Jorge D¨ªaz, un dramaturgo comprometido y solidario
Los primeros a?os de estancia en Espa?a fueron muy duros, como cuenta Pedro Meyer, fueron los a?os de lucha antifranquista desde el teatro. A pesar de su independencia como creador siempre fue solidario y comprometido.
Coincidi¨® y particip¨® con una nueva generaci¨®n de dramaturgos que en aquellos lejanos sesenta y setenta viv¨ªan el hecho teatral de una manera global, escribiendo, dirigiendo, actuando, dise?ando la escenografia y comprometi¨¦ndose con la situaci¨®n social y pol¨ªtica. Cuando Jorge D¨ªaz se instal¨® en Espa?a, las gentes del teatro de aqu¨ª conoc¨ªan algunas de sus obras El cepillo de dientes, El velero en la botella, El lugar donde mueren los mam¨ªferos.
La tarea creativa de Jorge D¨ªaz siempre fue fren¨¦tica, como si alguien le persiguiera y a trav¨¦s del teatro quisiera eludir a ese perseguidor imaginario. A comienzos de los a?os setenta dedic¨® parte de su producci¨®n al mundo de los ni?os, sin abandonar a los adultos.
De aquella ¨¦poca es la fruct¨ªfera tarea llevada a cabo por el grupo Trabalenguas en el que nos embarcamos durante 12 a?os, llevando por toda Espa?a la semilla del teatro con obras como El pirata de Hojalata, Rascatripa, La barraca de Jipi-Japa, Cuentos para armar entre todos, Rinconete y Cortadillo, La ciudad que ten¨ªa la cara sucia, y otras muchas.
Todav¨ªa me acuerdo de un caluroso d¨ªa del mes de agosto del a?o pasado, cuando ya le hab¨ªan diagnosticado la enfermedad, sentados en una terraza de la plaza de Santa Ana de Madrid, fue absolutamente realista analizando el futuro, que inexorablemente se ha cumplido, y sabiendo a lo que se enfrentaba. Si no hubiese ocurrido este fatal desenlace, Jorge muy pronto empezar¨ªa a preparar su viaje a Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.