El ladino se recupera del coma
Ni el odio, ni la expulsi¨®n, ni la di¨¢spora. Ni el olvido, ni la asimilaci¨®n a otras culturas de Europa y del mundo... Nada ha conseguido hacer desaparecer el ladino, esa lengua que viaj¨® entre el alma partida y las bocas incapaces de nombrar las humillaciones de los jud¨ªos desterrados de Espa?a a partir de 1492. M¨¢s de 500 a?os ha sobrevivido esta lengua como s¨ªmbolo enrocado de una cultura, la de los descendientes de los sefarditas, unas 250.000 personas, que est¨¢ dispersa y viva por todo el mundo. Pero hoy es el d¨ªa en que saltan las voces de alarma: "Cuando la generaci¨®n que naci¨® despu¨¦s de la II Guerra Mundial, en 1945, desaparezca no quedar¨¢ nadie que mantenga el ladino como lengua materna", asegura Karen Gerson, coordinadora del Centro de Investigaciones sobre la Cultura Sefard¨ª en Estambul.
En los lugares a donde fueron a parar los sefarditas, desde los Balcanes a Turqu¨ªa, de los Pa¨ªses Bajos a Alemania, llevaron la lengua, sus canciones, la gastronom¨ªa: "Una de nuestras se?as de identidad m¨¢s fuertes es la comida, en cualquier mesa de jud¨ªos espa?oles, en cualquier parte del mundo hay arroz con leche, pisto, bu?uelos, torrijas, mazap¨¢n o membrillo...", afirma Alberto Levy, presidente de la Federaci¨®n Sefard¨ª Latinoamericana, con la complicidad de Gerson y Abraham Haim, coordinador del Premio Samuel Toledano. Todos ellos han venido a Espa?a invitados por la reci¨¦n inaugurada Casa Sefarad-Israel, creada recientemente en Madrid en un consorcio entre el Ministerio de Asuntos Exteriores, la comunidad aut¨®noma y el Ayuntamiento, para reivindicar una cultura que fue denostada, perseguida, medio exterminada y que ha sobrevivido sin rencores, con amor incondicional a la tierra que les arroj¨® al ¨¦xodo.
Hoy la mayor¨ªa se sienten parte del mismo pa¨ªs que no les quiso: "Al fin y al cabo somos espa?oles indocumentados", asegura Levy, sefardita mexicano. Y lo dice sin ning¨²n desprecio, a pesar del destino que les depar¨® la pol¨ªtica de los Reyes Cat¨®licos a los 600.000 jud¨ªos que viv¨ªan en Espa?a: "Se calcula que un tercio de ellos sali¨® al exilio, otro tercio se hizo converso y el resto fueron exterminados", a?ade Haim.
El centro m¨¢s importante de
sefarditas durante siglos ha estado en Sal¨®nica. All¨ª, el Instituto Cervantes ha desarrollado un programa especial de apoyo y ense?anza del ladino, como existe tambi¨¦n en Turqu¨ªa. Pero es all¨ª donde m¨¢s da?o ha sufrido esta lengua en la primera mitad del siglo XX. La persecuci¨®n de los jud¨ªos por parte de los nazis no pas¨® de largo y aquella barrabasada fue un golpe mortal para los sefarditas de la ciudad. Hasta entonces muchos de ellos no ten¨ªan otra lengua que el ladino. "En la II Guerra Mundial, entre el 80% y el 85% de los jud¨ªos fue exterminado, entre ellos muchos de los 65.000 sefarditas que viv¨ªan en la ciudad", seg¨²n Karen Gerson.
Y con ellos su forma de comunicaci¨®n, su cultura arrancada de cuajo con la guada?a de los asesinos. "Fue tanto el da?o que si me hubiesen preguntado en 1970 habr¨ªamos dicho que el ladino no sobrevivir¨ªa 10 a?os. Pero ahora las cosas van mejor, sobre todo en Turqu¨ªa, donde la comunidad ladino parlante es la segunda del mundo, detr¨¢s de Israel", dice Gerson.
Incluso se vive un orgullo renacido. Es curioso el caso de Albert Levy en M¨¦xico. "Al vivir en un pa¨ªs de habla hispana, conservar las singularidades es m¨¢s dif¨ªcil. La corriente general lo engulle todo. Cuando ¨¦ramos j¨®venes recuerdo que nos daba verg¨¹enza que ciertas palabras nos diferenciaran demasiado del resto. Nos avergonz¨¢bamos, quer¨ªamos hablar buen espa?ol sin m¨¢s. Todo ha cambiado a partir de los a?os noventa, hay un orgullo renacido", afirma.
En Israel, durante a?os, tam
poco las cosas han beneficiado al ladino. Hay una explicaci¨®n l¨®gica: "Cuando se crea el Estado de Israel, hay una pol¨ªtica que implanta el hebreo como lengua nacional y ah¨ª se va perdiendo el ladino como una lengua cotidiana, de la calle", afirman. Pero muchos van ganando el terreno perdido. En la transmisi¨®n del idioma sagrado, por ejemplo, muy importante para los jud¨ªos: "Hay una recuperaci¨®n del Talmud en jud¨ªo espa?ol, que en su vertiente religiosa se llama judezmo", dicen. Eso sin contar las m¨¢s de 3.000 canciones recogidas y grabadas en radios o los peri¨®dicos que se editan por todo el mundo en ladino, como El Amanecer, en Turqu¨ªa; Escudo, en Venezuela; Los Nuestros, en B¨¦lgica...
Poco a poco, con paciencia, los signos de cataclismo que fueron acechando la cultura sefardita han ido desapareciendo. La sabidur¨ªa de sus guardianes ha contribuido a ese nuevo renacimiento. Sin duda les ha ayudado su car¨¢cter abierto. Los sefarditas son enemigos de las posiciones radicales y eso les abre muchas puertas. "No hay ninguno de los nuestros entre los jud¨ªos ortodoxos. Seguimos la filosof¨ªa de Maim¨®nides, la de tirar por el camino del medio". Eso, entre otras cosas, les ha tra¨ªdo de vuelta a Espa?a, la patria que les acogi¨® durante siglos y que quiso curar sus errores y su deuda con ellos a partir de 1992. Cuando fueron regresando, cosa que hacen peri¨®dicamente, algo les llam¨® poderosamente la atenci¨®n: "Que todo el mundo se parec¨ªa a nosotros", dice Albert Levy.
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