Zapatero tratar¨¢ en Rabat la nueva propuesta marroqu¨ª para el S¨¢hara
El presidente va hoy a Marruecos, y el Rey la pr¨®xima semana a Argel
La visita que el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero, inicia hoy a Marruecos y la que los Reyes realizar¨¢n a Argelia la pr¨®xima semana colocan a la diplomacia espa?ola en el ojo del hurac¨¢n del conflicto del S¨¢hara, cuando una nueva propuesta marroqu¨ª de autonom¨ªa para la ex colonia espa?ola reaviva el contencioso. El Ejecutivo parece tener cierta confianza en que la propuesta marroqu¨ª ser¨¢ m¨¢s realista que la de 2003, pero esto no permite prever que el Frente Polisario vaya a cambiar su posici¨®n de rechazo.
La historia vuelve a colocar a Espa?a en el inc¨®modo centro del fuego cruzado de sus dos vecinos del sur, que no dudan en esgrimir en provecho propio las antiguas responsabilidades coloniales. Lo hizo con franqueza no muy diplom¨¢tica el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, cuando el pasado 12 de diciembre le espet¨® a Zapatero, durante el brindis del almuerzo que le ofreci¨® en Argel, que "Espa?a no puede seguir indiferente a la suerte actual del pueblo saharaui".
Pero ha sido Rabat la que ha propiciado la contig¨¹idad temporal que configura los pr¨®ximos viajes del presidente y del jefe de Estado como dos gestiones casi simult¨¢neas, e inevitablemente relacionadas, en las dos capitales clave del Magreb dividido. La visita de Estado de los Reyes a Argelia estaba anunciada desde diciembre y se concret¨® poco despu¨¦s en la fecha del 13 de marzo. Las autoridades marroqu¨ªes aplazaban, entre tanto, siempre por problemas de agenda, sucesivas visitas anunciadas de Zapatero, hasta que hace apenas dos semanas pusieron sobre la mesa la fecha del 5 de marzo.
Pocos d¨ªas antes, una importante delegaci¨®n de Marruecos expuso en Madrid el nuevo plan de autonom¨ªa para el S¨¢hara. La capital espa?ola fue una de las tres primeras informadas, junto a Par¨ªs y Washington. Fue, debido a su posici¨®n especialmente sensible entre las partes, la que menos entusiasmo demostr¨® por lo escuchado.
No obstante, cabe distinguir algunas novedades en la posici¨®n de compromiso activo en el conflicto adoptada por el Gobierno tras la llegada de Zapatero. Especialmente, una mayor coordinaci¨®n y sinton¨ªa con EE UU y con Francia, el apoyo tradicional de Marruecos.
Del contenido de la propuesta marroqu¨ª se ha hablado mucho pero se sabe poco y ninguno de los que han tenido informaci¨®n directa la ha comentado. Se ha dicho que el S¨¢hara tendr¨¢ su bandera, su himno y una absoluta capacidad sobre su econom¨ªa, para lo que Marruecos estar¨ªa dispuesto a separar la soberan¨ªa sobre el territorio, que se reserva sin discusi¨®n posible, y la propiedad del subsuelo, rico en fosfatos, que dejar¨ªa en manos de las autoridades saharauis. Se ha dicho tambi¨¦n que habr¨¢ garant¨ªas internacionales de que el r¨¦gimen marroqu¨ª cumplir¨¢ los compromisos.
Numerosos contactos
Ninguno de estos detalles deben resultarle extra?os a las autoridades espa?olas, dada la intensidad de los contactos mantenidos con Rabat desde hace tres a?os: dos visitas del rey Juan Carlos a Mohamed VI, tres entrevistas de ¨¦ste con el presidente Zapatero, otros cinco encuentros de los respectivos jefes de Gobierno y unas relaciones constantes entre ministros y secretarios de Estado.
No es seguro, sin embargo, que el plan marroqu¨ª para el S¨¢hara llegue a figurar en el comunicado sobre las conversaciones que Zapatero mantendr¨¢ a partir de hoy, pero s¨ª que, si figurara, la parte espa?ola har¨ªa constar su apoyo al derecho de autodeterminaci¨®n del pueblo saharaui. Claro que hasta Marruecos reconoce ahora ese derecho, si no es sin¨®nimo de independencia. Lo hizo el ministro marroqu¨ª del Interior, Chakib Benmussa, en una reciente entrevista con EL PA?S, en la que dijo que "un acuerdo de autonom¨ªa entre las partes (...) ser¨¢ una forma de autodeterminaci¨®n".
Con estos planteamientos, el Polisario sigue entendiendo que la evoluci¨®n de la posici¨®n espa?ola ha servido sobre todo para darle un bal¨®n de ox¨ªgeno a Marruecos, cuando hab¨ªa sido llevado contra las cuerdas por la segunda versi¨®n de plan de James Baker.
Marcada, debido a las circunstancias, por el signo del conflicto del desierto, la VIII Reuni¨®n de Alto Nivel abordar¨¢, adem¨¢s, los temas habituales en estas cumbres te¨®ricamente anuales entre Espa?a y Marruecos, especialmente la lucha contra la inmigraci¨®n ilegal y el terrorismo. No se firmar¨¢n nuevos acuerdos en estos temas, objeto de una cooperaci¨®n "excelente", seg¨²n las dos partes.
Amnist¨ªa Internacional ha remitido una carta al presidente Zapatero, invit¨¢ndole a que exija a Rabat respeto de la legalidad y los derechos humanos, tanto de los saharauis como de los inmigrantes.
Las relaciones econ¨®micas, que van viento en popa, ser¨¢ otro cap¨ªtulo importante del encuentro, en el que participar¨¢n -bajo la presidencia de Zapatero y Driss Jettu, primer ministro marroqu¨ª- los ministros de Exteriores, Justicia, Interior, Fomento, Educaci¨®n, Trabajo, Industria, Turismo y Agricultura.
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