El Festival de Cine y Derechos Humanos aborda la emigraci¨®n
'El tren de la memoria' da voz a los espa?oles que tuvieron que partir en los a?os sesenta
Josefina Cembrero ten¨ªa s¨®lo 18 a?os cuando abandon¨® su pueblo, Guardo, en Palencia, empujada por la necesidad. La joven se subi¨® a uno de los trenes especiales para emigrantes que part¨ªan de Espa?a hacia diferentes pa¨ªses de Europa en los a?os 60. Ella lleg¨® a la ciudad alemana de N¨²remberg, donde le esperaba un duro trabajo en cadena en la f¨¢brica Q-Elle. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, es una de las protagonistas de El tren de la memoria (2004), un documental dirigido por Marta Arribas y Ana P¨¦rez, que esta noche (23.00) se podr¨¢ ver en el Teatro Principal de San Sebasti¨¢n en el quinto Festival de Cine y Derechos Humanos.
La pel¨ªcula supone, ante todo, un homenaje a esos dos millones de espa?oles que, como Cembrero, tuvieron que dejar su pa¨ªs y su familia para ganarse la vida. "Se ha hablado poco de ellos y del esfuerzo que hicieron", se quej¨® ayer P¨¦rez, y cuando se ha hecho ha sido a trav¨¦s de "una escueta historia oficial", que no ha subrayado las penurias que tuvieron que pasar. Muchos cruzaron la frontera de manera irregular; otros, con un contrato en la mano, pero para una mayor¨ªa el destino era el mismo: trabajo de sol a sol en malas condiciones.
Por eso, El tren de la memoria es tambi¨¦n una llamada de atenci¨®n a la Espa?a actual, a cuya puerta tocan actualmente otros necesitados. "La historia se repite y quiz¨¢ ahora a algunos nos duele m¨¢s, porque somos m¨¢s conscientes de qui¨¦n mueve los hilos de la emigraci¨®n", coment¨® Cembrero. Ella volvi¨® de Alemania en 1977 "tocada de salud y sin derechos". Desde entonces, ha ayudado tanto a otros retornados como a inmigrantes que llegan a Espa?a. Ha constatado que se les quiere "como mano de obra, igual que en Alemania", pero que, como all¨ª, no siempre se respetan sus derechos humanos.
La historia "de frente"
Cembrero y el resto de los protagonistas del documental se han atrevido a mirar la historia "de frente", reconociendo en voz alta lo que supuso para ellos la emigraci¨®n, algo que no todas las personas son capaces de hacer. "Yo era alguien m¨¢s en mi pueblo. Mi familia, mis amigos, mi maestra me quer¨ªan, pero te subes a un tren, a un avi¨®n o a una patera y pasas a ser una inmigrante, y parece que todo el mundo tiene derecho a desconfiar de ti o a acomplejarte", se lament¨®.
Junto a la emigraci¨®n, el festival donostiarra abordar¨¢ este fin de semana otras cuestiones. Hoy mismo, el filme La suerte de Emma (2006) tratar¨¢ el derecho a una muerte digna, mientras que Bamako (2006) se acercar¨¢ a ?frica para hablar de la explotaci¨®n y la deuda externa. Ma?ana, Daratt (2006) abrir¨¢ la puerta a la reconciliaci¨®n y Hotel Gondol¨ªn (2005) reivindicar¨¢ el derecho a la identidad de g¨¦nero. La cripta de San Jer¨®nimo, la Biblioteca Central, Alderdi Eder y la FNAC mantienen abiertas sendas exposiciones en torno a los derechos humanos.
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