La alternativa mexicana
Con Julieta Venegas, apareci¨® un nuevo paradigma de cantante mexicana. Nunca han faltado las divas seductoras o las damas dolientes en el mayor pa¨ªs hispano pero ella romp¨ªa esquemas: ten¨ªa el sabor de su tierra y sonaba contempor¨¢nea. Contempor¨¢nea y creativa, nada que ver con el modelo de Paulina Rubio y dem¨¢s neum¨¢ticas fantas¨ªas con remite de Televisa.
Julieta ven¨ªa de Tijuana (de hecho, naci¨® en un cercano hospital estadounidense, all¨¢ por 1970). La existencia fronteriza marc¨® su car¨¢cter: estar en contacto con las tendencias cool de la California gringa le impuls¨®, parad¨®jicamente, a potenciar su identidad. Tambi¨¦n era, como dec¨ªa aquel a?ejo ¨¦xito del rock and roll azteca, "una rebeldita". Choc¨® con el conservadurismo de su propia familia -y de la ciudad- al trabajar en el teatro independiente y juntarse con una banda radikal, Tijuana No. Necesitaba aire y se fue para la capital. La chava que, a mediados de los noventa, lleg¨® al Distrito Federal ten¨ªa una imagen impactante. Con pocos retoques, pod¨ªa pasar por una nueva Frida Kahlo. Tocaba un instrumento tan propio de la raza como el acorde¨®n. Era de trato grato, luc¨ªa desvalida. Y ah¨ª se acababan las facilidades: la m¨²sica que compon¨ªa tend¨ªa a lo anguloso en melod¨ªas y lo opaco en letras. En sus dos primeros discos cont¨® con la producci¨®n de Gustavo Santaolalla, pero, en su caso, el toque m¨¢gico del argentino no funcion¨®. El giro ocurri¨® en 2003. No hubo la t¨ªpica manipulaci¨®n de la disquera, que no sab¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con Julieta. Fue ella misma quien comprendi¨® que necesitaba canciones de pegada, que llegaran a gente fuera del underground del rock. Contact¨® con Coti Sorokin, artista argentino residente en Espa?a, y empezaron a surgir esos temas de amplio espectro, que remat¨® un productor porte?o, Cachorro L¨®pez. Los tres juntos generaron S¨ª, el ¨¢lbum decisivo.
En Espa?a, Julieta puede ser paladeada como un picante exotismo. En su pa¨ªs, ha adquirido una sorprendente representatividad social: atrae a un p¨²blico mayormente femenino, que se identifica con sus suaves burlas del machismo, que jalea sus reivindicaciones femeninas. Seguramente, ellas est¨¢n al tanto de que Julieta ha tenido una alborotada vida sentimental y eso refuerza su atractivo: saben que se arriesga, que rompe y empieza de nuevo. Hoy, el reto profesional de Julieta tiene que ver con su posici¨®n estelar. Debe mantenerse art¨ªsticamente cre¨ªble (Lim¨®n y sal supone m¨¢s una consolidaci¨®n que un avance) y superar el desgaste que supone entrar en el show business m¨¢s trivializador. Pero ella puede.
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