Pizarro espera
El presidente de la el¨¦ctrica estudia los movimientos de sus contrincantes antes de lanzar su contraataque
Manuel Pizarro, presidente de Endesa, acudi¨® puntualmente a la conferencia que el analista brit¨¢nico Martin Wolf (principal comentarista econ¨®mico del Financial Times) ofrec¨ªa la noche del pasado martes en el sal¨®n de actos de la sede del BBVA en Madrid. Cuando lleg¨®, el mercado era un hervidero de rumores sobre la compra de acciones de Endesa por la el¨¦ctrica italiana Enel. ?l los conoc¨ªa desde primera hora; pero, al menos aparentemente, no se mostraba alterado. Mir¨® el reloj un par de veces y el m¨®vil en una ocasi¨®n. Cuando recibi¨® el mensaje de que el desembarco italiano se hab¨ªa confirmado, sigui¨® a la escucha de las predicciones sobre la econom¨ªa espa?ola, no precisamente optimistas, de Wolf.
Pase lo que pase, Pizarro seguir¨¢ en la brecha y alimentando las ansias del PP
E.ON quiere que se investigue si los Gobiernos de Espa?a e Italia han pactado
Antes de la cena, sus servicios de prensa le entregaron el escueto comunicado en el que Enel anunciaba la adquisici¨®n del 9,99% de la el¨¦ctrica y la intenci¨®n de alcanzar el 25%. Coincid¨ªa con la hora de cierre de Wall Street. Se alz¨® las gafas para leer y apenas hizo comentarios. Esa ma?ana, Pizarro no hab¨ªa querido descolgar el tel¨¦fono para preguntar a sus colegas italianos, a los que Endesa hab¨ªa vendido en 2002 su filial Viesgo, que opera en la comunidad de Cantabria. Ni a ¨¦l ni a su segundo, Rafael Miranda, que se encontraba fuera de Espa?a, les hab¨ªan llamado. Simplemente prefiri¨® quedarse a la espera.
Es su estilo. Esperar y ver. Luego, actuar. Ahora, cuando parec¨ªa que la larga batalla por el control de la primera el¨¦ctrica espa?ola tocaba a su fin, los viejos amigos italianos regresan a la fortaleza de Endesa, aunque con unas intenciones muy distintas. Quieren meterse hasta la cocina y fregar los platos. Mandar y evitar que lo haga E.ON, el gigante alem¨¢n que ha lanzado una OPA sobre Endesa y que a estas alturas parec¨ªa intocable. Pizarro ha tenido que volver a asomar su cetro y preparar todo el repertorio del que ha hecho gala durante los m¨¢s de 18 meses que dura este l¨ªo el¨¦ctrico.
Este aragon¨¦s ejerciente, de 55 a?os, que entr¨® en Endesa como consejero para "defender el carb¨®n de Teruel" siendo presidente de la caja de ahorros Ibercaja, se arm¨® hasta los dientes para luchar contra la OPA de Gas Natural, que consideraba un insulto a los accionistas. Aunque suele ser tranquilo, es dif¨ªcil de olvidar aquella imagen en la que, a los pocos d¨ªas de la oferta, perdi¨® la compustura ante la prensa blandiendo la Constituci¨®n Espa?ola. De discurso f¨¢cil e incisivo, este abogado del Estado que se hizo rico como agente de Cambio y Bolsa antes de meterse a empresario encontr¨® en seguida el apoyo incondicional del PP, que vio en aquello un campo abonado para denigrar al Gobierno.
Ahora, cuando parec¨ªa sentirse c¨®modo con los alemanes, vuelta a empezar. Pizarro, que con su encastillamiento ha conseguido que la acci¨®n de Endesa se duplique y los peque?os accionistas le veneren, tiene todo el pescado vendido. No se sabe lo que hab¨ªa pensado E.ON de su futuro en la empresa; pero, fuera lo que fuera, ¨¦l va a seguir dando guerra. Y, a la postre, va a seguir alimentando las ansias del partido de la oposici¨®n, sobre el que se le atribuye una fuerte ascendencia.Cuando lleg¨® al poder en 1996, el PP recurri¨® a ¨¦l y se hinch¨® de recomendar compa?eros de oficio burs¨¢til para presidir empresas y cargos p¨²blicos (Francisco Gonz¨¢lez, para Argentaria, hoy BBVA; C¨¦sar Alierta, para Tabacalera, ahora Altadis; Jaime Caruana, para el Banco de Espa?a...). ?l prefiri¨® estar en la retaguardia. Esperar y ver. Hasta que en 2002, tras la frustrada fusi¨®n de Endesa e Iberdrola, sustituy¨® a Rodolfo Mart¨ªn Villa en la presidencia y tuvo que dejar la de la bolsa, que tanto le gusta. No obstante, siempre ha sido constructivo y dialogante, que tiene la filosof¨ªa del albacea ("hacer de consejero sin estorbar") y al que en ocasiones ha acudido la izquierda para componer acuerdos.
