Emilio Arag¨®n toma la batuta
El actor dirigir¨¢ 'El diluvio', una ¨®pera para toda la familia, en el Festival de Cuenca
Que a Emilio Arag¨®n le gusta llevar la batuta es conocido por todos. Lo hace en cada campo que atraviesa y lo ha sido todo en el mundo del espect¨¢culo: joven mudito heredero de Harpo Marx y Marcel Marceau en sus comienzos con los payasos de la tele, actor hiperpopular, fen¨®meno de masas... Coquete¨® con el rock and roll, es magnate televisivo, compositor y director de orquesta.
Dice que en su despacho de dirigente audiovisual -es presidente de La Sexta y manda en Globomedia- tiene un piano por si le asalta la inspiraci¨®n. Por las ma?anas despacha y organiza, pero por las tardes ya se dedica de lleno a componer y a revisar partituras cl¨¢sicas.
"Esto de la m¨²sica es una vocaci¨®n a la que hay que dedicarse diariamente", asegura Emilio Arag¨®n. Ahora prepara un montaje con El diluvio, de Benjamin Britten, que se estrenar¨¢ en el Festival de M¨²sica Religiosa de Cuenca el pr¨®ximo 31.
Para Arag¨®n, "Britten es un mago", con un talento muy especial, adem¨¢s, para captar la atenci¨®n de los ni?os como ocurre con obras suyas como El diluvio y El peque?o deshollinador. "Un compositor que fue capaz de mezclar tradici¨®n y la modernidad de la m¨²sica atonal de una forma muy atractiva", dice el artista.
Desde que empez¨® en el mundo de lo orquestal no ha parado. Ha dirigido ¨®peras para el Teatro Real -donde probablemente volver¨¢ con El diluvio en diciembre- y ha compuesto piezas de ¨¦xito como el ballet La bella durmiente, con el que consigui¨® convencer a la mayor estrella que pod¨ªa so?ar para que lo hiciera: Tamara Rojo, la espa?ola bailarina principal del Royal Ballet de Londres. Pocos se resisten a decirle que no. Incluso Johann Sebastian Bach le ha prestado algunas de sus piezas m¨¢s paradigm¨¢ticas para que experimentara -a la manera que ya lo hiciera el brillante m¨²sico de jazz Uri Caine con Las variaciones Goldberg y otras obras maestras de Wagner, Mahler o Beethoven- en su disco Bach to Cuba, un matrimonio que une la fusi¨®n salsera con el mayor mito de la m¨²sica centroeuropea.
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