VOCES QUE ABRIERON CAMINO
Olga Orozco
Argentina, 1920-1999. Es la reina del verso libre y de una visi¨®n m¨ªtica de la vida que asimila lo mejor del romanticismo. Magia, escritura y metaf¨ªsica toman cuerpo en una poes¨ªa que parte de una primera persona, pero elude el confesionalismo para buscar la trascendencia.
Alejandra Pizarnik
Argentina, 1936-1972. "No / las palabras / no hacen el amor / hacen la ausencia / si digo agua ?beber¨¦? / si digo pan ?comer¨¦?". Una vida consagrada a la poes¨ªa, un suicidio acorde con esa vida y una escritura abismal han hecho de ella una de las grandes influencias de hoy.
Marosa di Giorgio
Uruguay, 1932-2004. Er¨®tica y memoriosa, cre¨ªa tanto en la dramatizaci¨®n de los poemas como en su escritura. Llenaba los teatros con una voz poderosa. En 2000 la editorial Adriano Hidalgo reuni¨® todos sus libros de poemas en dos vol¨²menes bajo el t¨ªtulo de Los papeles salvajes.
Alfonsina Storni
Argentina, 1892-1938. Su suicidio desat¨® un mito que, pese a todo, no ha conseguido ensombrecer la obra de alguien que, como mujer, fue moderna entre los modernos y que, como poeta, rompi¨® con el lastre del modernismo en una intens¨ªsima poes¨ªa enigm¨¢tica y confesional.
Gabriela Mistral
Chile, 1889-1957. De "civil" se llamaba Ucila Godoy Alcayaga. Se form¨® con los maestros del modernismo. La muerte de su novio le inspir¨® la estremecedora serie de 'Los sonetos de la muerte', incluidos en el libro Desolaci¨®n (1922). En 1945 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.
Blanca Varela
Per¨², 1926. "Esto la poes¨ªa / la carne fatigada el sue?o / el sol atravesando desiertos", dice esta autora que, partiendo del surrealismo, ha llegado a un ascetismo expresivo no exento de visceralidad. En 2001 reuni¨® todos sus libros en Donde todo termina abre las alas.
Claribel Alegr¨ªa
Nicaragua, 1924. "Entre la escritura y el compromiso escog¨ª el testimonio". As¨ª describe su obra una poeta que se fogue¨® en la adolescencia con Juan Ram¨®n Jim¨¦nez en Washington. Claridad y confesi¨®n en una obra comprometida sin panfletos.
Ida Vitale
Uruguay, 1924. Entre el sentimiento desatado y la precisi¨®n expresiva. En ese cruce de caminos se mueve la obra po¨¦tica de esta exiliada y heredera del mejor simbolismo que nos avisa: "Las palabras son n¨®madas; la mala poes¨ªa las vuelve sedentarias".
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