"Las mujeres tendemos a ser m¨¢s honestas con el dinero"
Rodeada de un s¨¦quito casi por completo masculino, Ellen Johnson-Sirleaf, la primera presidenta electa de un pa¨ªs africano, representa, como ella misma reconoce, "las aspiraciones y esperanzas" de las mujeres tanto de su pa¨ªs, Liberia, como de todo el continente. Segura de s¨ª misma, y de verbo r¨¢pido, es capaz de intercalar sonoras carcajadas pese a hablar de un pa¨ªs que trata de rehacerse tras una guerra civil de 14 a?os, que dej¨® 250.000 muertos, 800.000 desplazados (de 3,5 millones de habitantes), y una violencia latente en las calles que se traduce en linchamientos y violaciones. La propia Johnson-Sirleaf estuvo a punto de sufrir una agresi¨®n sexual cuando estuvo en la c¨¢rcel, en los a?os 80.
"Cuando estuve en prisi¨®n, intentaron violarme, pero no ocurri¨®, gracias a Dios, debido a la intervenci¨®n de un soldado"
"Deber¨ªamos concentrarnos en las mujeres de a pie, en dar una educaci¨®n a las ni?as y alfabetizar a las mujeres"
A sus 68 a?os, con cuatro hijos y seis nietos, sus apelativos populares, Dama de Hierro y Abuela Ellen, definen un poco su personalidad, en la que alterna, "seg¨²n las circunstancias", la dureza o la faceta maternal. Pese a no pertenecer a la ¨¦lite de descendientes de los esclavos liberados de EE UU que fundaron Liberia en el siglo XIX, logr¨® estudiar en los a?os 60 y 70 con becas, hasta lograr un t¨ªtulo en Harvard. De formaci¨®n econ¨®mica y sangre "un 75% ind¨ªgena y un 25% alemana [por uno de sus abuelos]", Johnson-Sirleaf se involucr¨® desde muy pronto en la pol¨ªtica de Liberia, lo que le vali¨® periodos en la c¨¢rcel y en el exilio.
Fue ministra de Finanzas con el presidente William Tolbert, derrocado y asesinado por Samuel Doe en 1980, y ocup¨® cargos de responsabilidad en Citibank, el Banco Mundial y la ONU. En un principio, apoy¨® la rebeli¨®n del sanguinario Charles Taylor -sobre el que pesan 17 cargos por cr¨ªmenes de guerra en Sierra Leona, por su apoyo a las guerrillas- contra Doe en 1989, aunque acab¨® acusada de traici¨®n por oponerse a ¨¦l. En noviembre de 2005, gan¨® contra pron¨®stico la segunda vuelta de las elecciones presidenciales al futbolista George Weah. Ha asistido en Madrid al II Encuentro entre mujeres de ?frica y Espa?a.
Pregunta. En el D¨ªa de la Mujer Trabajadora, ?tienen las mujeres africanas algo que celebrar?
Respuesta. S¨ª, por supuesto. Creo que las mujeres en ?frica han conseguido bastante, incluido durante el ¨²ltimo a?o. Pueden celebrar su creciente papel en la sociedad en todo el continente.
P. Ellen Johnson-Sirleaf, la primera ministra de Mozambique, Luisa Diogo, la premio Nobel y ministra keniana Wangari Maathai... ?Est¨¢n las mujeres liderando el cambio en ?frica?
R. Desde luego. Tenemos mujeres que son vicepresidentas, primeras ministras, y que est¨¢n promoviendo en sus pa¨ªses el papel de la mujer. Pero lo m¨¢s importante de todo, creo que deber¨ªamos concentrarnos en las mujeres de a pie. En lo que podemos hacer para dar una educaci¨®n a las ni?as, para alfabetizar a las mujeres de a pie, y esto est¨¢ ocurriendo tambi¨¦n en muchos pa¨ªses.
P. Usted pudo estudiar en una ¨¦poca en la que pocas mujeres lo hac¨ªan, y adem¨¢s en ?frica. ?C¨®mo lo consigui¨®?
R. Hab¨ªa programas de apoyo, becas. Yo me benefici¨¦ de los que ten¨ªa mi pa¨ªs, Liberia, y de programas de EE UU. Mucha gente trabajaba durante sus estudios, en nuestra ¨¦poca era muy normal. La gente trabajaba a tiempo parcial e iba a la escuela a tiempo parcial para conseguir mejorar. Soy s¨®lo una de las muchas mujeres que fueron capaces de hacerlo.
