendido por el nuevo caso: "Todo el mundo consume ahora productos para aumentar su rendimiento. Quiz¨¢ ha llegado el momento de reconocer que estamos viviendo en una sociedad farmacol¨®gica", coment¨® con su sorna habitual, con la que se ha librado de males mayores. Se declar¨® culpable y sald¨® con una condena de ocho meses de c¨¢rcel todo el esc¨¢ndalo que ha salpicado, y sigue salpicando, a muchos.
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