Un manual de supervivencia
EL PA?S entrega ma?ana 'El momento', de Sonny Rollins, y el viernes, 'Mi opci¨®n personal', de Oscar Peterson, por 4,95 euros cada uno
Hay formas y formas de ser un superviviente. Se puede escoger la v¨ªa de Oscar Peterson, genial pianista de jazz, ensayar una enorme sonrisa y triunfar por el mundo durante m¨¢s de cincuenta a?os. U optar por el ejemplo de Sonny Rollins, coloso del saxof¨®n, emprender el camino dif¨ªcil de los m¨¢rgenes y jugar pertinazmente en el equipo contrario al de uno mismo.
Rollins, un temible anciano de 77 a?os y mirada perdida que a¨²n tuvo fuerzas para editar uno de los mejores discos de jazz de 2006, ha interrumpido su carrera en dos ocasiones. La m¨¢s famosa de ellas, en 1961, cuando, harto de s¨ª mismo y del modo en el que se hab¨ªa convertido en uno de los mejores instrumentistas de su generaci¨®n pese a la propia insatisfacci¨®n con su estilo, dej¨® de tocar en los clubes y de grabar discos durante dos a?os. Conjugando leyenda y realidad, emple¨® ese tiempo en practicar el saxof¨®n obsesivamente bajo el puente de Williamsburg de Nueva York, la ciudad en la que hab¨ªa triunfado la d¨¦cada anterior en los grupos de Miles Davis, Thelonious Monk y al frente de sus propias bandas, como en el ¨¢lbum cl¨¢sico entre los cl¨¢sicos, Saxophone Colossus (1956). El segundo abandono -el m¨²sico volvi¨® a desaparecer entre 1966 y 1971- fue menos sonado, pero m¨¢s largo.
El momento, que se entrega ma?ana con EL PA?S, re¨²ne material de los discos que registr¨® precisamente en los dos a?os anteriores a esa segunda temporada sab¨¢tica. Cuando era un fiero saxofonista tenor de sonido ancho y duro de distinguido af¨¢n aventurero. Aqu¨ª est¨¢ su trabajo para el sello Impulse!, el lugar en el que buscar las nuevas manifestaciones del jazz para una d¨¦cada convulsa. Sesiones como las que formaron la banda sonora de Alfie, himno de la generaci¨®n mod que sirvi¨® para el ¨¦pico y pat¨¦tico relato de un buscavidas que interpret¨® Michael Caine; o su particular excursi¨®n en la libre improvisaci¨®n (East Broadway run down).
Notable directo
En 1966, cuando de nuevo las expectativas de todos estaban en lo m¨¢s alto, Rollins desapareci¨®. Su obra, una vez hubo vuelto, nunca igual¨® las cotas anteriores hasta, seguramente, 2001, a?o en el que a los pocos d¨ªas de presenciar desde su apartamento en Manhattan la ca¨ªda de las Torres Gemelas, grab¨® un notable directo.
Retiros de Oscar Peterson se conoce uno, y no precisamente voluntario. En 1993, el pianista, protagonista de la entrega del viernes, sufri¨® un ataque al coraz¨®n que le mantuvo dos a?os fuera de la escena. Tras su vuelta, pr¨¢cticamente tuvo que aprender de nuevo a tocar. Hoy, cumplidos los 80 -lo hizo en su Canad¨¢ natal en 2005 y rodeado de deudores declarados como la pianista Diana Krall-, se le disculpa, con todo, una merma del swing y el entusiasmo contagioso de sus tr¨ªos de los mejores tiempos.
Establecer cu¨¢les fueron ¨¦stos es una discusi¨®n predilecta entre los aficionados al jazz. Hay quien opta obviamente por la ¨¦poca dorada de los cincuenta, cuando el joven pianista trabajaba en sus sobresalientes discos, al tiempo que ejerc¨ªa (al frente del tr¨ªo en el que lideraba a Ray Brown y Ed Thigpen) las labores de banda de la casa del sello Verve. Otros prefieren los discos que registr¨® a caballo entre los sesenta y setenta para el sello alem¨¢n MPS (en espa?ol, El Sonido m¨¢s Perfecto), una discogr¨¢fica que, desde Villingen, un peque?o pueblo de la Selva Negra alemana, fue capaz de marcar ¨¦poca con sus producciones limpias y de marcado acento centroeuropeo.
De esta ¨²ltima ¨¦poca, con un Peterson maduro, con un estilo pleno, mel¨®dico e intenso, se nutre Mi opci¨®n personal, un ¨¢lbum recopilatorio en el que la selecci¨®n est¨¢ realizada por el propio autor. Una colecci¨®n en la que se citan muchos de los viejos colaboradores de un tipo que siempre cultiv¨® la amistad: el guitarrista Herb Ellis, el arreglista Claus Ogerman o el vibrafonista Milt Jackson son s¨®lo tres de ellos.
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