P. ?Ha nombrado ministras?
R. S¨ª. No tenemos tantas mujeres como me gustar¨ªa, pero est¨¢n en puestos estrat¨¦gicos: las ministras de Finanzas, Justicia, Comercio e Industria, Juventud y Deporte, la inspectora general de la polic¨ªa... Todas son mujeres.
P. ?Cree que dar el dinero y su gesti¨®n a las mujeres ayudar¨ªa a resolver los problemas de ?frica?
R. Totalmente. Las mujeres cuidan del hogar, se aseguran de que el dinero en sus hogares se gaste prudentemente, de que los ni?os vayan al colegio. Mi experiencia dice que tendemos a ser m¨¢s honestos que los hombres, mis disculpas a los hombres [risas].
P. Las mujeres producen cerca del 80% de los alimentos en ?frica, pero en muchos pa¨ªses no pueden ser propietarias de la tierra.
R. Es un problema que viene de antiguo, y no s¨®lo en ?frica, sino en la mayor¨ªa del mundo, donde la igualdad de la mujer no ha sido reconocida. Es verdad que las mujeres alimentamos al pa¨ªs, como granjeras, como vendedoras en los mercados, y no hab¨ªamos tenido acceso a los factores de producci¨®n, como la tierra, los cr¨¦ditos o las ayudas, pero eso est¨¢ cambiando. Muchos pa¨ªses han reformado leyes para que las mujeres tengan igualdad en el acceso. Ahora las mujeres pueden heredar, pueden ser propietarias de la tierra, incluso en mi pa¨ªs ha cambiado.
P. Uno de los mayores problemas en Liberia son las violaciones, tanto durante la guerra como ahora (seg¨²n algunas encuestas, hasta el 75% de las mujeres han sufrido alguna agresi¨®n sexual). ?Es cierto que usted tambi¨¦n fue v¨ªctima de violencia sexual?
R. No del todo. Cuando estuve en prisi¨®n, intentaron violarme pero no ocurri¨®, gracias a Dios, debido a la intervenci¨®n de un soldado.
P. Prometi¨® combatir el problema. ?Qu¨¦ ha hecho hasta ahora?
R. Estamos intentando que se aplique una ley que la Asociaci¨®n de Abogadas Liberianas consigui¨® que se aprobara. Los acusados de violaci¨®n ya no pueden quedar en libertad bajo fianza, y la pena es muy severa, puedes ser condenado a cadena perpetua, y el m¨ªnimo son 10 a?os. El gran problema ahora es aplicar la ley de forma rigurosa en nuestro sistema judicial. Es lo que estamos intentando. Y tambi¨¦n sensibilizar sobre los efectos negativos de la violaci¨®n. Y sensibilizar a las familias para que sean capaces de romper el silencio y denunciar los casos. Pero a¨²n hay un problema en Liberia, y tenemos que seguir luchando contra ¨¦l.
P. ?Ha formado ya una nueva polic¨ªa y un nuevo Ej¨¦rcito?
R. S¨ª, hemos desmantelado totalmente nuestro viejo Ej¨¦rcito, y estamos formando uno nuevo. Pero todav¨ªa sigue en Liberia la fuerza de paz de la ONU [la UNMIL], unos 15.000 soldados, as¨ª que el nuevo Ej¨¦rcito se est¨¢ entrenando, pero todav¨ªa no est¨¢ a cargo de la seguridad del pa¨ªs. La polic¨ªa s¨ª est¨¢ trabajando ya.
P. ?Ha hecho progresos en la lucha contra la corrupci¨®n?
R. Algunos progresos. Tenemos bastantes casos en los tribunales, y creo que eso env¨ªa un mensaje muy fuerte para todo el mundo. Tambi¨¦n tenemos un c¨®digo de conducta para los funcionarios p¨²blicos, y hemos completado una pol¨ªtica anticorrupci¨®n. Tambi¨¦n trabajaremos en el otro lado del problema: tenemos que mejorar los sueldos de los funcionarios para reducir su vulnerabilidad a la corrupci¨®n. Estamos haciendo algunos progresos, pero todav¨ªa tenemos un largo camino por andar.
