La decisi¨®n de Inmaculada
La jerarqu¨ªa cat¨®lica, la Conferencia Episcopal y los bio¨¦ticos discrepan sobre c¨®mo ejercer el derecho a una muerte digna
La muerte digna como uno de los derechos humanos, es decir, la idea de que el hombre teme sobre todo al dolor, m¨¢s que a la muerte. Es el caso de Inmaculada Echevarr¨ªa. Con distrofia muscular progresiva y conectada desde hace nueve a?os a un respirador, solicit¨® el pasado noviembre la retirada de dicho soporte vital. Ser¨¢ su muerte segura. El Comit¨¦ de ?tica de Andaluc¨ªa ha aceptado su petici¨®n, de acuerdo con la Ley de Autonom¨ªa del Paciente y con los criterios bio¨¦ticos sobre limitaci¨®n del esfuerzo terap¨¦utico.
El equipo m¨¦dico habitual del hospital granadino de San Rafael, su casa en los ¨²ltimos diez a?os, atender¨¢ los deseos de Inmaculada Echevarr¨ªa cuando decida el momento de ser desconectada. Todo se realizar¨¢ con la confidencialidad debida y el respeto a los derechos de la paciente, "tanto en sus aspectos t¨¦cnicos como humanos". Y tambi¨¦n ¨¦ticos, con atenci¨®n a exigencias de la moral. El hospital San Rafael es propiedad de la orden de San Juan de Dios. Uno de los 25 miembros del Comit¨¦ de ?tica que dio el visto bueno a la petici¨®n de la enferma es jesuita.
No opinan lo mismo los cardenales Antonio Ca?izares (Toledo) y Carlos Amigo (Sevilla), ni el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino. El primado de Toledo expres¨® su oposici¨®n relacionando el caso con la pr¨¢ctica de la eutanasia, ilegal en Espa?a. Dijo: "La eutanasia es siempre ileg¨ªtima y un atentado contra la dignidad y la vida humana. Desconectar a una persona de un aparato que entra dentro de las medidas normales es sencillamente que el hombre puede quitarse la vida".
Una "pena de muerte"
El cardenal Amigo lleg¨® incluso a hablar de la pena capital, al declararse "abiertamente en contra de todo tipo de pena de muerte, tanto la legal como la autoadministrada". Y el portavoz de los obispos, el jesuita Mart¨ªnez Camino, sostuvo que la vida humana "nunca puede ser eliminada ni por acci¨®n ni por omisi¨®n".
No todos los eclesi¨¢sticos comparten esas opiniones, muchos incluso las rebaten con energ¨ªa. Es el caso del te¨®logo jesuita Juan Mas¨ªa, uno de los m¨¢s prestigiosos especialistas en Bio¨¦tica, em¨¦rito profesor de ?tica en la Universidad Sophia (Tokio) y ex director de la C¨¢tedra de Bio¨¦tica de la Pontificia Comillas (Madrid). Ayer sostuvo que la petici¨®n de Inmaculada Echevarr¨ªa de que se le retire el respirador que la mantiene con vida, y la decisi¨®n de hacerlo, est¨¢n "totalmente de acuerdo con la m¨¢s tradicional moral cat¨®lica y con la ley de Autonom¨ªa del Paciente".
A?adi¨®: "Cuando un cardenal como Ca?izares confunde este tema con la eutanasia, un cardenal como Amigo lo confunde con la pena de muerte, y el portavoz de los obispos lo confunde con el homicidio por omisi¨®n, hay que decirles a los tres, con el respeto debido, que repasen su teolog¨ªa moral, quiz¨¢s un poco olvidada. Lo que mata es la enfermedad, no la retirada del soporte que prolonga artificialmente la agon¨ªa. Como escrib¨ªa Juan Pablo II, 'la vida del cuerpo en su condici¨®n terrena no es un valor absoluto' (enc¨ªclica Evangelium vitae, n. 47)".
La contundente opini¨®n de los prelados Ca?izares, Amigo y Mart¨ªnez Camino, miembros los tres del Comit¨¦ Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, contrasta incluso con documentos de ese organismo, redactados por sus antecesores a finales del siglo pasado. En ellos la Conferencia Episcopal acepta abiertamente "mecanismos" para evitar el llamado ensa?amiento terap¨¦utico en enfermos "irrecuperables".
La CEE lleg¨® a ofrecer en su p¨¢gina web una propuesta de testamento vital en la que los obispos facilitan el trabajo a las personas que quieran anticipar por escrito que, llegado el caso, no se les mantenga con vida por medio de "tratamientos desproporcionados"; que no se les aplique la eutanasia activa, ni que se les prolongue "irracionalmente el proceso de muerte", y que se les administren "tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos".
