Doce vecinos de Vallecas se quedan en la calle tras derrumbarse su casa
"Tendremos que ir a los chinos a por bragas", se lamentaba ayer Ana Mar¨ªa, vecina de Vallecas. Junto a ella estaban en la calle, junto a su bloque de viviendas, el resto de sus vecinos. En total son 12 afectados que se han quedado pr¨¢cticamente con lo puesto. El jueves pasado, una m¨¢quina "de siete pisos de altura" ech¨® abajo parte del muro de su casa, en el n¨²mero 77 de la calle Valderribas.
La parte trasera de la excavadora golpe¨® contra la pared y abri¨® un boquete de cuatro metros de ancho por dos y medio de alto, seg¨²n aseguran los vecinos. El agujero ahora est¨¢ tapado. Pero los da?os en la estructura de la vivienda son fuertes. Tanto que t¨¦cnicos municipales y bomberos prohibieron el mismo jueves la entrada a las viviendas.
"Si estoy en casa me matan", se queja Marcos Antonio Mart¨ªnez, due?o del piso m¨¢s afectado. Tras el agujero se encontraba su cama, que se llen¨® de cascotes. "La constructora no me ha ofrecido nada y estamos en la puta calle", se quejaba. "Los del Samur Social nos realojaron en un hotel y los t¨¦cnicos municipales nos dijeron que no nos preocup¨¢semos, que el viernes entrar¨ªamos en casa", asegura Juan Carlos Herrero, presidente de la comunidad de vecinos. Pero ayer por la noche todav¨ªa estaban en la calle. Desolado, este hombre cree que el accidente no ha sido tal: "Estoy convencido de que nos han tirado la casa a prop¨®sito". Nieves, Ana Mar¨ªa, Mar¨ªa Jos¨¦, Virginia, Carlos, Marcela y Ariadna lo corroboraban, ayer por la noche, junto a su casa.
El caso de Yolanda Toribio es quiz¨¢ el m¨¢s dram¨¢tico. Esta chica no ha llegado a vivir en su piso. "Firm¨¦ las escrituras hace 10 d¨ªas. Y a los cuatro me he quedado en la ruina, con una hipoteca de 144.000 euros", comentaba, desesperada, desde su puesto de trabajo. "Estoy viviendo una aut¨¦ntica pesadilla", explicaba.
En el solar junto al bloque afectado se proyecta la construcci¨®n de viviendas y los vecinos creen que lo sucedido no es m¨¢s que una medida de presi¨®n para ampliar ese suelo. "Ya era la tercera vez que nos abr¨ªan un agujero", se quejan. Ninguno tan grave como el actual. "Hemos convivido con un mont¨®n de vibraciones...", explicaba Ana Mar¨ªa. Hac¨ªa s¨®lo un a?o que viv¨ªa en esa vivienda.
Mientras esperan soluciones, intentan organizarse. Herrero ha pedido d¨ªas libres en el trabajo y est¨¢ pendiente de las reuniones que est¨¢n por llegar. Sus vecinos tambi¨¦n han tenido que pedir permisos en sus empleos y favores a sus seres queridos. "Mi ni?o de seis a?os lo he tenido que dejar con una amiga", dec¨ªan Carlos y Marcela, ecuatorianos en Madrid desde hace ocho a?os.
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