Jean Baudrillard, soci¨®logo y cr¨ªtico de la sociedad de consumo
Su filosof¨ªa cuestion¨® el pensamiento cient¨ªfico tradicional
Jean Baudrillard naci¨® en Reims, Francia, en 1929. Fue uno de los pensadores contempor¨¢neos m¨¢s influyentes, el cr¨ªtico por excelencia de la sociedad de consumo y los medios de comunicaci¨®n. Entre sus libros destacan La sociedad de consumo, Am¨¦rica, y Cultura y simulacro. Falleci¨® el 6 de marzo a los 77 a?os.
?Moralista o nihilista? "Hay que vivir en inteligencia con el sistema y en revuelta contra sus consecuencias. Hay que vivir con la idea de que hemos sobrevivido a todo". As¨ª pensaba Jean Baudrillard, el cr¨ªtico por excelencia de la sociedad de consumo y de sus mecanismos, as¨ª como de los medios de comunicaci¨®n de masas, que muri¨® ayer en Par¨ªs a los 77 a?os.
Autor prol¨ªfico, con una obra que supera el medio centenar de libros, Baudrillard naci¨® en Reims en 1929 en el seno de una familia campesina. Nada parec¨ªa destinarle a una carrera en el campo del pensamiento, pero un profesor de su instituto le inici¨® en la pataf¨ªsica, una ciencia par¨®dica imaginada por el escritor Alfred Jarry, supuestamente dedicada al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones.
Con este punto de partida en el bolsillo -que le sirvi¨® para "romper con toda la falsa seriedad filos¨®fica", seg¨²n sus propias palabras-, el joven Baudrillard lleg¨® a Par¨ªs en 1948 y estudi¨® Filolog¨ªa germ¨¢nica en La Sorbona. Entre 1960 y 1966 ense?¨® alem¨¢n "sin demasiado entusiasmo" y tradujo, entre otros, a Karl Marx, Bertolt Brecht o Peter Weiss. Un periodo de su vida en el que comulg¨® con "un cruce de marxismo y psicoan¨¢lisis que encarnaba Marcuse" y en el que se encontraba tambi¨¦n pr¨®ximo a la tesis situacionista de Guy Debord.
A partir de 1966 se dedica a ense?ar Sociolog¨ªa en la Universidad de Nanterre, una opci¨®n que parece m¨¢s fruto de la casualidad que de la vocaci¨®n, si hay que dar cr¨¦dito a sus palabras. "Con los diplomas que ten¨ªa", explic¨®, "no ten¨ªa otra posibilidad. En 1965, la Sociolog¨ªa era la ¨²nica disciplina que estaba abierta y al principio tuve que aprender a medida que la ense?aba a mis alumnos".
En 1968 present¨® su tesis ante un tribunal compuesto por pensadores del calibre de Roland Barthes, Pierre Bordieu y Henri Lefebre. Form¨® parte del equipo fundador de la revista Utopie y fue tambi¨¦n en el a?o emblem¨¢tico de todas las utop¨ªas cuando public¨® su primer libro de sociolog¨ªa, El sistema de los objetos, en el que diseccionaba la sociedad de consumo y profetizaba su decadencia; un tema sobre el que volver¨ªa una y otra vez, especialmente con su obra La sociedad de consumo, de 1970.
Pronto deja atr¨¢s el marxismo y se convierte en sospechoso para el establishment intelectual de izquierdas, y desarrolla una particular teor¨ªa a caballo de la Europa pr¨®spera de los llamados "treinta gloriosos" (1950-1980). Las masas ya no ser¨ªan las v¨ªctimas del sistema social, sino c¨®mplices del modelo que las enriquece a cambio de su alienaci¨®n. Desarrolla entonces una filosof¨ªa sobre la cr¨ªtica del pensamiento cient¨ªfico tradicional y el concepto de virtualidad del mundo aparente, de la que es buena muestra Simulacros y simulaci¨®n, de 1981. Un viaje por Estados Unidos le inspira en 1986 Am¨¦rica, un texto extraordinario, iluminado, en el que viene a decir: "Am¨¦rica es la versi¨®n original de la modernidad; nosotros somos la versi¨®n subtitulada. Am¨¦rica es la utop¨ªa realizada".
Su estilo se hace cada vez m¨¢s mordaz y ¨¢spero, y sus aforismos, m¨¢s herm¨¦ticos. Y ¨¦l mismo lo reconoce: "Lo que yo escribo tendr¨¢ cada vez menos posibilidades de ser comprendido. Pero ¨¦ste es mi problema. Estoy en la l¨®gica del desaf¨ªo". En 1991 publica La guerra del Golfo no ha tenido lugar. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos le inspiraron Requiem por las torres gemelas en 2002, a?o en el que public¨® tambi¨¦n El esp¨ªritu del terrorismo.
En los ¨²ltimos a?os, consecuente con sus ideas, su presencia en los medios de comunicaci¨®n era cada vez m¨¢s escasa. En 2001, sin embargo, a¨²n publicaba varias cr¨®nicas en el diario Lib¨¦ration. Se consideraba un resistente: "La cobard¨ªa intelectual se ha convertido en la aut¨¦ntica disciplina ol¨ªmpica de nuestro tiempo", sentenci¨®.
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