Los vetos de Polonia se convierten en una pesadilla para la UE
El Gobierno de Kaczynski se aleja de sus socios en materia de derechos humanos
"Polonia es una espina que tenemos clavada en un pie de la UE". As¨ª lo siente uno de los m¨¢ximos responsables de las estrat¨¦gicas negociaciones de la Uni¨®n con Rusia, que se encuentran bloqueadas desde hace m¨¢s de tres meses por el veto de Varsovia. El Gobierno de los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presidente y primer ministro, respectivamente, se est¨¢ convirtiendo en una verdadera pesadilla para Bruselas en ¨¦ste y otros importantes frentes.
Los obst¨¢culos y desavenencias se producen en numerosos territorios, que van desde la seguridad energ¨¦tica, la defensa, el medioambiente o los derechos humanos al rechazo al Tratado Constitucional.
Desde el pasado noviembre, el Gobierno polaco impide el inicio de las negociaciones para renovar el acuerdo comercial con Rusia, el socio exterior m¨¢s importante y del que la UE depende completamente para el suministro de gas y petr¨®leo. Bruselas intenta pasar de puntillas ante este elocuente fracaso de la pretensi¨®n de la UE de "hablar con una voz ¨²nica" en las relaciones exteriores, pero la exhibici¨®n de debilidad ante Putin preocupa cada vez m¨¢s en las canciller¨ªas europeas. Varsovia se escuda en la falta de solidaridad de la Uni¨®n ante el bloqueo de Mosc¨² a las importaciones de carne de Polonia por falta de garant¨ªas sanitarias. Aunque el portavoz de Sanidad de la Comisi¨®n, Philip Tod, manifest¨® ayer que "la calidad de la carne polaca no justificaba la prohibici¨®n rusa", el Gobierno polaco sigue considerando insuficiente este apoyo verbal.
El descarr¨ªo de los Kaczynski dio un salto cualitativo a mediados del pasado febrero, cuando junto a la Rep¨²blica Checa se mostraron abiertos a la posible instalaci¨®n en su territorio de equipos del escudo antimisiles de EE UU. El ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se distanci¨® r¨¢pidamente de los planes de Washington, Varsovia y Praga. El l¨ªder socialista en la Euroc¨¢mara, Martin Schulz, ya ha pedido que el asunto lo lleve la canciller Angela Merkel a la reuni¨®n del G-8 en Heiligendamm.
En el campo del medioambiente, Varsovia desafi¨® a la Comisi¨®n Europea a finales de febrero al decidir la construcci¨®n de una carretera en el valle de Raspuda, "un bosque ¨²nico en Europa", prohibida por Bruselas y sobre la que tiene abierto un expediente de infracci¨®n.
Otra grave brecha que se agranda es la abierta en materia de derechos humanos. A principios de este mes, Roman Giertych, ministro de Educaci¨®n y l¨ªder de la Liga de las Familias Polacas, propuso una Carta de los Derechos de las Naciones Europeas, con la prohibici¨®n taxativa del aborto y que fijara l¨ªmites a "la propaganda homosexual", para defender a la familia. Un tir¨®n de la fiebre nacionalista que surge tras la caza de brujas desatada contra obispos y religiosos por su colaboraci¨®n con los anteriores Gobiernos comunistas.
Derechos fundamentales
Las estridencias polacas removieron ayer las tranquilas aguas del Parlamento Europeo, donde su presidente, el moderado cristianodem¨®crata Hans-Gert Poettering, se vio obligado a amonestar al eurodiputado polaco Maciej Giertych, que public¨® un folleto antisemita y racista con el logotipo de la Euroc¨¢mara.
Se trata de una decisi¨®n sin precedentes, nada menos que por "una violaci¨®n seria de los derechos fundamentales y de la dignidad humana". El Gobierno polaco desentona en demasiados frentes, a pesar de que el europe¨ªsmo de sus ciudadanos est¨¢ fuera de duda, como lo prueba que m¨¢s del 63% est¨¢n a favor de la ratificaci¨®n del Tratado Constitucional que tanto vilipendian los Kaczynski.
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