El Atl¨¦tico gana en un minuto

Andaba el personal desperez¨¢ndose, cuando solt¨® Galletti aquel zurdazo que Aouate no pudo sacarse de encima. Se llevaban 31 segundos de partido y el Atl¨¦tico se vio en el mejor escenario posible, bendecido por un gol antes de pesta?ear. Al instante, Jurado, el mejor del partido, progres¨® por la izquierda, se asom¨® al borde del ¨¢rea y lanz¨® un chutazo duro, abajo, a un cent¨ªmetro del ¨¦xito. Tan portentoso arranque promet¨ªa una tarde de ¨¦xtasis en el Calder¨®n. Pero el asunto se qued¨® en eso, en promesa. El Atl¨¦tico se llev¨® los tres puntos con toda justicia ante un rival invisible, pero el f¨²tbol rojiblanco, sin llegar a ser delictivo, result¨® da?ino, lo que no es nuevo.

Vive el Atl¨¦tico en puestos europeos, a s¨®lo dos puntos del Madrid y de su plaza de Liga de Campeones, que es el objetivo para el que est¨¢ dise?ado este equipo. Sin embargo, si de juego se trata, el hecho de que el Atl¨¦tico est¨¦ donde est¨¢ demuestra que en esta Liga hay ¨¦xitos muy baratos. Tiene el conjunto de Aguirre tantas carencias en la zona de creaci¨®n que su juego llega a espantar. Las estad¨ªsticas aseguran que Maniche es uno de los futbolistas de su plantilla que m¨¢s entra en juego. Lo que no se sabe bien es para qu¨¦ entra. Cuesta verle mandar un bal¨®n al hueco, iniciar una penetraci¨®n, triangular con sentido. El chico toca y toca en corto, hacia atr¨¢s si es posible. Y si no es posible, tambi¨¦n.

El gol de Galletti apenas desperez¨® al cuadro de Caparr¨®s, un rival invisible

Hu¨¦rfano de juego, aunque con el gol de Galletti en el talego, el Atl¨¦tico sobrevivi¨® porque enfrente tuvo un rival en miniatura, un Deportivo espeso, plano, que no tuvo m¨¢s latido que el que le provocaron las correr¨ªas de Estoyanoff por la banda derecha, que ning¨²n ¨¦xito le reportaron. Golpeado desde el minuto uno, el Depor fue incapaz de irse con todo a por el partido. No hay quien pague m¨¢s las lagunas mentales del equipo de Caparr¨®s que Riki, un futbolista que amenazaba con explotar y que ha empeque?ecido de golpe, hasta quedarse sin velocidad, sin descaro, sin f¨²tbol y sin gol.

No se vino arriba el Depor, que parec¨ªa anestesiado, y el Atl¨¦tico, abrigado por el tanto de Galletti, era incapaz de matar el partido, una mala costumbre ¨¦sta del equipo rojiblanco. Ayer, pudo el Atl¨¦tico dejar el choque finiquitado si al inicio de la segunda parte la madera no escupe el disparo de Antonio L¨®pez. O si, instantes despu¨¦s, el centro envenenado de Jurado, colof¨®n de una fabulosa jugada del chaval, no bota en el larguero.

Logr¨® el Depor, no sin trabajo, asomarse al ¨¢rea rival en un par de ocasiones, que resolvi¨® sin alterarse Leo Franco, y el p¨²blico comenz¨® a impacientarse. Tom¨® medidas Javier Aguirre, que decidi¨® prescindir del mejor futbolista del partido (Jurado), para darle carrete a Gabi, decisi¨®n que no acab¨® de gustar a la grada, pero que le sali¨® de vicio al t¨¦cnico.

El reloj acechaba al Deportivo, que se fue arriba, aunque fuera al trote, y se olvid¨® de taparse, detalle ¨¦ste que hizo feliz a Galletti a cinco minutos del final. El argentino, r¨¢pido y acertado ayer, aunque tan intermitente como de costumbre, agarr¨® la pelota en el costado derecho y aceler¨®. Encontr¨® en el borde del ¨¢rea a Gabi, quien, enorme, le devolvi¨® el bal¨®n al hueco. Lo mand¨® Galletti -que le hizo un traje a Capdevila- al segundo palo, donde Mista, reci¨¦n llegado, ejecut¨®.

Era la sentencia a un Depor cuya pobreza de argumentos aterra. El Atl¨¦tico puso de estreno al brasile?o Eller en la defensa y el chico, que es un tallo, cumpli¨® de sobra, aunque abusara de algo tan poco brasile?o como los pelotazos. Los nervios del primer d¨ªa, ser¨ªan. O el contagio, que hace estragos. Pero no fue ¨¦ste un encuentro donde la defensa rojiblanca se viera exigida, a lo que ayud¨®, sin duda, el mini Depor que se asom¨® al Manzanares, donde tard¨® bien poco en ahogarse. Un minuto, concretamente.