Como un castillo de naipes
Mi gozo en el pozo. Pens¨¦ que en torno a la iniciativa empresarial formulada para desarrollar en Fene construcci¨®n naval civil, se abr¨ªa una posibilidad de hacer pol¨ªtica en serio. Supongo que en t¨¦rminos parecidos a como lo pensaron tambi¨¦n en su d¨ªa la Xunta y el Parlamento de Galicia, las dos grandes cajas de ahorros del pa¨ªs y no s¨¦ cu¨¢ntos poderes f¨¢cticos m¨¢s. Pero no. Con la criatura a¨²n nonata todo qued¨® en nada. Y yo no s¨¦ si es porque no era buena la circunstancia o porque no estuvieron a su altura los llamados a manejarla.
Para empezar, no acabo de entender c¨®mo se puede diluir en cuesti¨®n de horas un proyecto empresarial en el que se depositaban expectativas de negocio para a?os o d¨¦cadas. Supongo, y no creo que sea mucho suponer, que sus promotores hab¨ªan tenido en cuenta que todo proyecto, a poca envergadura que tenga, requiere su tiempo de maduraci¨®n. Y que, a poco compleja que sea su gestaci¨®n, encontrar¨¢ barreras y obst¨¢culos que no han de sorprender a la primera a sus defensores. Las pocas semanas que se le dedicaron a este asunto y la irascibilidad con que se juzgaron los desacuerdos iniciales inducen a pensar no s¨®lo que la rendici¨®n es prematura, sino que hubo escasa ponderaci¨®n en el asunto.
No entiendo, por eso, que el presidente de Hijos de J. Barreras, SA, se apresure a decir, s¨®lo una hora despu¨¦s de la primera respuesta desfavorable al proyecto, que ya se lo tem¨ªa, que nada le hab¨ªa sorprendido. Y yo le o¨ªa decirlo pensando que todos los dem¨¢s tambi¨¦n sab¨ªamos lo que era sabido, que est¨¢bamos prevenidos y que, en consecuencia, el proyecto, que se dec¨ªa solidamente preparado, segu¨ªa adelante. Pero no: al primer desacuerdo el promotor anuncia su retirada. Y entonces me dio la sensaci¨®n de que el buen se?or no estaba tan prevenido como yo supon¨ªa o, peor a¨²n, que jugaba de farol. Por si acaso. Si sale, sale, y si no, tambi¨¦n. Pero sin apostar en firme. Ning¨²n buen jugador se retira de la partida s¨®lo por perder una baza.
Tambi¨¦n supongo, y me temo que tampoco ser¨¢ mucho suponer, que los promotores empresariales y pol¨ªticos del proyecto conoc¨ªan desde antes incluso de publicitarlo sus dificultades. Las "condiciones" europeas y el compromiso que por ellas reca¨ªa sobre la SEPI, no eran desconocidas para nadie. Y antes ellas no cab¨ªa ni cabe rasgarse las vestiduras, sino el trazado de estrategias de negociaci¨®n, compensaci¨®n o espera de plazos, por ejemplo, que permitiesen sortearlas o estar al quite del fin de su vigencia. Esta no es una disputa por agravios patri¨®ticos. ?Sentidito!.
Igualmente me inclino a suponer, y ahora puede que ya vaya siendo mucho, que un proyecto de esta naturaleza, tan visible y emocionadamente defendido por el titular de la conseller¨ªa de Industria, don Fernando X. Blanco Alvarez, habiendo recibido adem¨¢s tantos apoyos, era un proyecto "de gobierno". Por eso, sabiendo que se estaba elaborando un plan para Ferrol, deber¨ªa haber sido contemplado entre sus an¨¢lisis y tal vez tambi¨¦n entre sus propuestas. Parece que no ha sido as¨ª. Y eso induce a pensar que el se?or Blanco actu¨® con precipitaci¨®n o discrecionalidad excesivas.
Y ahora, para acabar de enturbiar mi entendimiento, seguramente por estar a la vista las elecciones municipales, el asunto irresoluto se convierte en bander¨ªn electoral para la comarca de Ferrolterra.
El BNG, al grito de mejor solos que mal acompa?ados y a pesar de formar parte del Gobierno, dice que aunque el Plan Ferrol no incluya este proyecto, aunque no se haya logrado acuerdo alguno con la SEPI ni con las autoridades europeas, y aunque el primer promotor empresarial anuncie tan precipitadamente su retirada, pues que le da igual y sigue adelante, porque "Galicia no se merece este ultraje". Que es como decir que, efectivamente, todo quedar¨¢ en nada, pero habr¨¢ jarana. Ferrol sin construcci¨®n naval civil, pero con m¨¢s heridas.
En fin: que nada. La posibilidad que parec¨ªa abrirse no era firme. La pol¨ªtica gallega, otra vez, sobrevol¨® la fangosa inmediatez sin posarse. Casi nada. Y para nada. ?Dios!.
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