Ana Pastor y el patrimonio bibliogr¨¢fico

Me conmueve profundamente la afici¨®n de la se?ora Ana Pastor por los libros antiguos, como podemos ver en la ¨²ltima p¨¢gina de EL PA?S del pasado domingo. Y, por supuesto, no es incompatible con que sea tambi¨¦n aficionada a la tortilla de patatas y al caf¨¦. Lo que s¨ª es incompatible, y muchos compa?eros bibliotecarios que trabajan con fondo antiguo estar¨¢n de acuerdo conmigo, es el tomarse el pincho y el cafetito al lado de esos ejemplares encuadernados en pergamino que tienen toda la pinta de ser de los siglos XVI o XVII.

Cuando se marcharon los periodistas de la biblioteca, ?se tom¨® esta se?ora su tentempi¨¦ encima de los libros, a modo de bandeja? ?Encontrar¨¢n las generaciones futuras restos de tortilla de patata o manchas de caf¨¦ del siglo XXI entre las p¨¢ginas de los libros? Las principales bibliotecas del mundo ponen en pr¨¢ctica diariamente medidas de prevenci¨®n y conservaci¨®n para evitar el deterioro de las obras, en muchos casos ¨²nicas, que custodian. Por eso, escenas como las que tenemos que presenciar en esta foto ofenden bastante, aparte de ser s¨ªntoma de una incultura y falta de sensibilidad considerables.