China en el retrovisor
Estados Unidos vuelve a estar obsesionado con China. "Cuando uno va el primero en la carrera mira por el retrovisor obsesivamente a qui¨¦n tiene detr¨¢s, aunque marche a gran distancia", dicen en Washington, quiz¨¢ porque se percatan que China es "el ¨²nico pa¨ªs capaz de poner en jaque la supremac¨ªa de EE UU". Esta capacidad es a¨²n lejana y algunos expertos consideran que China no estar¨¢ en disposici¨®n de proyectar de forma global fuerzas militares en 15 a?os al menos, si es que lo quiere. Pero en unos a?os, China ha empezado a competir con Estados Unidos por posiciones en Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina.
No es probable que se vaya a una guerra fr¨ªa entre Washington y Pek¨ªn, entre otras razones porque en esta competencia no cuenta ya la ideolog¨ªa, sino el m¨¢s puro poder o influencia, y ambos pa¨ªses est¨¢n ya estrechamente imbricados en t¨¦rminos comerciales y financieros. Pero el anuncio, en v¨ªsperas de la Asamblea Popular Nacional, que se clausura esta semana, de que China va aumentar sus gastos militares en 17,8% -el crecimiento m¨¢s alto en los ¨²ltimos a?os, exceptuado 2002- ha causado cierto desasosiego en vecinos y en Estados Unidos. Si bien, de hacer caso al Libro Blanco sobre pol¨ªtica de defensa de diciembre del a?o pasado -toda una novedad-, China tuvo en 2005 un gasto militar equivalente al 6,2% del americano, y a la mitad que el Reino Unido.
El Military Balance 2007 del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IISS) de Londres calcula que en realidad el gasto militar chino estaba en 2005 en 104.000 millones de d¨®lares, el doble que el brit¨¢nico y una cuarta parte que el de EE UU (495.000 millones de d¨®lares, sin incluir los gastos derivados de las guerras de Irak y de Afganist¨¢n).
China est¨¢ inmersa en un amplio proceso de modernizaci¨®n de sus fuerzas armadas. Desde 2003, el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n ha reducido en 200.000 sus efectivos, a 2,3 millones, y est¨¢ en plena renovaci¨®n de sus capacidades tecnol¨®gicas, por ejemplo con el avi¨®n de combate J-10, en principio desarrollado para contrarrestar a Taiw¨¢n, que acaba de ensayar un misil de crucero que puede alcanzar Hong Kong, y cuyas defensas ahora EE UU va a reforzar, para gran irritaci¨®n China, pero tambi¨¦n para la exportaci¨®n.
Occidente a¨²n sigue cavilando sobre por qu¨¦ China realiz¨® y anunci¨® recientemente el ¨¦xito de una prueba con un misil contra un sat¨¦lite. ?ste es uno de los grandes temores americanos: el que un rival logre la capacidad de anular sus sat¨¦lites y dejarle ciego, sordo y mudo. Seg¨²n indica un experto americano, hubo tres pruebas antes, pero nadie desde China avis¨®. "Seguimos intentando adivinar qui¨¦n lo decidi¨® y por qu¨¦", se?ala un experto americano en doctrina militar china.
Tambi¨¦n hay que considerar, como hacen estos expertos, que la prioridad militar china es regional, no global, pues, pese al aumento del gasto militar, China carece de defensas reales de lo que constituye ahora su centro de gravedad econ¨®mico: todo el frente mar¨ªtimo. Y ¨¦sta va a ser su prioridad -de ah¨ª los submarinos-, junto a la defensa de las rutas mar¨ªtimas de abastecimiento de petr¨®leo y tres posibles contingencias: Taiw¨¢n (con cuya econom¨ªa est¨¢ la de China estrechamente vinculada), Jap¨®n e India (aunque no quepa contar con un choque entre China y esta otra gran potencia emergente).
Es verdad que no ha habido ascensos pac¨ªficos de grandes potencias en la historia, pero tambi¨¦n que ¨¦sta tiene lugar en un contexto muy diferente, el de la globalizaci¨®n. El reto para EE UU es convertir su relaci¨®n con China en una asociaci¨®n estrat¨¦gica, como plante¨® Clinton, en vez de una competencia como la vuelve a afrontar Bush, obsesionado con el retrovisor. Y China ve lo que est¨¢ ocurriendo como algo natural: pues en un tiempo no tan lejano se llam¨® Imperio del Centro. En 1800 era la mayor econom¨ªa del mundo con un 44% del PIB mundial. Baj¨® hasta un 3,5% con el mao¨ªsmo. Hoy, es m¨¢s de un 15%, y crece, crece, crece, aunque tambi¨¦n empieza a envejecer.
aortega@elpais.es
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