Es hora de gobernar
Despu¨¦s del hist¨®rico rally electoral que acaba de experimentar Am¨¦rica Latina (de lejos el m¨¢s importante desde el retorno de la democracia a la regi¨®n), ha llegado el momento de producir resultados, cumplir con las promesas de campa?a, generar crecimiento alto y sostenible, y empleos de calidad, todo ello acompa?ado de una dr¨¢stica reducci¨®n de la pobreza y la desigualdad.
Entre noviembre de 2005 y diciembre de 2006, Am¨¦rica Latina despleg¨® una intensa agenda electoral. Durante este lapso, 11 de los 18 pa¨ªses latinoamericanos (12 con Hait¨ª) celebraron elecciones presidenciales: Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, M¨¦xico, Nicaragua, Per¨² y Venezuela. Esta agenda electoral se desarroll¨® en el contexto de un optimismo moderado debido, en gran parte, al buen momento macroecon¨®mico (cuatro a?os seguidos de crecimiento de m¨¢s del 4%) que se refleja, seg¨²n el Latinobar¨®metro 2006, en un aumento en el apoyo a la democracia.
Un an¨¢lisis de los resultados electorales demuestra, entre otras, las siguientes tendencias.
Una regi¨®n pol¨ªticamente heterog¨¦nea sin un giro uniforme hacia la izquierda. M¨¢s que girar a la izquierda, Am¨¦rica Latina se ha trasladado al centro. Destacan, como apunta Rosendo Fraga, tres corrientes: la socialdem¨®crata, la izquierda populista y el centroderecha. La reelecci¨®n de Lula en Brasil y la elecci¨®n de Bachelet en Chile pusieron de manifiesto un eje socialdem¨®crata al que se suma Uruguay y, hasta cierto punto, Argentina. A su vez, a la izquierda nacionalista-populista, constituida por Venezuela y Cuba, se sumaron Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Asimismo, existe una corriente de centroderecha, con los triunfos de Calder¨®n (M¨¦xico), Uribe (Colombia) y Garc¨ªa (Per¨²).
La necesidad de la segunda vuelta. De las 11 elecciones celebradas, ocho contemplaban el balotaje. De ellas, cuatro se fueron a segunda vuelta (Brasil, Chile, Ecuador y Per¨²); en las dem¨¢s, el resultado se defini¨® en la primera ronda (Bolivia, Colombia, Costa Rica y Nicaragua). En dos (Ecuador y Per¨²) de los primeros cuatro casos los resultados se revirtieron, es decir, quien qued¨® en segundo lugar en la primera vuelta result¨® ganador en la segunda (Correa y Garc¨ªa).
La gobernabilidad comprometida. De los 11 presidentes electos, s¨®lo cuatro obtuvieron mayor¨ªa legislativa propia: Morales en Bolivia (s¨®lo en Diputados), Bachelet en Chile, Uribe en Colombia y Ch¨¢vez en Venezuela. En los siete pa¨ªses restantes (Brasil, Costa Rica, Ecuador, Honduras, M¨¦xico, Nicaragua y Per¨²) el jefe del Ejecutivo deber¨¢ buscar acuerdos para cumplir su agenda de gobierno y evitar la par¨¢lisis.
Los resultados: ?continuidad o alternancia? En general, el oficialismo ha salido victorioso, en gran medida gracias a la macroeconom¨ªa regional. As¨ª, el partido en el poder gan¨® las elecciones presidenciales en cinco pa¨ªses: Brasil, Chile, Colombia, M¨¦xico y Venezuela; en las dos contiendas de democracia directa: Bolivia, Panam¨¢; en la elecci¨®n de la Asamblea Constituyente: Bolivia, y, por ¨²ltimo, en las legislativas: Colombia, Rep¨²blica Dominicana y Venezuela.