P. Uno de sus objetivos es atraer a inversores extranjeros y a los liberianos cualificados que se han exiliado. ?Pero c¨®mo piensa hacerlo, en un pa¨ªs sin electricidad, ni agua, ni carreteras?
R. [Risas]. Bueno, estamos intentando arreglar las carreteras, y traer algo de agua y luz, y esperamos que en muchos de esos proyectos los propios inversores privados est¨¦n interesados en asumir parte del coste, el coste de arreglar estas infraestructuras para atender a sus propias necesidades. En un a?o o dos espero que haya m¨¢s agua, m¨¢s luz y mejores carreteras. Tambi¨¦n quiero traer de vuelta a los talentos liberianos que est¨¢n en muchos pa¨ªses. Tenemos programas para apoyar, en una peque?a medida, su repatriaci¨®n.
P. Ha sido criticada por sus frecuentes viajes al extranjero durante su primer a?o de Gobierno. Algunos incluso dicen que teme quedarse en Liberia por miedo a un ataque o un golpe de Estado.
R. [Carcajada]. No, no viajo por miedo a un golpe de Estado. Viajo porque estoy tratando de movilizar apoyos para el pa¨ªs, de cambiar la imagen del pa¨ªs, y de traer de vuelta algunos recursos. Quiero usar las relaciones bilaterales que perdimos durante la guerra, iniciarlas de nuevo, para apoyar nuestra agenda de desarrollo.
P. ?Pero hay riesgo de que se produzca un golpe de Estado?
R. Siempre hay un riesgo en un pa¨ªs que viene de una guerra, con tantas facciones, en la que algunos han perdido el acceso al poder y a los recursos. Pero es un riesgo que tenemos que tomar, es aceptable y controlable, y creo que los liberianos ven que tienen un futuro brillante y que no van a tolerar que nadie les devuelva a la guerra.
P. ?Siente que tiene m¨¢s presi¨®n en su cargo por ser mujer?
R. Bueno, represento las aspiraciones y esperanzas de las mujeres en Liberia y ?frica, y eso supone m¨¢s presi¨®n para m¨ª, porque tengo que tener ¨¦xito en nombre de ellas. Pero m¨¢s all¨¢ de eso, no olvide que soy una profesional y tecn¨®crata y lo he sido por muchos a?os, as¨ª que espero que eso me capacite para asumir estas responsabilidades de una forma normal.
El reto de los ni?os-soldado
Una de las primeras medidas de Ellen Johnson-Sirleaf como presidenta de Liberia fue pedir a Nigeria la extradici¨®n del se?or de la guerra devenido presidente Charles Taylor. Taylor se exili¨® all¨ª en 2003, como parte de un acuerdo para que dejara el poder en manos de un Gobierno de transici¨®n, dentro del proceso de paz.
Johnson-Sirleaf pidi¨® la extradici¨®n de Taylor bajo presi¨®n de EE UU, a condici¨®n de que fuera llevado a Sierra Leona, donde le reclamaba el Tribunal especial creado por la ONU para juzgar los cr¨ªmenes de guerra. En junio pasado, Taylor fue trasladado a La Haya, donde ser¨¢ juzgado para evitar las tensiones que supondr¨ªa celebrar el juicio en ?frica.
El proceso, aunque sea por cr¨ªmenes en el pa¨ªs vecino, seg¨²n Johnson-Sirleaf, permitir¨¢ a Liberia "dejar esa era detr¨¢s", y avanzar, sin que Taylor pueda arrastrar al pa¨ªs "de vuelta atr¨¢s". En el duro trabajo de curar las heridas de 14 a?os de guerras, la presidenta ha creado una Comisi¨®n de la Verdad y la Reconciliaci¨®n, para los "miles y miles de j¨®venes que han cometido atrocidades". Ello no impide que despu¨¦s, quien quiera, pida "justicia a trav¨¦s de los tribunales", asegura.
Uno de los mayores retos de la presidenta es el futuro de los cerca de 20.000 ex ni?os-soldados de Liberia, un pa¨ªs con una tasa de paro del 85%. "Estamos tratando de llevarles de vuelta a los colegios, de darles habilidades para que se conviertan en ciudadanos ¨²tiles, que se reintegren en sus comunidades y reencuentren sus vidas", explica.
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