Antonio Palomares, primer secretario general del PCPV
Fue uno de los 'padres' del Estatuto valenciano
En su convulsa y comprometida vida, Antonio Palomares fue miembro del Comit¨¦ Central del PCE y secretario general de los comunistas valencianos. Asimismo, defendi¨® sus ideas como diputado a Cortes por la circunscripci¨®n de Valencia entre 1977 y 1979, y en la legislatura de 1983 a 1987 ocup¨® un esca?o en el Parlamento auton¨®mico valenciano. Fue un tipo muy duro e intransigente con lo que pensaba, pero tambi¨¦n muy altruista y solidario.
Hijo de un artesano zapatero comunista, en 1939 abandon¨® Espa?a con su familia en direcci¨®n a Francia, donde trabaj¨® como fresador y se form¨® pol¨ªtica e intelectualmente. Apenas hab¨ªa entrado en la adolescencia y ya tuvo que poner en pr¨¢ctica su compromiso pol¨ªtico en su pa¨ªs de adopci¨®n, participando entre 1944 y 1945 en la Resistencia francesa contra la ocupaci¨®n nazi como ayudante de la IX Brigada de Guerrilleros Espa?oles. Entonces ya militaba en las Juventudes Socialistas Unificadas, cuyo ¨®rgano de expresi¨®n vendi¨® a menudo por las calles de Toulouse.
En 1956, el PCE, en el que hab¨ªa ingresado al finalizar la Segunda Guerra Mundial, lo envi¨® a Espa?a como liberado para organizar el partido en el interior con Juli¨¢n Grimau. Entre 1958 y 1960 fue dirigente de los comunistas en Canarias, y luego ocupar¨ªa la secretar¨ªa general de las Juventudes Comunistas de Espa?a.
A Valencia lleg¨® en 1964 con el encargo de reorganizar el partido, que acababa de ser desmochado por la temible BPS. Palomares fij¨® su residencia junto al Mediterr¨¢neo y ocup¨® la secretar¨ªa general de la organizaci¨®n valenciana.
Durante esos a?os fue comercial de Fosforera Espa?ola como tapadera para viajar constantemente y hacer pol¨ªtica, lo que le vali¨® el sobrenombre de El Cerillero. Su vida estuvo trufada de situaciones comprometidas de las que casi siempre sali¨® bien.
Sin embargo, en la madrugada del 11 de noviembre de 1968 fue detenido junto a 35 compa?eros y torturado de forma salvaje por la polic¨ªa. A Palomares le dieron varias palizas sin ning¨²n tipo de piedad y lo ataron en el tostadero (un somier met¨¢lico conectado a corrientes el¨¦ctricas), en el que le aplicaron varias sesiones de electrodos. S¨®lo pudo ser liberado meses despu¨¦s tras una intensa campa?a internacional promovida por el PCE desde Par¨ªs, aunque con la advertencia de la polic¨ªa de que lo podr¨ªa atropellar un coche. El aparato del partido no cay¨® porque Palomares no cant¨®, pero la propia fotograf¨ªa enviada por la polic¨ªa a los peri¨®dicos tras su detenci¨®n expresaba el precio que hab¨ªa pagado por su silencio. Hab¨ªa perdido dos cent¨ªmetros de estatura, ten¨ªa tres v¨¦rtebras soldadas y el diafragma deformado. Se le hab¨ªa modificado hasta el ritmo respiratorio.
Pese a los evidentes efectos secundarios de las torturas, nunca reconoci¨® p¨²blicamente ser una v¨ªctima del franquismo ni presumi¨® de ello. Eran las reglas del juego y las asum¨ªa. Guardaba rencor a sus torturadores, pero prefer¨ªa olvidar. Sin embargo, en sus ¨²ltimos d¨ªas, en sus delirios, como si se tratara de un traumatismo tatuado en su cerebro, exclam¨® a menudo: "?No me pegue, no me pegue!".
Palomares fue de los primeros militantes destacados del PCE en apuntarse al eurocomunismo y en la transici¨®n jug¨® un destacado papel tanto en la fundaci¨®n de la Junta Democr¨¤tica del Pa¨ªs Valenci¨¤ como en la elaboraci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa valenciano. Durante una semana, en el hotel Azor de Benic¨¤ssim, como comisionado por su partido, fue uno de los padres del Estatut junto a los socialistas Joan Lerma y Felipe Guardiola y los ucedistas Jos¨¦ Ram¨®n Pin Arboledas y Luis Berenguer.
Una de sus ¨²ltimas apariciones p¨²blicas tuvo lugar el pasado 14 de enero, en un homenaje a su amigo Manuel Broseta, asesinado por ETA hace 15 a?os. En este acto, Palomares expres¨® su preocupaci¨®n por el panorama pol¨ªtico actual: "Da la impresi¨®n de que se est¨¢n reconstruyendo las dos Espa?as", previno, como si supiera la que iba a caer durante su agon¨ªa. En febrero particip¨® en la presentaci¨®n de la coalici¨®n Comprom¨ªs del Pa¨ªs Valenci¨¤.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.