'Monsieur 20%'
El centrista Fran?ois Bayrou despega en los sondeos de las elecciones a la presidencia francesa a pesar de sus escasos medios
El lunes pasado fue un d¨ªa importante para Fran?ois Bayrou. A 50 d¨ªas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, llegaba el primer sondeo que le conced¨ªa una intenci¨®n de voto del 20%; a un tiro de piedra de los dos favoritos, Nicolas Sarkozy y S¨¦gol¨¨ne Royal, con 28% y 27%, respectivamente. Y m¨¢s all¨¢ de la estad¨ªstica, comprobaba con sus propios ojos c¨®mo su candidatura est¨¢ tomando vuelo y consistencia. "Cuando se present¨® a las elecciones de 2002 no reuni¨® en Toulouse a m¨¢s de 250 personas", explicaba un periodista local en el pabell¨®n donde ten¨ªa lugar el mitin del candidato centrista, repleto por m¨¢s de 8.000 personas que gritaban: "Fran?ois, president".
"Los franceses no quieren m¨¢s de lo mismo", dice sobre la derecha y la izquierda
El aspirante al El¨ªseo de la Uni¨®n por la Democracia Francesa (UDF) viaj¨® a la capital occitana y en su agenda estaba prevista una reuni¨®n con los sindicatos de Airbus, la principal empresa de la zona, sumida ahora en una profunda crisis. Una buena oportunidad para ocupar espacio en los medios de comunicaci¨®n sin tener que hacer mayores cambios en el programa. Pero como viene siendo habitual en esta campa?a, su rival por la derecha, el ministro del Interior Sarkozy, contraprogram¨® raudo y a media ma?ana aterriz¨® por sorpresa en el aeropuerto de Blaignac, donde siempre pueden verse varios Beluga, los aviones de transporte que llevan las piezas de las otras factor¨ªas espa?olas, alemanas o brit¨¢nicas hasta la cadena de montaje de Toulouse. Sarkozy llevaba consigo sus propias c¨¢maras y el s¨¦quito habitual de periodistas que le siguen, y le quit¨® parte de presencia en los informativos.
La comparaci¨®n entre el equipo de Bayrou, reducido y muy cohesionado, dotado de medios modestos pero dignos, con la arrolladora m¨¢quina electoral de Sarkozy es reveladora. El ministro del Interior llega a los sitios, suelta el brillante discurso que le han escrito, saluda y sale disparado. A Bayrou le gusta decir que tiene la fuerza de un tractor y el talante de un campesino bearn¨¦s. Se reuni¨® durante m¨¢s de una hora, en un hotel sin pretensiones de la zona del aeropuerto, con una docena de representantes sindicales de Airbus y de las empresas subcontratadas de la zona. Les escuch¨® a todos, pregunt¨® por los detalles m¨¢s nimios y nunca dio la sensaci¨®n de que ten¨ªa prisa.
El mensaje que lanz¨® fue optimista. "No es ¨¦ste un sector condenado, al borde del precipicio", les dijo. "Los trabajadores no tienen que pagar la factura de las guerras que tuvieron lugar en el interior de la c¨²pula dirigente de EADS [la casa madre de Airbus] que han tenido como consecuencia que una mala decisi¨®n va a costarle a la empresa entre 5.000 y 6.000 millones de euros". Y record¨® que quienes gestionan la empresa son "amigos" de Sarkozy, especialmente el grupo Lagardere, que sac¨® enormes beneficios de la venta del 7,5% del capital al Estado franc¨¦s, justo antes de que cayera su cotizaci¨®n al conocerse los retrasos del avi¨®n gigante A-380.
?Cu¨¢l es su secreto? ?Cree realmente que podr¨¢ abrir una brecha en el sistema col¨¢ndose entre la derecha y la izquierda? Bayrou est¨¢ convencido de que ya lo ha hecho. "Hay un movimiento entre los franceses. Un movimiento del que yo soy portador", explica, "pero son los ciudadanos quienes todos los d¨ªas reflexionan y se dan cuenta de que ya no pueden seguir dej¨¢ndose encerrar por la eterna guerra entre el Partido Socialista [PS] y la Uni¨®n por un Movimiento Popular [UMP]". E insiste en que la supuesta renovaci¨®n que se atribuyen Royal y Sarkozy es falsa y nadie se la cree.
"Cuando los franceses ven a los dos candidatos, rodeados cada uno por sus elefantes y sus mamuts, todo les recuerda la eterna pelea y ya no quieren m¨¢s de lo mismo. Esto es lo que explica este movimiento de opini¨®n: una voluntad profunda que surge de la evidencia de que 25 a?os de esta guerra nos han conducido al fracaso en el que nos encontramos". E ironiza sobre la ansiedad que su emergencia como candidato despierta en los "responsables pol¨ªticos de los dos aparatos". "Todos los que han ocupado el poder", asegura, "se re¨²nen para decir que esto no es posible, que esta idea es inaceptable, pero lo ser¨¢ si los franceses lo quieren, porque la fuerza de una democracia es que los ciudadanos pueden cambiar el sistema. Y en Francia es particularmente posible a trav¨¦s de la elecci¨®n presidencial".
Su gran debilidad, se?alan los analistas, es que le falta un gran partido. La UDF palidece en comparaci¨®n con la fuerza e implantaci¨®n de la UMP o el PS. Pero Bayrou tiene la soluci¨®n. Quiere fundar el Partido Dem¨®crata. "En las sociedades occidentales", explica, "hay tres grandes corrientes: la conservadora, la socialista y la dem¨®crata. La corriente dem¨®crata no existe en Francia y debe ser creada".
Sus rivales le acusan de carecer de programa, de no tener propuestas. Lo cierto es que promete pocas cosas, no abre la caja de los regalos con facilidad. Y esto es lo que muchos le agradecen. Se pronuncia en algunos temas que conoce bien, el campo, por ejemplo. "A los agricultores hay que garantizarles a corto plazo el m¨ªnimo para que puedan sobrevivir. A largo plazo es necesario reflexionar para que puedan vivir de la venta de sus productos, para volver a precios agr¨ªcolas que sean remuneradores". Y carga contra la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. "La agricultura no debe atenerse a las reglas del liberalismo en materia comercial", proclama, "¨¦ste va a ser un combate muy importante y el Gobierno franc¨¦s debe estar absolutamente decidido a defender a los agricultores y el tejido agr¨ªcola del pa¨ªs".
?Y qu¨¦ propone para salir de la crisis europea tras el no de los franceses a la Constituci¨®n? "Un texto corto, legible y comprensible que responda a los principios democr¨¢ticos y que me comprometo a someter a refer¨¦ndum".
LA TERCERA V?A DE LA CAMPA?A AL EL?SEO
Fran?ois Bayrou dice que tiene la fuerza de un tractor y el talante de un campesino, y con esto suple la escasez de medios de su campa?a
El candidato centrista est¨¢ convencido de que los franceses est¨¢n hartos de la guerra entre conservadores y socialistas y promete impulsar una corriente dem¨®crata
Sus rivales le acusan de carecer de programa. No hace grandes promesas, y esto agrada a muchos
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