La Fenice acierta con obras complejas
El teatro de Venecia estrena piezas de Sch?nberg y de Rachmaninov
El bell¨ªsimo teatro de La Fenice de Venecia no parece haber tomado la programaci¨®n m¨¢s accesible para los gustos asentados del p¨²blico, despu¨¦s de su ¨²ltima reapertura en enero de 2007. Primero, fue un t¨ªtulo de Meyerbeer (con Pier Luigi Pizzi de director esc¨¦nico), despu¨¦s otro de Wolf-Ferrari, y ahora un doblete Sch?nberg-Rachmaninov, con Erwartung del primero, y Francesca da Rimini del compositor ruso conocido sobre todo por sus populares conciertos para piano y orquesta. El monodrama expresionista alem¨¢n era la quinta vez que se representaba en La Fenice; la tercera y ¨²ltima ¨®pera de Rachmaninov jam¨¢s se hab¨ªa puesto en escena en Italia. Ambos t¨ªtulos se estrenaron en la primera d¨¦cada del siglo XX.
Francesca da Rimini se inspira en el canto quinto del Infierno de la Divina comedia, de Dante. El libreto es de Modesto Chaikovski, hermano menor del compositor de La dama de picas. Hasta 30 ¨®peras ha suscitado este episodio de Dante. La m¨¢s famosa es la de Riccardo Zandonai, de 1914, en el ¨¢mbito italiano. En el franc¨¦s destaca la de Ambroise Thomas y en el ruso la de Rachmaninov.
La recuperaci¨®n de esta pieza ha supuesto una sorpresa may¨²scula. La herencia rusa se manifiesta en las influencias m¨¢s o menos evidentes de Mussorgski, Chaikovski y Scriabin. Los acentos eslavos son poderosos y el d¨²o de amor del segundo acto entre Paolo y Francesca tiene una fuerza paradigm¨¢tica. La componente oper¨ªstica pasional no solamente se huele; tambi¨¦n se comparte y hasta se contagia.
A ello contribuye lo suyo la prestaci¨®n vocal de un elenco ¨ªntegramente ruso, con Iano Tamar, Sergu¨¦i Kunaev e Igor Tarasov. Dirige un maestro avezado, Hubert Soudant, habitual en Salzburgo, y est¨¢ al frente de la realizaci¨®n esc¨¦nica Italo Nunziata, que encuentra un justo equilibrio entre la enso?aci¨®n y el dramatismo realista. La acogida de la obra en Venecia fue muy c¨¢lida. La Fenice ha elegido un camino aparentemente complicado, pero no le va mal, al menos por ahora.
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