La participaci¨®n electoral sin tendencia uniforme. La tendencia de la participaci¨®n electoral en las contiendas presidenciales no fue uniforme. En Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, M¨¦xico y Nicaragua los niveles de participaci¨®n disminuyeron comparados con la elecci¨®n inmediata anterior. En contraste, en Bolivia, Brasil, Ecuador, Per¨² y Venezuela se increment¨® la participaci¨®n.
Elecciones con resultados ajustados. Como consecuencia de los ajustados resultados en las elecciones presidenciales de algunos pa¨ªses, se presentaron crisis pol¨ªticas electorales: Costa Rica, Honduras, M¨¦xico y Per¨². Los conflictos postelectorales se caracterizaron por denuncias e impugnaciones ante la autoridad electoral y la opini¨®n p¨²blica, as¨ª como por los cuestionamientos de la aptitud de los organismos electorales. Pese a ello, los resultados se aceptaron en todos los casos, con excepci¨®n de M¨¦xico.
La fiebre reeleccionista fue la tendencia m¨¢s importante. En efecto, en siete de las 11 elecciones presidenciales estuvo presente la figura de la reelecci¨®n, alterna o inmediata. En cuatro casos -Bolivia, Costa Rica, Nicaragua y Per¨²- se trat¨® de reelecci¨®n alterna, y los otros tres -Brasil, Colombia y Venezuela- de reelecci¨®n inmediata. Con excepci¨®n del ex presidente Quiroga (Bolivia), todos los candidatos presidentes lograron su reelecci¨®n. Todo parece indicar que esta tendencia va en aumento.
En resumen, la democracia electoral ha salido fortalecida de este intenso rally. No se produjo el anunciado tsunami de izquierda. Como bien expres¨® Eduardo Lora, a inicios del a?o pasado rondaba el temor -o la esperanza- de que en 2006 las cosas cambiar¨ªan sustancialmente una vez que los electores demostraran su fatiga e impaciencia con las cada vez m¨¢s profundas brechas sociales. Tres presidentes reelectos (Brasil, Colombia y Venezuela), tres veteranos reinstalados (Costa Rica, Nicaragua y Per¨²) y dos partidos en el poder ratificados (Chile y M¨¦xico) no constituyen precisamente una revoluci¨®n. S¨®lo hubo cambio en Bolivia, Ecuador y Honduras. Los latinoamericanos resultaron ser m¨¢s cautelosos y las mayor¨ªas de casi todos los pa¨ªses decidieron no apostar por la revoluci¨®n, sino por la continuidad y el gradualismo.
En la arena electoral, 2007 ser¨¢ un a?o relativamente tranquilo, ya que s¨®lo Guatemala y Argentina elegir¨¢n presidente. En lo pol¨ªtico, en cambio, ser¨¢ un a?o caliente. La regi¨®n andina seguir¨¢ siendo el foco de mayor atenci¨®n con dos procesos constituyentes muy complejos: uno en marcha, el de Bolivia, y otro a¨²n no definido, el de Ecuador, en el que seguramente se ver¨¢n fuertes enfrentamientos entre el presidente Correa y la oposici¨®n. La tensi¨®n pol¨ªtica persistir¨¢ en Venezuela y en Colombia donde los dos presidentes recientemente reelectos (Ch¨¢vez y Uribe) deber¨¢n hacer frente a viejos y nuevos desaf¨ªos. Por su parte, la evoluci¨®n de la salud de Fidel Castro y la situaci¨®n en Cuba continuar¨¢n acaparando mucha atenci¨®n.
Pero 2007 ser¨¢ tambi¨¦n el a?o de la verdad, el momento en que las nuevas autoridades deber¨¢n empezar a cumplir sus promesas y dar respuestas concretas a las grandes expectativas creadas durante las pasadas campa?as electorales. Aquellos que no est¨¦n en condiciones de hacerlo deber¨¢n enfrentarse a severas crisis de gobernabilidad e, incluso, al riesgo de tener que abandonar anticipadamente sus cargos como ya lo hicieron 14 presidentes desde el regreso de la democracia a la regi¨®n.
Daniel Zovatto es director para Am¨¦rica Latina del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.
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