Valerie Plame o el 'caso Jane Bond'
La ex agente de la CIA, cuya identidad fue filtrada presuntamente por Lewis Libby, romper¨¢ su silencio el jueves en el Congreso de EE UU
Ayer, 10 de marzo, a las once de la ma?ana hora de Washington (cinco de la tarde, hora peninsular espa?ola), el ex diplom¨¢tico Joe Wilson se puso al tel¨¦fono, en su casa.
-Estoy a una hora de hacer la mudanza. Empezamos una nueva vida.
Wilson, su esposa Valerie Plame y sus dos gemelos de siete a?os emprend¨ªan viaje hacia Nuevo M¨¦xico. All¨ª, vivir¨¢n en Santa Fe, la capital de un Estado cuya diferencia con los dem¨¢s de la Uni¨®n es su car¨¢cter biling¨¹e, donde la primera lengua oficial es la inglesa y la segunda, la espa?ola.
Esta nueva vida dejar¨¢ atr¨¢s 20 a?os de actividad clandestina en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Valerie Plame, quien se enrol¨® en 1985, cuando ten¨ªa 22 a?os. Trabaj¨® sin cobertura de ninguna clase en el exterior, sobre todo en Europa. Era, para los que la conoc¨ªan, consultora de una empresa fantasma de energ¨ªa llamada Brewster, Jennings & Asociados.
A partir de 2001, la CIA le ofreci¨® la posibilidad de investigar sobre las armas de destrucci¨®n masiva de Corea del Norte o de Irak. Valerie opt¨® por Irak y tambi¨¦n colabor¨® en relaci¨®n con el mismo tema sobre Ir¨¢n. Dos a?os m¨¢s tarde, en julio de 2003, tras la invasi¨®n de Irak, Valerie intentaba cambiar su posici¨®n en la CIA, de agente clandestina a agente con cobertura, esto es, una funcionaria oficial, cuyo destino ser¨ªa el departamento de personal.
Esto vol¨® por los aires cuando, el 14 de julio de 2003, un periodista conservador, Robert Novak, public¨® en su columna el nombre de Valerie Plame. Seg¨²n dec¨ªa, dos altos cargos de la Administraci¨®n de Bush le hab¨ªan confirmado que el ex diplom¨¢tico Joe Wilson hab¨ªa sido enviado a N¨ªger a investigar si Sadam Husein quer¨ªa comprar uranio enriquecido para fabricar bombas nucleares, por iniciativa de su esposa, la agente Plame.
?A qu¨¦ ven¨ªa esta delaci¨®n? Era la respuesta de la Casa Blanca a las declaraciones de Wilson, que hab¨ªa acusado a Bush ocho d¨ªas antes, el 6 de julio de 2003, de manipular a la opini¨®n p¨²blica en relaci¨®n con la capacidad de Irak para fabricar bombas at¨®micas.
Richard Armitage, n¨²mero dos del secretario de Estado, Colin Powell, y Karl Rove, asesor ejecutivo de Bush, filtraron el nombre de Plame a Novak; Lewis Scooter Libby, por su parte, siguiendo instrucciones del vicepresidente, Dick Cheney, filtr¨® informaci¨®n clasificada sobre Irak y la identidad de Plame a otros dos periodistas; Ari Fleischer, el entonces jefe de prensa de la Casa Blanca, habl¨® sobre ello con al menos otro periodista.
Estas filtraciones obligaron a la CIA a solicitar una investigaci¨®n en 2003, probablemente con la intenci¨®n de dar carpetazo. Pero el nombramiento de Patrick Fitzgerald como fiscal especial convirti¨® esa intenci¨®n en expresi¨®n de deseos. Fitzgerald comenz¨® a investigar y pronto caz¨® a Libby en varias mentiras. Era evidente que trataba de protegerse a s¨ª mismo y a su patr¨®n, el vicepresidente Cheney. En lugar de acusarle de filtrar el nombre de Valerie Plame -hacerlo puede ser un delito federal-, Fitzgerald llev¨® a Libby al banquillo por mentir a un gran jurado y obstruir la investigaci¨®n del FBI. Otro jurado, finalmente, conden¨® a Libby por cuatro delitos el martes pasado.
Wilson se refiere a su esposa, en plan de guasa, como Jane Bond.