El d¨ªa 20, Pizarro somete a la junta el cambio de estatutos para levantar el blindaje que limita al 10% los derechos de voto. Los accionistas podr¨¢n pronunciarse. ?l ha asegurado que le da igual la nacionalidad del comprador, aunque su equipo buscase como loco a los alemanes para oponerse a la oferta de la espa?ola Gas Natural, lo que origin¨® alg¨²n conflicto pol¨ªtico. Lo que rechazaba es un precio que, a su juicio, no reflejaba el valor y la verdad es que tambi¨¦n dijo que los 27 euros que ofrec¨ªa el aliado E.ON le parec¨ªa poco dinero. Cifr¨® el precio te¨®rico en 45 euros. No anduvo lejos.
En medio de toda esta ceremonia de la confusi¨®n, fuentes de la el¨¦ctrica hablan claro: "Enel ha lanzado una OPA sobre el 25% en plan salvaje en medio de una OPA superregulada y son los fondos de inversi¨®n los que se han beneficiado directamente mientras el minoritario ve pasar de largo paquetones de dinero". ?se puede ser el drama que Pizarro ha augurado a las autoridades. Hay quien pronostica que si E.ON sale derrotada y la OPA se va al garete, la acci¨®n se derrumba. Seg¨²n esas fuentes, los organismos reguladores deber¨ªan exigir a Enel que dejara claro si est¨¢ dispuesta a lanzar una OPA para garantizar la tranquilidad de los accionistas.
El capitalismo, como sabe Pizarro, es as¨ª de feroz. La irrupci¨®n de Enel ha sido abrupta. Llena de controversias. Primero, lo hace aprovechando que E.ON est¨¢ maniatada por la normativa burs¨¢til que le impide comprar acciones mientras la OPA est¨¢ en curso y no puede mejorar el precio fijado (38,75 euros por acci¨®n); segundo, es una empresa que ya est¨¢ presente en otra compa?¨ªa el¨¦ctrica espa?ola y, adem¨¢s, es de mayor¨ªa p¨²blica, por lo que necesita el permiso del Gobierno espa?ol para tener m¨¢s del 3% de derechos pol¨ªticos en el capital de Endesa; tercero, su llegada est¨¢ precedida de la reuni¨®n bilateral entre los primeros ministros de Espa?a e Italia en Ibiza (17 de febrero) y de encuentros de los responsables de la empresa con el ministro de Industria, Joan Clos, y el director de la Oficina Econ¨®mica, David Taguas (16 de febrero); y cuarto, sus intereses coinciden con los de Acciona, que tambi¨¦n quiere desposeer a E.ON de lo que casi ten¨ªa en la mano.
Algunas fuentes consideran que la CNMV est¨¢ siendo muy restrictiva en la interpretaci¨®n de la norma y que tendr¨ªa que permitir mejorar la OPA o comprar acciones como lo ha hecho Enel. Esas fuentes sostienen que al no haber habido competidor a la hora de presentar el sobre cerrado, tendr¨ªan que levantarse los impedimentos. La CNMV, que no ha dejado de dar vueltas al asunto y llamar a los protagonistas, ha recordado que la ley no permite modificaciones. Por otra parte, fuentes consultadas han asegurado que E.ON no ha solicitado comprar acciones durante la OPA y que, seg¨²n la ley, podr¨ªa hacerlo ya que la oferta es toda en dinero. La explicaci¨®n puede radicar en que sus tiros van directamente hacia la empresa Enel.
Por otra parte, fuentes cercanas a E.ON esgrimen que la CNMV deber¨ªa investigar si ha habido pacto entre los Gobiernos de Espa?a e Italia y, de ser as¨ª, intervenir. Afirman, adem¨¢s, que es dificil de creer que compren el 25% si antes no se les ha prometido levantar las limitaciones. Existen decisiones recientes (Acciona y ACS) en las que se ha levantado el bloqueo. "?Por qu¨¦ no puede una empresa informar de sus planes en un sector considerado estrat¨¦gico a las autoridades espa?olas? Es l¨®gico, adem¨¢s, que lo hayan hablado sus m¨¢ximos dirigentes. Eso no quiere decir que se haya pactado", mantiene una fuente de la Administraci¨®n. En este sentido, recuerdan que el ocultismo con que actu¨® E.ON (el presidente Rodr¨ªguez Zapatero se enter¨® por una llamada a hechos consumados de la canciller alemana, Angela Merkel) provoc¨® una profunda crisis diplom¨¢tica.
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