Kate Moss ?habla!

La han condenado, adulado y analizado. Han llenado p¨¢ginas y p¨¢ginas hablando de ella. Pero ella apenas ha abierto la boca. En 1998 concedi¨® una c¨¦lebre entrevista a The Face en la que admit¨ªa haber desfilado borracha en los noventa. Despu¨¦s de aquello, silencio. Alg¨²n comunicado espor¨¢dico, como el que difundi¨® cuando The Daily Mirror public¨® unas im¨¢genes en la que parec¨ªa consumir coca¨ªna, y alg¨²n cuestionario breve respondido pr¨¢cticamente con monos¨ªlabos. Kate Moss, en p¨²blico, es tan parca en palabras que el principal reclamo de uno de los ¨²ltimos anuncios que rod¨® para la firma de lencer¨ªa Agent Provovcateur no era verla luciendo sugerente ropa interior, sino o¨ªr su voz.

Por eso, es noticia que haya aceptado sentarse a charlar con Alexandra Shulman, la directora de la edici¨®n brit¨¢nica de la revista Vogue. En ella habla de sus problemas con la prensa.

El n¨²mero de abril de esta cabecera coloca al mayor icono de la moda en su portada, por vez n¨²mero 24. Pero no es ¨¦se el motivo por el que, esta vez, Moss ha aceptado ser entrevistada. En mayo se pondr¨¢ a la venta, en 300 tiendas de la cadena Topshop, la colecci¨®n de 80 piezas de ropa que ha dise?ado.

La conversi¨®n de la modelo en dise?adora es un paso l¨®gico si se tiene en cuenta que cada una de sus decisiones est¨¦ticas es convertida en lucrativo negocio por las grandes cadenas textiles, pero se?ala el inicio de una nueva estrategia profesional para Moss.

Hace unas semanas, el grupo cosm¨¦tico Coty, especialista en productos de celebridades como los de los Beckham o Sarah Jessica Parker, anunci¨® que en septiembre comercializar¨¢ el primer perfume Kate Moss. Dado que esta primavera ha reducido dr¨¢sticamente sus compromisos publicitarios, tal vez, tenga en mente centrarse en una sola marca: ella misma.