Grave y trascendental
"Corre el rumor de que el se?or Otegi (...), convencido ya de que continuar la campa?a [independentista] ser¨ªa gastar in¨²tilmente preciosas energ¨ªas que los vascos pudieran aplicara a la consecuci¨®n de fines, como m¨¢s asequibles, m¨¢s pr¨¢cticos, prop¨®nese recomendar [a los suyos] que reconozcan y acaten la soberan¨ªa espa?ola y pedirles un ¨²ltimo voto de confianza para redactar y exponerles el programa completo de un nuevo partido (...) que aspire a la felicidad de este pa¨ªs dentro del Estado espa?ol, que camine hacia ella sin quebrantar la legalidad presente". El pasmo que hoy producir¨ªa leer en Gara una noticia como ¨¦sta ser¨ªa comparable al que debieron experimentar los nacionalistas vascos al encontr¨¢rsela el 22 de junio de 1902, sin firma y bajo el t¨ªtulo de "Grave y trascendental", en las p¨¢ginas del periodico La Patria, con la diferencia de que en lugar del nombre de Otegi figuraba el de Sabino Arana.
Fue el propio padre del nacionalismo quien la redact¨®, desde la c¨¢rcel de Larrinaga, en la que hab¨ªa ingresado en espera de juicio por haber tratado de enviar un telegrama al presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, felicit¨¢ndole por su contribuci¨®n a la independencia de Cuba. Cuatro d¨ªas antes las autoridades hab¨ªan suspendido a los primeros concejales nacionalistas de Bilbao. Esa situaci¨®n hab¨ªa deprimido grandemente a Arana, y dado argumentos al sector reformista del PNV, los llamados euskalerriakos, partidarios de abandonar la utop¨ªa independentista, acatar la Constituci¨®n y convertirse en una formaci¨®n plenamente legal. La enfermedad y muerte de Arana, en enero de 1903, poco despu¨¦s de salir de prisi¨®n, le impidieron concretar ese proyecto; sin embargo, sus seguidores, encabezados por algunos de los que hab¨ªan sido m¨¢s radicales, rescatar¨ªan en la d¨¦cada siguiente ese extra?o texto como aval de su giro hacia una pol¨ªtica autonomista.
La propuesta de Otegi de una autonom¨ªa conjunta del Pa¨ªs Vasco y Navarra "dentro del Estado espa?ol" (como literalmente dijo al presentarla) dio pie a especulaciones sobre la posibilidad de que fuera el principio de una evoluci¨®n de Batasuna hacia la aceptaci¨®n del marco auton¨®mico, desde el que defender¨ªa su programa independentista como ya lo hace Aralar, por ejemplo. Sin embargo, para ser tomada en consideraci¨®n, la propuesta deber¨ªa haber incluido un compromiso claro de renuncia a la violencia, seg¨²n respondieron los partidos democr¨¢ticos a los que Otegi emplazaba a discutirla. O m¨¢s bien a aceptarla, seg¨²n se deduce de su formalizaci¨®n posterior en el Anaitasuna de Pamplona: esa autonom¨ªa vasco-navarra con derecho a decidir no ser¨ªa el programa que pac¨ªficamente defender¨ªa Batasuna en los parlamentos respectivos, sino una f¨®rmula que los dem¨¢s deber¨ªan aceptar como condici¨®n para "solucionar el conflicto y conseguir definitivamente la paz"; o sea, para que ETA renunciase a seguir.
Esa formulaci¨®n contiene apelaciones directamente necias, como la dirigida al Estado franc¨¦s para que instaure en su territorio una comunidad aut¨®noma vasca con derecho de autodeterminaci¨®n incluido. Pero toda la propuesta revela una extraordinaria falta de realismo. Dice partir de la realidad institucional actual, pero prescinde sin m¨¢s de los procedimientos establecidos en la Constituci¨®n, el Estatuto vasco y el Amejoramiento navarro para la eventual integraci¨®n de ambas comunidades. En Navarra, los partidos nacionalistas vascos vienen recogiendo en torno al 20% de los votos. ?C¨®mo piensa Otegi convencer a la mayor¨ªa de los navarros para que refrenden esa integraci¨®n que se decidir¨ªa en la mesa de partidos cuya reapertura reclama (saltando por encima de Barajas)?
Batasuna no superar¨¢ su falta de realismo mientras siga uncida a ETA. Puesto que cuenta con un poder f¨¢ctico que (seg¨²n escucha por la radio) ha conseguido que el Estado est¨¦ a punto de entregar Navarra, ?por qu¨¦ iba a pedir menos que una reforma de la Constituci¨®n que reconozca como propios los ideales de la naci¨®n abertzale? Es probable que alguien con tanta vocaci¨®n pol¨ªtica como Otegi reconozca alg¨²n d¨ªa que es in¨²til seguir gastando energ¨ªas persiguiendo una utop¨ªa que la mayor¨ªa de los vascos y de los navarros no desea. Pero para llegar a ese reconocimiento tendr¨¢ antes que librarse, como otros muchos lo hicieron antes que ¨¦l, de la dependencia patol¨®gica respecto a la banda de De Juana Chaos.
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