Eutanasia
Cuando al final de su enfermedad Kafka ya no pod¨ªa soportar el dolor, le record¨® a su amigo, el doctor Klopstock, la promesa que le hab¨ªa hecho de inyectarle una dosis mortal de morfina, y como en el ¨²ltimo momento el m¨¦dico dudara, Kafka le dijo: "M¨¢tame, si no ser¨¢s un asesino". Existe el derecho inalienable de morir sin sufrimiento, aunque s¨®lo sea para que la crueldad de una larga agon¨ªa, que a menudo depara el destino, no destruya la felicidad que uno haya podido vivir a lo largo de los a?os, porque si a la hora de la muerte tienes sed es como si hubieras estado sediento toda la vida; si mueres resentido todo tu pasado se llenar¨¢ de resentimiento en el ¨²ltimo instante; si permaneces entubado, aquellos nidos de p¨¢jaros que de ni?o buscabas en los limoneros se hallar¨¢n agonizando tambi¨¦n dentro del tubo de la UVI; en cambio, si te vas al otro mundo en paz, sin dolor, dulcemente sedado, esa armon¨ªa final puede regenerar una existencia terrible o desordenada. Dec¨ªa una copla popular: oh, santa Ana, dadnos una muerte serena y, sobre todo, con poca cama. Nunca estar¨¢ de m¨¢s rezarle a esta patrona de la buena agon¨ªa para que en la hora ¨²ltima, cuando ya no haya remedio, nos evite caer en manos de un medico creyente y s¨¢dico, que a trav¨¦s del monitor te obligue a apurar las heces del c¨¢liz de la vida sin desperdiciar una sola gota, en cuyo caso te llevar¨¢s a la eternidad la sensaci¨®n de toda una existencia llena de tormentos. El resentimiento se deriva de la convicci¨®n de no haber satisfecho los sue?os de juventud, de no recibir el reconocimiento que crees merecer, de pensar que la culpa siempre la tienen los dem¨¢s. Este sentimiento de frustraci¨®n lo puede experimentar una naci¨®n, un gobierno, un pol¨ªtico, un artista, un escritor o cualquier ciudadano corriente, y en este caso, quien lo sufre se suele convertir en un ente sumamente peligroso. De resentimiento se derivan las guerras, las altas traiciones y los navajazos privados. El derecho a morir sin dolor es complementario del derecho a ser feliz y a que se cumplan todos los sue?os. Hay que coronarse de placeres, buscar el ¨¦xito de las empresas y el triunfo en la vida o tener la sabidur¨ªa de resignarse si ese deseo no se cumple, porque s¨®lo as¨ª puede uno estirar la pata tranquilamente y disolverse en la oscuridad sin m¨¢s problemas. Al final morir en paz puede exaltar una vida miserable. El absurdo del ¨²ltimo dolor in¨²til e insoportable lo ilumin¨® Kafka con el rayo de su inteligencia. Alargar la agon¨ªa es el asesinato.
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