El primer documento episcopal sobre este tema data de septiembre de 1989, y el definitivo lleva fecha de enero de 2001, cuando la Conferencia Episcopal coloc¨® en lugar preferente de su p¨¢gina web un documento con el t¨ªtulo de Testamento vital, que desde 1993 manejaban fundamentalmente los capellanes cat¨®licos de hospitales.
Debidamente confeccionado, de forma que, si se fotocopiaba, pareciese un testamento de un folio, con firma, fecha y lugar en blanco para colocar el nombre de quien obtuviese de Internet el documento, el testamento vital de los obispos, tras el encabezamiento de: "A mi familia, a mi m¨¦dico, a mi sacerdote, a mi notario", dice en su primer p¨¢rrafo: "Si me llega el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los tratamientos m¨¦dicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta declaraci¨®n sea considerada como expresi¨®n formal de mi voluntad, asumida de forma consciente, responsable y libre, y que sea respetada como si se tratara de un testamento".
Despu¨¦s de unas consideraciones sobre la vida "en este mundo" -"un don y una bendici¨®n de Dios, pero no el valor supremo absoluto"-, y sobre el car¨¢cter "inevitable" de la muerte, el documento episcopal entra en materia con estas peticiones, como aut¨¦nticas voluntades anticipadas: "Pido que, si por mi enfermedad llegara a estar en situaci¨®n cr¨ªtica irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados o extraordinarios; que no se me aplique la eutanasia activa, ni que se me prolongue abusiva e irracionalmente mi proceso de muerte; que se me administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos".
El documento vital propuesto por los obispos concluye: "Suscribo esta declaraci¨®n despu¨¦s de una madura reflexi¨®n. Y pido que los que teng¨¢is que cuidarme respet¨¦is mi voluntad. Soy consciente de que os pido una grave y dif¨ªcil responsabilidad". Y fecha y firma.
Los obispos segu¨ªan la senda de la asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente (DMD), que en 1987 impuls¨® el primer testamento vital con gran revuelo porque, entre sus propuestas, inclu¨ªa la de que se pudiera actuar penalmente, por un delito de coacciones, contra los m¨¦dicos que se empe?aran en prolongar la vida de un enfermo contra su voluntad, previamente manifestada.

"No es eutanasia"
La decisi¨®n de quitar el respirador a un enfermo no levanta muchos recelos entre los due?os de hospitales.Se opone la direcci¨®n de la Cl¨ªnica Universitaria de Navarra, del Opus Dei: "Es dif¨ªcil opinar sobre un caso como ¨¦ste sin conocer con todo detalle el historial m¨¦dico de la paciente y sus circunstancias personales. En la cl¨ªnica se examinar¨ªa el caso en la Comisi¨®n de ?tica sobre la base de la defensa de la vida, la proporcionalidad de la medida y el rechazo de la eutanasia, entendida como acci¨®n u omisi¨®n encaminada a terminar con la vida de alguien que sufre".La m¨¦dica Victoria Cus¨ª, del hospital Sant Joan de D¨¦u (Barcelona), de titularidad religiosa, afirma que "no es un caso de eutanasia". "Esta se?ora est¨¢ tratada contra su voluntad y si ella cree que este tratamiento es desproporcionado tiene derecho a retirarlo", afirma.Ester Busquets, del hospital de Sant Pau [tambi¨¦n religioso] y miembro del Instituto Borja de Bio¨¦tica [de inspiraci¨®n cristiana], coincide. "El respirador es un tratamiento y defendemos el derecho a decidir si se quiere". "No entiendo c¨®mo han tardado tanto en atender a esta mujer", insiste N¨²ria Terribas, directora del Instituto Borja.Para Te¨®timo S¨¢ez, secretario general de la compa?¨ªa de seguros Adeslas, lo importante es "la legalidad y la voluntad del paciente". Si el m¨¦dico se opone, "se buscar¨ªa una alternativa", dice.
Con informaci¨®n de Mikel Muez, Laura Clavijo y Emilio de Benito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Medicina dolor
- Caso Inmaculada Echevarr¨ªa
- Conferencia Episcopal Espa?ola
- Doctrina social
- Inmaculada Echevarr¨ªa
- Eutanasia
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Obispos
- Muerte digna
- Enfermos terminales
- Clero
- Andaluc¨ªa
- Iglesia cat¨®lica
- Medicina paliativa
- Enfermos
- Cristianismo
- Comunidades aut¨®nomas
- Especialidades m¨¦dicas
- Asistencia sanitaria
- Medicina
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica sanitaria
- Religi¨®n
- Sanidad
- Espa?a