-Joe, su esposa Valerie va a testificar el pr¨®ximo jueves 16 en el Congreso. Ha terminado el caso Libby y empieza el caso Plame o Jane Bond. ?Ser¨¢ interesante?
-Mi mujer es siempre interesante.
Nada m¨¢s conocerse, el martes pasado, que Libby, ex jefe de gabinete de Cheney, hab¨ªa sido condenado por cuatro delitos, el presidente del Comit¨¦ de Vigilancia de la C¨¢mara de Representantes, el dem¨®crata Henry Waxman, se dirigi¨® al fiscal Fitzgerald para invitarle a reunirse con ¨¦l y el congresista republicano Tom Davis a fin de considerar si est¨¢ en condiciones de declarar en una audiencia, el pr¨®ximo d¨ªa 16.
Waxman escribi¨®: "El juicio de Libby plantea la cuesti¨®n de si altos cargos de la Casa Blanca, incluyendo al vicepresidente y al asesor ejecutivo del presidente, Karl Rove, han cumplido con los requerimientos que se exigen para el uso de informaci¨®n clasificada. Tambi¨¦n plantea preguntas sobre si la Casa Blanca adopt¨® medidas para remediar la situaci¨®n despu¨¦s de la filtraci¨®n".
El congresista dem¨®crata espera todav¨ªa una indicaci¨®n sobre lo que va a hacer Fitzgerald, pero ya ha obtenido la respuesta afirmativa de Valerie Plame. La ex agente clandestina de la CIA mantiene un pleito con esta organizaci¨®n por su veto al borrador del libro Fair game (Juego limpio), que la editorial Simon & Schuster ha comprado por dos millones de d¨®lares, y en el cual la ex agente cuenta su historia. Su libro ya ha sido adquirido para rodar una pel¨ªcula en Hollywood. ?No supondr¨¢ este veto una limitaci¨®n a la hora de declarar en el Congreso?
Wilson matiza:
-Ser¨¢ la primera vez que Valerie se presta a hacer una declaraci¨®n desde que estall¨® este esc¨¢ndalo. Ella no ve problemas siempre y cuando tenga que responder por temas de car¨¢cter p¨²blico. Por supuesto, ella no puede hacer referencia a informaci¨®n clasificada. Pero no tengo duda de que su versi¨®n de los hechos tendr¨¢ gran impacto.
El pr¨®ximo jueves, cuando Plame comparezca en el Congreso, el debate sobre el previsible perd¨®n del presidente Bush a Libby seguir¨¢ siendo uno de los temas estrella de los medios de comunicaci¨®n.
Hasta el momento s¨®lo se conoce el fallo que declara culpable a Libby por cuatro delitos (dos por perjurio, uno por obstrucci¨®n a la justicia, uno por falso testimonio), ya que el contenido de la sentencia no se publicar¨¢ hasta junio. Pero la campa?a por el perd¨®n ha comenzado desde el mismo d¨ªa en el que se anunci¨® el fallo.
Varios miembros del jurado han declarado a los medios que, en realidad, Libby ha sido el chivo expiatorio de la Administraci¨®n de Bush y que en el banquillo deber¨ªan haber estado sentados Karl Rove y otros miembros de la Casa Blanca. Bush, se da como una apuesta segura, perdonar¨¢ antes o despu¨¦s a Libby. Su promesa de que la Casa Blanca expulsar¨ªa de sus filas a aquellos que filtraran informaci¨®n sensible o clasificada ha quedado en entredicho.
Aunque Libby no prest¨® declaraci¨®n en el juicio, el jurado s¨ª pudo conocer las declaraciones prestadas por Libby ante el fiscal Fitzgerald y el gran jurado que le proces¨®. En ellas, Libby revela que Cheney consult¨® a Bush antes de autorizarle a desclasificar informaci¨®n de inteligencia para filtrar a la prensa. En su contacto posterior a esta consulta, Libby ofreci¨® a dos medios de comunicaci¨®n, en julio de 2003, informaci¨®n clasificada y tambi¨¦n... el nombre de Valerie Plame, no menos clasificado que los datos anteriores.
Por cierto, Libby formaba parte del Grupo Irak de la Casa Blanca, creado para filtrar a la prensa informaciones dirigidas a vender la guerra de Irak a partir del verano de 2003.
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